Estado de México

El viacrucis del paciente en el ISSEMyM, para recibir una interconsulta con un especialista.

 Para obtener una cita con un especialista, los pacientes deben esperar más de un año, y eso solo marca el inicio de una larga cadena de obstáculos burocráticos que pone a prueba la paciencia y en muchos casos, la salud de quienes acuden en busca de atención que ya pagaron mediante sus aportaciones.

FIRR

Conseguir atención médica en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) se ha convertido en un auténtico viacrucis para miles de derechohabientes. Para obtener una cita con un especialista, los pacientes deben esperar más de un año, y eso solo marca el inicio de una larga cadena de obstáculos burocráticos que pone a prueba la paciencia y en muchos casos, la salud de quienes acuden en busca de atención.

Todo comienza cuando el sistema abre las agendas médicas. Los usuarios deben estar atentos a ese momento casi milagroso, pues las citas se agotan en minutos. Una vez conseguida, hay que confirmar y esperar. Si el médico general determina que se requiere una interconsulta con otro especialista, empieza la segunda parte del calvario.

En el Centro Médico ISSEMyM de Toluca, por ejemplo, el área de cardiología exige la autorización del coordinador del servicio, quien puede rechazar una interconsulta incluso si dos especialistas la recomiendan. “No presenta síntomas”, es la respuesta frecuente, aunque el paciente ya cuente con diagnósticos previos. La opción entonces es acudir con el subdirector, pero rara vez está disponible; en su lugar, secretarias que parecen desconocer su función pública es apoyar al paciente se limitan a obstaculizar el proceso, empujando al enfermo a desistir.

Es importante aclarar que el problema no radica en los médicos, quienes suelen mostrar profesionalismo y disposición, sino en el burocratismo y la deshumanización del personal administrativo, que convierte la atención en una carrera de resistencia a la salud y el burocratismo, los trámites se vuelven interminables y la empatía, inexistente, esperando que tengas la suerte de vivir para que te reciba el especialista.

Cuando por fin se obtiene la cita, el siguiente paso son los estudios de laboratorio. El trámite puede llevar más de tres horas solo para programarlos, y las fechas suelen asignarse unos días antes de la cita médica… que fue solicitada  hace seis meses.y la agendaron para un año. Después viene el turno de imagenología, donde la respuesta suele ser desalentadora: “No hay espacio, vuelva a reagendar”. Reagendar, en este contexto, significa volver a iniciar todo el proceso y esperar otros seis meses si la resistencia  física del paciente lo permite ya que muchos mueren antes de que les realicen el estudio.

A la par, la opacidad institucional agrava la frustración de los derechohabientes. En la página oficial del ISSEMyM no aparece el nombre del director ni del subdirector del Centro Médico de Toluca, y el personal que recibe a los pacientes se niega a proporcionar esa información. Cuando algún usuario solicita hablar con ellos, la respuesta es lapidaria: “Si quiere, espere… no menos de seis horas”.

Mientras tanto, el tiempo pasa y las enfermedades avanzan. Los pacientes quedan atrapados en un laberinto administrativo donde nadie asume responsabilidades. Y si el enfermo busca una respuesta con el subdirector o el director, lo más probable es que nunca lo reciba. “Es más fácil que lo atienda San Pedro”, dicen resignados los usuarios.

El ISSEMyM, una institución creada para proteger la salud y el bienestar de los servidores públicos, se ha transformado según múltiples testimonios en un sistema que revictimiza a quienes ya sufren por enfermedad. La falta de personal, la saturación de servicios, el burocratismo y la indiferencia institucional han convertido la atención médica en una odisea que pone en riesgo vidas y dignidad.

Mostrar más
Botón volver arriba