La cosa más bonita, emocionante y esperanzadora de noviembre ha salido de Inglaterra y es una predicción meteorológica

La cosa más bonita, interesante y esperanzadora de noviembre ha salido de un frío edificio de la ciudad británica de Reading y es una predicción meteorológica. En su última lectura estacional, el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas ha dado la campanada: sus datos apuntan a una NAO negativa.
Y eso, como habréis intuido, es una noticia magnífica para España.
Pero vayamos por partes y expliquemos de qué hablamos. La ‘NAO’ es la ‘Oscilación del Atlántico Norte‘: el ‘baile’ entre el anticiclón de las Azores y la baja de Islandia, los dos grandes fenómenos atmosféricos que rigen la meteorología del Atlántico norte.
Cuando el índice que usamos para «medir quien va ganando» es negativo, el anticiclón de las Azores es más débil de lo normal y, por eso mismo, no puede bloquear las borrascas profundas del atlántico. La consecuencia directa es que, circulan más al sur de lo normal: justo a nuestra latitud.
Eso es, justamente, lo que ha previsto el ECMWF desde su sede central en Reading, Inglaterra.

Kristian Strommen et als. (2021)
No es una predicción aislada. Al contrario, los expertos llevan avisando semanas de un invierno 2025-26 condicionado por La Niña y un vórtice polar potencialmente más débil; es decir, con mayor probabilidad de irrupciones frías en Europa suroccidental.
Se trata de la doble confirmación que necesitábamos para una predicción estacional que (estacional como es) sigue siendo demasiado genérica e incierta. Pero qué positiva es.
¿Por qué es importante? Como digo, para España esto es, en términos agregados, una buena noticia. Al aumentar la frecuencia con la que los ciclones se desvían al sur (favoreciendo los temporales atlánticos que nos alcanzan), el impacto positivo directo se hace notar en el nivel de los embalses y el precio de la energía.
¿Cuánto podemos fiarnos de una predicción de este tipo? Moderadamente. No hay duda de que los meteorólogos han mejorado mucho en su capacidad para capturar tendencias, pero no nos engañemos: ya nos cuesta trabajo predecir a 15 días vista, las estaciones y los meses son harina de otro costal.
No obstante, no es una predicción al azar. Sencillamente tenemos que entenderla como un riesgo o un escenario probable y no como un pronóstico determinista y cerrado. Porque, al final, en el enorme conjunto de escenario posibles, este empieza a ser el más probable.
Y, de confirmarse, nuestro embalses nos lo van a agradecer.
Imagen | WeatherModels






