Fábrica de colchones se incendia por segunda vez en Ecatepec… y sigue operando

Vecinos exigen clausura definitiva; autoridades siguen sin cancelar permisos.
Una bombera resultó intoxicada. Más de 100 elementos y 500 personas evacuadas. El inmueble ya había ardido antes. ¿Hasta cuándo la omisión?.
STAFF
Este 21 de octubre, una fábrica ubicada en la colonia Hank González, en Ecatepec, se incendió por segunda ocasión en menos de dos años. El inmueble, donde se fabricaban salas y colchones, volvió a arder debido a la presencia de materiales altamente inflamables, como hule espuma y productos químicos peligrosos (poliolkraft, poliol y AT-20).
El fuego obligó a evacuar a más de 500 vecinos, suspender el servicio del Mexicable y movilizar a más de 100 bomberos de Ecatepec y otros municipios. Una bombera fue hospitalizada por intoxicación.
Pese al historial de incendios, el establecimiento nunca fue clausurado ni se le revocaron los permisos de funcionamiento. Hasta hoy, no existe explicación oficial sobre por qué continúa operando en una zona habitacional.
Las autoridades de Protección Civil, Desarrollo Urbano y el propio Ayuntamiento de Ecatepec tienen conocimiento del riesgo que representa esta instalación, pero han optado por mirar hacia otro lado.
El saldo de esta omisión: evacuaciones masivas, una rescatista hospitalizada, y cientos de Tras el incendio, habitantes de la colonia Hank González exigieron a gritos lo que vienen pidiendo desde el primer incidente:
✅ Clausura inmediata del inmueble
✅ Cancelación definitiva de permisos
✅ Investigación a autoridades por omisión
✅ Reubicación de este tipo de fábricas lejos de zonas habitacionales
El comunicado municipal (Boletín 989/DCS/Ecatepec) se limita a informar que el fuego fue controlado, pero omite mencionar que es un incendio reincidente, y no aclara si se abrirá una investigación o si se suspenderá el permiso del establecimiento.
Ecatepec no puede seguir normalizando incendios industriales en zonas urbanas como si fueran fenómenos inevitables. La negligencia, la omisión y la falta de sanciones están alimentando una crisis de seguridad pública silenciosa, que tarde o temprano podría convertirse en una tragedia mayor
