MONTA CHOQUES TOMAN EL PERIFÉRICO: AUTORIDADES AUSENTES EN EL EDOMEX

Automovilistas denuncian fraudes, amenazas y extorsiones en vialidades mexiquenses; la policía y la fiscalía brillan por su ausencia.
Valeria Vargas
Estado de México. — Cada día, cientos de automovilistas transitan por el Periférico y las principales avenidas del Valle de México con un temor que ya no se limita a la inseguridad común: ahora temen ser víctimas de los llamados “monta choques”, bandas que provocan accidentes menores para exigir dinero bajo amenazas, mientras las autoridades estatales permanecen indiferentes.
Las denuncias por “monta choques” se multiplican en redes sociales y foros de automovilistas. Los testimonios coinciden: autos particulares —generalmente compactos o camionetas— se cruzan de manera repentina o frenan intencionalmente para provocar una colisión.
Acto seguido, los ocupantes descienden y exigen dinero, asegurando ser familiares de funcionarios o policías para intimidar a las víctimas.
Pese a la frecuencia de los casos, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) no cuenta con un registro oficial del delito, ya que en muchos casos se clasifica como “hecho de tránsito” o “extorsión simple”.
Esto deja a los automovilistas sin protección legal ni seguimiento judicial, y a los delincuentes, con total libertad para operar.
Los puntos más señalados por los afectados son los tramos del Periférico Norte, Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli, además de vialidades como Las Torres, la López Portillo y la Gustavo Baz, donde las víctimas aseguran que los agresores actúan con plena impunidad.
“Llamé a la policía municipal y nunca llegó. Me dijeron que el caso era competencia estatal. Cuando marqué a la Fiscalía, me dijeron que levantara una denuncia en línea. Todo fue inútil”, relató una víctima que fue interceptada a plena luz del día cerca de la salida a Valle Dorado.
En contraste, las cámaras del C5 parecen invisibles ante estos actos, y ni la Secretaría de Seguridad ni las direcciones municipales de tránsito han emprendido operativos reales para disuadirlos.
El problema se agrava porque las aseguradoras, ante la falta de testigos o videos, suelen clasificar estos incidentes como responsabilidad compartida, lo que implica pérdidas económicas para las víctimas y una larga batalla legal por demostrar la intencionalidad del choque.
“Los monta choques conocen las lagunas del sistema: actúan rápido, amenazan, piden dinero y desaparecen antes de que llegue una patrulla. Las autoridades simplemente no responden”, afirma un perito automotriz de Naucalpan.
Mientras los conductores se organizan en grupos de redes sociales para alertar sobre los puntos de riesgo, la respuesta institucional ha sido mínima.
Ni el Gobierno del Estado de México ni la Secretaría de Seguridad han lanzado una campaña específica para prevenir o sancionar estos fraudes, a pesar de que la práctica lleva más de cinco años denunciándose de manera constante.
Expertos en movilidad advierten que la pasividad estatal envía un mensaje de permisividad, alentando a los delincuentes a seguir operando.
“Los automovilistas están completamente indefensos. No hay protocolos, no hay patrullajes focalizados, y la fiscalía no investiga. Es un vacío de autoridad”, subraya el abogado penalista Alejandro Gutiérrez.
El fenómeno de los monta choques refleja un patrón más profundo: la descomposición del sistema de seguridad y justicia en el Estado de México, donde la burocracia, la corrupción y la falta de coordinación entre corporaciones ponen en riesgo a miles de automovilistas cada día.
Mientras tanto, los delincuentes siguen operando con impunidad en el Periférico y avenidas clave, sabiendo que en el Edomex, chocar ya no es un accidente… es una trampa.
