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Duolingo era la empresa divertida y valiente que amábamos y que nos enseñaba idiomas. Hoy se está hundiendo en bolsa

La mayoría de la gente jamás logra convertir sus ideas en éxitos empresariales. Luis von Ahn (Ciudad de Guatemala, 1978) lo ha logrado en dos ocasiones. La primera, cuando creó reCAPTCHA y lo vendió a Google en 2009 por una pequeña fortuna. 

La segunda, años después, partió de un concepto mucho más simple. Aprender idiomas era un rollo, así que von Ahn quiso convertir aquello justo en lo contrario: en algo divertido. Así nació Duolingo, una empresa que enseñaba a chapurrear idiomas con un fuerte componente de gamificación

Ya tenías que ir a una academia o dedicar largos ratos en cursos online: podías aprender palabras, frases y pronunciación mediante pequeñas pruebas cuando estabas en el autobús o esperando en una cola. 

Duolingo logró lo más difícil: caernos bien (y enamorarnos)

Aprender con Duolingo era divertido y reconfortante. Las pequeñas recompensas funcionaban y convertían aquello casi en un videojuego al que poco a poco más gente se fue aficionando. La bola de nieve se fue haciendo más y más grande y Duolingo se convirtió en una de esas empresas que ya de primeras caía simpática

Parecía que todo lo que hacía lo hacía bien, y poco a poco la empresa fue dando pasos importantes para convertirse en el gigante que es hoy. Llegaron las certificaciones que querían rivalizar con los célebres exámenes TOEFL, su plataforma para escuelas, y cada vez más idiomas. Algunos, como el japonés, fueron un reto. Otros, como el Klingon o el alto valirio, eran sobre todo un divertimento que consolidaba esa imagen divertida y enrollada de la empresa.

Luego la cosa empezó a ponerse interesante porque Duolingo quiso no solo enseñarnos lenguajes para hablar, sino también lenguajes de programación. Se animó a querer servir como herramienta para que los más pequeños aprendieran a leer y escribir. Y para los jóvenes y no tan jóvenes, Duolingo se quiso convertir en profesor particular de matemáticas, de música o incluso de ajedrez.

Todo eso logró que con los años Duolingo lograse solidificar esa imagen de empresa que no solo resolvía problemas reales, sino que lo hacía de forma cercana, simpática y divertida. En 2021 la empresa decidió salir a bolsa y tras un par de años relativamente tranquilos, las acciones comenzaron a subir de valor de forma notable. Todo parecía ir de fábula para la empresa.

Y entonces todo se torció.

La IA ha herido de muerte a Duolingo, pero no por lo que creemos

Cuando en junio de 2024 OpenAI presentó GPT-4o muchos vimos el futuro. Uno en el que ya no tecleabas en tu ordenador o en la pantalla de tu móvil: bastaba con hablar con él

Eso prometía transformar muchos segmentos y matar algunos otros, y entre los amenazados estaban empresas como Duolingo. En aquel momento aquello no era tan obvio, pero cuando vimos a aquel chaval resolviendo un problema de mates con ayuda de la IA no era difícil imaginar que la enseñanza, tal y como la habíamos conocido, podía tener fecha de caducidad.

Curiosamente a Duolingo aquello no pareció afectarle demasiado. La empresa seguía creciendo, pero entonces pasaron dos cosas. La primera y más importante, una importante metedura de pata. Luis von Ahn anunció en abril una visión «AI First» en la que apostaría por la inteligencia artificial como nueva gran herramienta de su crecimiento. El mensaje sonó a «vamos a prescindir del ser humano», y aunque von Ahn trató de aclarar las cosas, el daño estaba hecho. 

Tras aquello, la debacle. Las acciones de Duolingo comenzaron a caer en picado. Pero la cosa no acabó ahí.

El segundo de esos acontecimientos que han acabado suponiendo un punto de inflexión se produjo en agosto, cuando GPT-5 demostró que uno podía montarse un Duolingo a medida para, por ejemplo, aprender francés de forma divertida. La gente dejó de estar enamorada de Duolingo y comenzaron a criticarla precisamente por aquello que la había hecho triunfar. Había demasiada gamificación y, como decía un usuario en Reddit, «para mí la recompensa para aprender un idioma es aprender el idioma». 

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Fuente: Cinco Días.

Las acciones siguieron cayendo casi de forma constante. Estos días Duolingo presentó resultados financieros, y lo curioso es que aunque fueron buenos, no fueron suficientemente buenos para Wall Street. 

La firma alcanzó 135 millones de usuarios mensuales activos (50 millones lo usan a diario), un 20% más que en el mismo periodo del año anterior. Subió también un 34% en usuarios de pago. Aunque uno pensaría que esos números eran fantásticos, también avisaron de que las previsiones para el cuarto trimestre no eran tan optimistas. Resultado: nueva debacle en bolsa

Tanto es así que las acciones se han desplomado un 64% desde marcar máximos aquel 1 de mayo, justo después del anuncio «AI First». Desde entonces la deriva de Duolingo ha sido preocupante, y los próximos meses sin duda marcarán aún más su futuro. 

La empresa está en un momento difícil, y el auge de la IA puede acabar provocando que quienes experimentan con su chatbot se den cuenta de que comenzar a aprender idiomas es tan fácil como decirle a ChatGPT «Quiero practicar un poco mi inglés contigo. Corrígeme cuando diga algo más y proponme pequeños ejercicios» de viva voz. Ese es el gran desafío para Duolingo de cara al futuro.

En Xataka | Cómo practicar idiomas utilizando inteligencia artificial

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