Crisis en El Oro: Síndico exige la renuncia de la presidenta municipal por presuntos malos manejos
La tensión política crece en el municipio de El Oro. El síndico municipal acusa a la presidenta de opacidad, mal uso de recursos y abandono de servicios públicos; la ciudadanía exige transparencia y resultados ante el deterioro de la administración local.
Valeria Vargas
El Oro, Estado de México.– La administración municipal de El Oro atraviesa una de sus mayores crisis políticas en los últimos años. El síndico municipal ha exigido la renuncia inmediata de la presidenta municipal, a quien acusa de malos manejos administrativos, falta de transparencia y presunto desvío de recursos públicos.
Las declaraciones del síndico fueron contundentes: existen irregularidades en la adjudicación de obras, contratos sin licitación y opacidad en el uso del presupuesto municipal. Según sus palabras, la gestión actual “ha perdido el rumbo” y mantiene al municipio “sumido en el abandono”.
Los reclamos no son nuevos. Vecinos y comerciantes locales han denunciado que las calles permanecen deterioradas, los servicios públicos son deficientes y la obra pública prácticamente se ha detenido. Pese a los recursos destinados por el gobierno estatal y federal, los resultados no se reflejan en la vida cotidiana de los orenses.
“El pueblo está cansado de los abusos, de las promesas y de ver cómo se beneficia a unos cuantos mientras el municipio se hunde”, expresó el síndico durante una reunión con medios locales.
Ante estos señalamientos, la presidenta municipal ha guardado silencio, aunque en su entorno aseguran que los ataques responden a intereses políticos internos. Sin embargo, la falta de respuestas oficiales solo ha incrementado el malestar ciudadano.
Organizaciones civiles y vecinos han pedido la intervención del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México (OSFEM) para auditar los gastos municipales y determinar si existen responsabilidades administrativas o incluso penales.
Mientras tanto, la desconfianza hacia el gobierno local crece cada día, reflejando una ruptura profunda entre las autoridades y la población. Los habitantes de El Oro exigen resultados, no excusas
