La próxima Xbox apunta a ser más PC que nunca. Y eso significa una cosa: multijugador gratis, según Windows Central
Puede que estemos ante el mayor giro en la historia de Xbox desde su nacimiento hace casi 25 años. El concepto clásico de consola doméstica, que ha compartido protagonismo con PlayStation durante todo este tiempo, parece encaminado a diluirse para acercarse más que nunca al del PC. Una transformación profunda que incluso pone en entredicho la necesidad de pagar por el multijugador.
Eso es, al menos, lo que dejan entrever los últimos movimientos de Microsoft, las declaraciones de algunos de sus principales ejecutivos y lo publicado por Windows Central. Si esta estrategia llega a consolidarse, podría abrir una nueva etapa de oportunidades para la plataforma, aunque también marcaría el inicio de nuevos desafíos.
Una nueva experiencia Xbox. Todo apunta a que el siguiente paso de Xbox será dejar atrás los límites que siempre separaron a las consolas del PC. El mencionado medio señala que la próxima generación se construirá sobre una base de Windows, con una interfaz pensada para el salón, pero con la libertad de poder saltar al escritorio cuando lo deseemos. La idea es sencilla pero ambiciosa: una máquina que se enciende como una consola, se siente como una consola, pero que puede comportarse como un ordenador completo si el jugador así lo quiere.
Las pistas no son pocas. Phil Spencer ya había anticipado hace tiempo que el futuro de Xbox pasaría por experiencias más abiertas, y en su última intervención volvió a insistir en ello. Dijo que quienes quieran imaginar cómo será la próxima generación solo tienen que mirar el Xbox Ally. Por su parte, Sarah Bond, presidenta de la división, confirmó que ya están trabajando en el nuevo hardware junto a AMD. “Estamos totalmente enfocados en crear productos para el futuro”, aseguró.
El laboratorio ASUS. En el terreno práctico, la ASUS ROG Ally —y su versión mejorada, la Ally X— representan el mejor experimento hasta ahora del futuro que Microsoft imagina. Ambos dispositivos funcionan con Windows y permiten usar lanzadores como Steam o Epic, ofreciendo una libertad casi total. Sin embargo, aún no logran lo esencial: acceder de forma nativa al catálogo Xbox. Esa limitación explica por qué la compañía quiere ir más allá, buscando una consola que una ambos mundos sin que el jugador sienta que está renunciando a nada.

Xbox sin peajes. Según las fuentes consultadas, Microsoft estaría preparando un cambio histórico: eliminar el pago por el multijugador en su próxima consola. El razonamiento es simple. Si el nuevo hardware se comportará como un PC, no tendría sentido cobrar por algo que en otras plataformas es gratuito. En ese modelo más abierto, el jugador podría elegir dónde y cómo jugar, sin sentirse obligado a pagar para conectarse con otros.
Catálogo y retrocompatibilidad. Uno de los grandes atractivos de esta nueva etapa será poder jugarlo prácticamente todo. De acuerdo con Windows Central, Microsoft planea que la próxima Xbox soporte toda la biblioteca de Series X|S, además de los títulos retrocompatibles de generaciones anteriores. Y no solo eso: también permitirá acceder a juegos de PC mediante plataformas como Steam o Epic. Un sistema que promete borrar las fronteras entre generaciones y formatos.
El reto de la ejecución. La teoría es brillante, pero tendremos que esperar para saber cómo resultará en la práctica. En el ROG Ally, la experiencia entre la capa de Xbox y el entorno Windows no siempre resulta fluida. Windows Central apunta que Microsoft es consciente de estos problemas y está trabajando para que la próxima consola elimine esas fricciones. Si lo logra, el salto podría ser tan grande como el que promete.
Todo apunta a que Microsoft está dispuesta a reescribir lo que entendemos por consola. Si consigue integrar la apertura del PC con la simplicidad de Xbox, podría marcar un antes y un después en su historia. Pero todavía quedan preguntas en el aire: precio, calendario y, sobre todo, la respuesta de los jugadores. Después de un cuarto de siglo, Xbox parece dispuesta a reinventarse, y esta vez el salto promete ser tan arriesgado como necesario.
Imágenes | Microsoft








