Algo ha impactado contra un Boeing 737, hiriendo al piloto. Lo verdaderamente inaudito: ocurrió a 11.000 metros
Un parabrisas destrozado, un piloto con el brazo cubierto de cortes y el vuelo 1093 de United Airlines desviado para un aterrizaje de emergencia. El avión que cubría la ruta de Denver a Los Ángeles se ha convertido en el misterio aeronáutico del momento después de que, aparentemente, algo impactara contra la cabina de pilotos a 11.000 metros de altura.
Lo que sabemos. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB) está investigando un incidente ocurrido el jueves con un Boeing 737 MAX 8 que sobrevolaba Moab, Utah, a velocidad de crucero. El avión viajaba a una altitud de 36.000 pies cuando ocurrió un presunto impacto en la cabina de pilotos.
Las fotos del incidente muestran el parabrisas del lado del capitán completamente astillado, la consola central del avión salpicada de vidrio y el brazo del piloto cubierto de pequeños cortes y abrasiones. Según las primeras informaciones, el capitán «pensó que los había golpeado un trozo de basura espacial metálica». Al aterrizar de emergencia en Salt Lake City acabaron descubriendo un impacto «de 3,5 pulgadas» en el panel exterior del parabrisas, pero la cabina no se despresurizó.
¿Basura espacial? El parabrisas del avión se ha enviado a los laboratorios de la NTSB para su análisis, pero los investigadores no trabajan sobre la hipótesis de que fuera un impacto de basura espacial, sino parte de un objeto más mundano que también vuela más alto que los aviones: un globo meteorológico.
Aunque la basura espacial sea un problema cada vez mayor, la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) considera «minúsculo» el riesgo de que un trozo de satélite o cohete impacte en un avión. Que, además, hiera a una persona a bordo, tiene una probabilidad «inferior a una entre un billón».
El famoso divulgador Scott Manley señala uno de los principales motivos para el escepticismo: los satélites modernos están diseñados para desintegrarse en piezas pequeñas. Al llegar a altitudes de crucero, estas piezas ya no son hipersónicas y tienen una energía de impacto baja.
Entonces, ¿un globo? Si no fue basura espacial, ¿qué pudo romper el parabrisas y herir al piloto? Una de las imágenes exteriores del avión muestra, además del parabrisas roto, decenas de pequeñas marcas y abolladuras en el fuselaje metálico del avión, justo encima de la ventana, lo que podría ser un indicio de que se encontraron con una tormenta de granizo.
El granizo es poco común a 11.000 metros, pero no imposible. Sin embargo, la NTSB trabaja sobre la línea de investigación de que fuera «una pieza del paquete de datos de un globo meteorológico», según la web especializada AVBrief. Estos globos y sus cargas útiles operan habitualmente a 25.000-40.000 metros de altura. Eso sí: si la pieza seguía atada a un globo, es extraño que el piloto lo confundiera con basura espacial.
El parabrisas falló. Independientemente de lo que golpeara el avión, las fotos sugieren que el parabrisas no hizo su trabajo. Las ventanas de la cabina de un 737, explica Manley, tienen múltiples capas estructurales: vidrio en el exterior y el interior, con una capa de polímero en medio.
El impacto no causó una despresurización, lo que indica que la estructura principal y la capa de polímero resistieron, pero la capa de vidrio interior se fracturó violentamente, proyectó «polvo de vidrio» y pequeños fragmentos hacia el piloto, y causó las abrasiones y cortes que se ven en las fotos.
La tripulación descendió a 26.000 pies tras el incidente para reducir el diferencial de presión sobre la ventana dañada, y aterrizó sin más complicaciones. La respuesta definitiva sobre qué golpeó al vuelo 1093 tendrá que esperar al análisis forense que la NTSB está realizando sobre ese parabrisas destrozado.
Imágenes | JonNYC