El trabajador de un restaurante usó su descuento de empleado para pagar la cuenta: el cambio fue de 29.000 euros

Brandon Halstead, joven ayudante de cocina en la cadena británica de pubs y restaurantes Wetherspoon’s, usó su tarjeta de descuento para empleados en una comida familiar de siete personas.
El descuento era del 20% por lo que se ahorró unas 19,17 libras en la cuenta (unos 22 euros al cambio). Sin saberlo, el empleado había iniciado su peor pesadilla laboral.
Uso indebido de la tarjeta de descuento. Tal y como recogió el diario británico Mirror, Brandon Halstead utilizó su código de descuento para empleados en una comida con siete personas, él incluido, durante un día libre en uno de los locales de Wetherspoon’s. Sin saberlo, estaba incumpliendo la política interna que limita el descuento a grupos de cuatro personas o menos. Detalle que el propio Brandon reconoció desconocer cuando la empresa inició una investigación interna.
Pese a que el empleado reconoció su desconocimiento de la norma y mostró su arrepentimiento, la empresa lo acusó de «deshonestidad y abuso» del programa de descuentos, y lo sometió a una audiencia disciplinaria por falta grave. Este uso indebido, aunque sin mala fe, le supuso una sanción disciplinaria estricta por parte de la cadena de restaurantes.
Los accesos indebidos pusieron la puntilla. Durante la investigación del uso de los descuentos, se descubrió que la madre de Brandon tenía acceso a la aplicación de empleados de Wetherspoon’s. La madre explicó a los responsables que era para organizar los horarios de trabajo y los desplazamientos en transporte público de su hijo, quien tiene un diagnóstico de autismo. La empresa interpretó este acceso como una violación de su política de seguridad de datos, lo que agravó todavía más las sanciones, hasta el punto de afectar al salario de Brandon, además de generarle lo que el DailyMail describió como «un estrés y ansiedad significativos».
Ante esta situación de presión contra el empleado, agravada por su condición de autismo, el joven solicitó la baja médica por motivos de salud mental derivados del conflicto laboral. Ante la negativa de la empresa de reunirse con ellos para encontrar una solución que pusiera punto final a ese ambiente de tensión, la madre de Brandon presentó una demanda argumentando que la empresa no hizo «ajustes razonables» para atender la discapacidad de Brandon.
La justicia lo tiene claro: no hubo mala fe. Un tribunal laboral local rechazó la acusación de acoso por discapacidad, pero consideró desproporcionada la aplicación de una «política de tolerancia cero estricta» a una persona con autismo «que desconocía la norma y no actuó con mala fe al aplicarla».
La jueza laboral Murdoch señaló que «en el caso de Brandon no había ninguna prueba de deshonestidad. Brandon admitió inmediatamente haber infringido las normas de la política de descuentos porque las desconocía. Una característica típica del autismo es un fuerte deseo de cumplir las normas». «Una persona sin autismo, podría haber conocido las normas de la política de descuentos y haberlas infringido de forma fraudulenta, o podría haber mentido al ser preguntada sobre si las había infringido», recalcó la jueza Murdoch.
Adaptación de su puesto de trabajo. En cuanto al acceso a los datos de horario por parte de la madre, la jueza recrimina a la empresa no haber adaptado el puesto mínimamente a las necesidades de Brandon. «Consideramos que la aplicación de este procedimiento estándar coloca a Brandon en una situación de desventaja sustancial en comparación con una persona sin autismo. Por ello, el tribunal dictaminó que Wetherspoon’s debía indemnizar a Brandon con 25.412 libras esterlinas, equivalentes a unos 28.900 euros, por no haber hecho los ajustes necesarios que evitaran la situación de estrés y ansiedad a su empleado.
Por su parte, la empresa rechazó ofrecer comentarios al Mirror, alegando que «La persona sigue empleada por Wetherspoon y no hacemos comentarios sobre asuntos laborales que involucren a empleados actuales. Cabe señalar que la denuncia de acoso de los empleados no prosperó».
Imagen | Unsplash (Cova Software)








