Le ha costado pero lo ha conseguido: la Sagrada Familia se acaba de convertir en el techo del cristianismo en el mundo

Que la Sagrada Familia es una joya arquitectónica tiene pocas dudas. Que es uno de los grandes iconos de Barcelona y una de las paradas obligadas para los turistas que acuden a la ciudad, tampoco, como lo atestiguan los 4,8 millones de visitantes que recibió el año pasado. Ahora el templo de Antoni Gaudí podrá presumir de un mérito añadido: ser la iglesia más alta de todo el planeta, una marca que acaba de arrebatarle a la Catedral de Ulm, que conservaba esa plusmarca desde 1890.
La clave: un pequeño gran estirón de su torre central.
¿Qué ha pasado? Que el ranking mundial de megaconstrucciones ha experimentado un cambio importante. Sobre todo por lo que tiene de simbolismo para Barcelona, Cataluña y el conjunto de España. Ayer, en vísperas casi de Todos los Santos, los responsables de las obras de la Sagrada Familia izaron una pieza de la ‘Torre de Jesucristo’ que ha elevado la altura del templo hasta casi 163 m.
Si el dato no fuera sorprendente de por sí, llega acompañado de una sorpresa para los amantes de los récords mundiales: ha convertido al templo catalán en la iglesia más alta del mundo, mérito que le ha arrebatado a la Catedral de Ulm.

Y eso, ¿por qué? Lo que acaba de incorporar el templo es parte de la cruz de la ‘Torre de Jesucristo’, una pieza central de la Sagrada Familia. Más concretamente lo que instalaron el jueves los operarios con una grúa es el brazo inferior de la cruz (de 7,25 m y 24 toneladas), que había llegado en julio dividida en cuatro paneles.
Los responsables del proyecto detallan que la pieza tiene geometría de doble giro, forma cuadra en la base, octogonal en la superior y un revestimiento de cerámica blanca esmaltada y vidrio, materiales escogidos por su «luminosidad y resistencia a condiciones atmosféricas». «Una vez completada, la cruz tendrá una altura total de 17 m, equivalente a un edificio de cinco plantas, y un ancho de 13,5 m», aclaran.

¿Por qué es importante? La Sagrada Familia lleva casi un siglo y medio construyéndose, un extenso período lleno de vaivenes y marcado por hitos como la muerte del padre del proyecto, el arquitecto Antoni Gaudí (1926), la Guerra Civil o la pandemia del Covid-19. A lo largo de esa vasta crónica las obras han celebrado hitos importantes, pero el del jueves resulta especialmente simbólico.
¿El motivo? Como se ha encargado de recordar la Iglesia Arquidiocesana de Barcelona, la nueva pieza eleva la altura glonal del templo a 162,91 metros. Se espera que en los próximos meses, a medida que se completen las obras, la ‘Torre de Jesucristo’ dé otro estirón hasta alcanzar los 172 m, pero la marca actual ha sido suficiente ya para convertir a la Sagrada Familia en un edificio récord.
¿Y quién tenía el récord? Ahora mismo la iglesia más alta del mundo (reconocida por el Guinness World Records) es la Catedral de Ulm, una iglesia luterana situada en Baden-Württemberg (Alemania), levantada en varias fases entre 1377 y 1890 y que dispone de una aguja que alcanza una altura de 161,5 m.
La diferencia con el templo catalán es aún mínima, pero eso cambiará probablemente en los próximos meses a medida que se complete la torre. En verano el templo ya conquistó otro hito, también gracias al pináculo: superó a la Torre Mapfre y Hotel Arts y se convirtió en el mayor edificio de Barcelona.
Su construcción es posible gracias en gran medida al dinero que pagan los visitantes para conocer el templo. El año pasado se superaron los 4,8 millones de visitantes, un 2,7% más que en 2023 e incluso por encima de los datos precovid.
Imágenes | Sagrada Familia 1 y 2





