Si realmente quieres comprender a China (y cómo enfoca el futuro), lo tienes fácil: lee sus planes quinquenales

Poco, nada, se parece la China de hoy a la de mediados del siglo XX, cuando en tiempos de Mao Zedong la República Popular decidió impulsar su primer plan quinquenal. Corría el año 1953 y el país se preparaba para el Gran Salto Adelante, un intento de modernización industrial que se saldó con una hambruna de trágicas consecuencias. Desde entonces China ha encadenado de forma casi ininterrumpida planes a cinco años vista, documentos que ayudan a entender su evolución.
Su lectura resulta interesante ahora que el Comité Central del Partido Comunista ha puesto en marcha la maquinaria para dotarse de un plan para 2026-2030.
¿Jugando a corto o largo plazo? El lunes Isaac Stone Fish, fundador de Strategy Risk, abrió un debate interesante en X: ¿Qué horizonte maneja China a la hora de trazar estrategias? ¿Se centra en el largo plazo o piensa a solo unos años vista? No es una cuestión menor. El propio Stone sacaba el tema a colación de un video divulgado por la Casa Blanca, el fragmento de una entrevista concedida por Trump a la CBS en la que se apuntaba que los chinos «juegan a largo plazo».
«Una lectura recomendable». «Dejemos de decir que los chinos juegan a largo plazo. Es una tontería orientalista que debemos erradicar de nuestro discurso con China. Lean el Plan Quinquenal de hace cinco años y verán cuán diferente se ha vuelto China de lo que predijeron sus líderes. Los chinos piensan, como el resto de la gente, principalmente en los retos que afrontarán hoy y en los próximos años», reivindica el analista, quien asegura que los discursos a largo plazo tienen otros propósitos, como la auto reafirmación del partido. No es el único que lo cree.
«Si te interesa la realidad, lee los planes quinquenales chinos. Son instructivos», deslizaba otro usuario en X. «Lea un plan de hace cinco años. Es recomendable».
¿Pero qué son los planes quinquenales? Guías económicas y sociales, directrices a cinco años vista que se marcan a sí mismas las autoridades chinas y que básicamente fijan objetivos en materia de desarrollo, industria, innovación o bienestar. También los caminos para alcanzarlos. El primero data de 1953 y desde entonces han ido sucediéndose (sin casi pausas) con mayor o menor fortuna, pero ejerciendo una influencia clave en la evolución nacional de los últimos 70 años.
De hecho no es extraño oír que el punto de inflexión en el desarrollo moderno de China llegó en 1978, con la reforma económica impulsada por Deng Xiaoping, a la que poco después le siguió un plan quinquenal para el período 1981-1985.

«Una directriz macro». «El plan quinquenal sirve para que los líderes hagan balance, examinen retos y tareas, fijen indicaciones y avancen. Se debe seguir de cerca, ya que el pensamiento estratégico y la planificación se han convertido en una rareza entre los gobiernos», explican a EFE los analistas de Nomura.
«Es una instrucción o directriz a nivel macro para que el mercado sepa, incluidos los inversores, empresas estatales y el público, para tener la expectativa correcta de lo que será la política gubernamental en el futuro», comenta en AP Li Lun, profesor de la Universidad de Beijing. Su papel es importante porque, como recuerda Neil Thomas, investigador del Asia Society Policy Institute, marca una diferencia clave con Europa o EEUU «La política occidental funciona mediante ciclos electorales, pero la formulación de políticas chinas opera con ciclos de planificación».
En el foco. Que se esté hablando justo ahora de los planes quinquenales chinos no es casualidad. El país está inmerso en la elaboración de la nueva hoja de ruta que marcará sus pasos hasta 2030, un escenario complejo marcado por la crisis inmobiliaria, el debilitamiento del consumo interno, las tensiones comerciales, el paro juvenil o el envejecimiento de la población, entre otros desafíos.
Hace unos días el Comité Central del Partido Comunista Chino se reunió a puerta cerrada para hablar del nuevo plan quinquenal, un documento que no se aprobará hasta marzo de 2026, pero del que Pekín ha querido avanzar algunas claves. Entre otras metas se perseguirá la autosuficiencia tecnológica, mantener en un nivel «razonable» de la manufactura y elevar la esperanza de vida hasta los 80 años.
¿Por qué es importante? Porque aunque aún queda camino por delante para la aprobación del nuevo plan quinquenal, en el pasado esa hoja de ruta ha sido clave para comprender las prioridades del Gobierno chino. También en su desarrollo. A finales de octubre Nick Mash publicó un análisis en la BBC en la que detalla tres ocasiones en las que los planes han influido en la economía mundial: la tendencia reformista y aperturista de 1981-1984, la apuesta por las «industrias emergentes estratégicas» durante 2011-2015 y el «desarrollo de alta calidad» (2021-2025).
Imágenes | Dominic Kurniawan Suryaputra (Unsplash) y Partido Comunista Chino






