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Los centros de datos no quieren depender de la red eléctrica convencional. Solución: construir centrales propias

Los centros de datos de IA han provocado una nueva fiebre: la llamada «tráete tu propia energía». La demanda y el consumo que imponen estas plantas es tan enorme que no quieren depender de fuentes externas. La solución es teóricamente sencilla, y ya estamos viendo cómo cuando se construye un nuevo centro de datos, es normal que al lado se construya algún tipo de central eléctrica.

Lo estamos viendo ya. Los centros de datos que OpenAI y Oracle están construyendo al oeste de Texas están acompañados de la creación de una central eléctrica basada en gas natural. Tanto Colossus 1 como Colossus 2 de xAI en Memphis aprovechan turbinas de gas. Y como indican también en The Wall Street Journal, más de una docena de centros de datos de Equinix en todo EEUU se alimentan de células de combustible independientes. Si la red eléctrica convencional no se puede usar, no pasa nada: te creas una central eléctrica y listo.

EEUU tiene un problema eléctrico. Los gigantes tecnológicos preferirían conectarse a la red convencional, pero los cuellos de botella en la cadena de suministro, la burocracia —permisos, licencias— y la llentitud en la construcción de la infraestructura de transmisión necesaria lo impiden. Según la firma ICV, Estados Unidos debería añadir unos 80 GW de nueva capacidad de generación al año para seguir el ritmo de la IA, pero ahora mismo se están construyendo menos de 65 GW al año. Hay otra consecuencia directa de este problema: la subida de la factura de la luz.

Centros de datos que parecen ciudades. Las necesidades y ambición de las empresas de IA ha hecho que los centros de datos se conviertan en monstruos de cálculo y consumo de recursos. Uno solo puede consumir tanta electricidad como 10.000 tiendas de la cadena de electrónica Walmart, estiman en WSJ. Antes de 2020 los centros de datos representaban menos del 2% del consumo energético de EEUU. Para 2028 se espera que representen hasta el 12%. Un centro de datos de 1,5 GW, por ejemplo, plantearía un consumo similar al de la ciudad de San Francisco, con unos 800.000 habitantes.

China saca mucha ventaja a EEUU en esto. Mientras EEUU lidia con esa falta de potencia, China no para de invertir en nueva generación de energía. Según datos de la National Energy Administration, el país asiático añadió 429 GW de nueva generación de energía en 2024, mientras que EEUU solo añadió 50 GW. Es cierto que China tiene cuatro veces más población, pero su planificación centralizada está ayudando a evitar problemas que afectan a la red eléctrica de EEUU. 

El caballero blanco al rescate. Ante esa escasez, el gas natural se ha convertido en el recurso preferido para la generación de energía in situ. Aunque las grandes turbinas tienen largos plazos de entrega, turbinas más pequeñas o celdas de combustible que usan gas natural se están usando por su rápida disponibilidad e instalación. 

Las renovables pierden fuelle. Mientras, la cosa no promete para las energías renovables (solar y eólica, sobre todo). Hay unos 214 GW de nueva generación teóricamente en proyecto, pero el gasto en dichas tecnologías podría disminuir debido a la posible pérdida de créditos fiscales: el gobierno de Trump critica que esas energías limpias no proporcionan un flujo constante necesario para la IA. 

La alternativa nuclear. Frente a ese aparente declive de las nucleares, hay un creciente interés por las reactores nucleares compactos (SMR), que permiten aportar las ventajas de este tipo de central y una flexibilidad que puede ser muy interesante para los centros de datos de IA. Amazon, Google, Meta o Microsoft están apostando parte de su futuro a la energía nuclear, pero eso no significa que no haya retos que superar.

Imagen | Wolfgang Weiser

En Xataka | Récord mundial en fusión nuclear: el reactor alemán Wendelstein 7-X ha batido todos los registros

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