POR. EL HUSMEADOR

¡Cielos Cerrados por Arrogancia! La 4T Entierra al AIFA y Entrega a Trump la Excusa Perfecta para Humillar a México
El Departamento de Transporte de EE.UU. no inventó la pólvora: solo apretó el gatillo que la Cuarta Transformación cargó con soberbia durante seis años. Trece rutas mexicanas canceladas, el AIFA reducido a un hangar de lujo sin carga ni pasajeros, el AICM congelado como estatua de sal. Todo por la obsesión ideológica de Andrés Manuel López Obrador de forzar un aeropuerto fantasma (AIFA) a costa de violar tratados, expulsar carga estadounidense y cerrar Toluca a vuelos internacionales.
Hoy, con Claudia Sheinbaum apenas calentando la silla presidencial, Trump 2.0 cobra la factura con intereses: «Si México juega sucio, nosotros también». Y el responsable no está en Washington; está en Palacio Nacional, firmando decretos que convierten la aviación en dogma. Recordemos el pecado original: 2021-2022, la 4T decreta la muerte del AICM. De 61 a 44 slots por hora «por saturación», dicen. Pero la saturación era política: había que desangrar al AICM para inflar al AIFA, el capricho de 300 mil millones de pesos que AMLO juró sería «el aeropuerto del pueblo». ¿Cómo? Expulsando a aerolíneas de carga gringas (FedEx, UPS, DHL) al AIFA, a 45 km del centro, con infraestructura a medio hacer, sin trenes ni accesos dignos. Costo para ellas: +30% en logística, +2 horas por entrega. Washington advirtió: «Violación del Acuerdo de Cielos Abiertos de 2015». México respondió con el clásico «me vale». Luego vino el golpe mortal a Toluca. El Aeropuerto Internacional de Toluca, que en 2015 movía 5 millones de pasajeros y era el hub low-cost perfecto, fue literalmente clausurado a vuelos comerciales internacionales por decreto en 2022. ¿Motivo? «Competencia desleal al AIFA». Volaris e Interjet fueron amenazadas con perder slots en AICM si no se mudaban a Santa Lucía. Resultado: Toluca pasó de 300 vuelos diarios a 30, convertido en estacionamiento de jets privados de los amigos del poder. Hoy, mientras el AIFA lucha por llenar el 10% de su capacidad, Toluca podría haber absorbido rutas canceladas… pero está cerrado por orden de la 4T. ¿Y la carga? La 4T la prohibió en el AICM para «proteger al AIFA». Olvidaron o les valió que el 40% del comercio México-EE.UU. viaja en bodegas de aviones de pasajeros (belly cargo). Sin belly cargo, el AIFA se convierte en un elefante blanco logístico. EE.UU. lo vio venir: «México nos está robando mercado». La respuesta de AMLO: silencio y más decretos. Sheinbaum heredó el desastre. En julio de 2025, intentó suavizar: devolvió algunos slots a aerolíneas gringas, prometió «diálogo». Pero el daño estaba hecho. El DOT documentó tres años de congelamientos ilegales, cancelaciones arbitrarias y falta de transparencia. La orden de Sean Duffy es quirúrgica: corta rutas del AIFA (Houston, McAllen, Nueva York, Chicago…), congela belly cargo y prohíbe expansiones en AICM. Viva Aerobus pierde 11 rutas de un plumazo. Aeroméxico, su vuelo a Puerto Rico. Volaris, Newark. Todo planeado desde el AIFA, el aeropuerto que la 4T juró sería «el más moderno del mundo».
Y ayer por la mañana, en su conferencia mañanera, Sheinbaum respondió con un discurso que suena a eco de la soberbia heredada: rechazó la decisión como «unilateral e injustificada», exigiendo que «a México se le respeta» y soltando la frase estrella: «México no es piñata de nadie». Sugirió que podría tratarse de «intereses políticos o económicos» para favorecer a aerolíneas gringas, y defendió el traslado de carga al AIFA como una «decisión soberana por protección civil», asegurando que incluso las empresas estadounidenses están «muy contentas» allí. Anunció una reunión para este viernes con Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus para armar una estrategia, y pidió al canciller Juan Ramón de la Fuente contactar a Marco Rubio para una cita la próxima semana. ¿Diálogo? Suena bien, pero ¿dónde estaba esa «soberanía» cuando se violaban tratados? Sheinbaum pinta el AIFA como un éxito rotundo –»funciona correctamente»–, ignorando que su bajo tráfico es el detonante de esta crisis. Es el clásico guinda: culpar al vecino en lugar de admitir el error propio. El cinismo es monumental. Mientras AMLO tuiteaba «no somos colonia», su gobierno entregó a Trump la justificación perfecta para tratar a México como un país bananero que no respeta tratados. Hoy, miles de pasajeros varados, exportadores de aguacate pagando +30% en fletes, y el Mundial 2026 en puerta, con riesgo de colapso logístico. ¿La culpa? No de Trump. De la obsesión por un aeropuerto ideológico que nunca despegó. Sheinbaum tiene dos opciones:
A.-Seguir defendiendo el AIFA como dogma, con frases patrióticas que no resuelven nada, y ver cómo EE.UU. escala sanciones hasta 2026.
B.-Abrir Toluca YA, devolver slots al AICM, negociar con hechos y no con discursos.
Porque mientras la 4T siga viendo la aviación como trofeo político, los únicos que volarán alto serán los jets privados de los morenistas… y los misiles diplomáticos de Washington. México no merece cielos cerrados por capricho. Merece un gobierno que vuele con la cabeza, no con la soberbia.





