España ha encontrado oro verde en los campos: el pistacho ha dado trabajo a 200.000 personas y necesita a 100.000 más

Pocas historias de éxito económico han crecido tan rápido y con tanta fuerza como la del que es, sin duda alguna, el fruto seco de moda: el pistacho. Este fruto seco se ha convertido en protagonista de un fenómeno nutricional sin precedentes, convirtiéndose en la estrella de los toppings y aliado de los más diversos postres que se hacen virales en Instagram.
Sin embargo, gracias a esa inesperada popularidad, el cultivo del pistacho está generando miles de empleos y revitalizando regiones del país que durante años habían visto cómo su población iba disminuyendo lentamente.
El pistacho está desatado. Según el informe ‘Presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado. Desde una perspectiva empresarial’ elaborado para Agróptimum, la industria del pistacho ha registrado un crecimiento espectacular. Solo en la última década su expansión supera el 3.000%, consolidándose como una de las grandes sorpresas agrícolas de los últimos años en España.
El auge de este cultivo no solo responde a la demanda internacional, sino también al empuje de nuevos productores y cooperativas locales que, dada su adaptación a las condiciones climatológicas y su elevada rentabilidad, han descubierto un producto que les permite mantener la actividad agrícola.
Un motor de empleo. Según los datos del informe, en la actualidad la cadena productiva del pistacho está generando más de 200.000 puestos de trabajo en todo el país, incluyendo tanto empleos directos como indirectos. Esta cifra engloba puestos que van desde las labores de cultivo y cuidado del campo hasta empleos en investigación genética, programación de datos para agricultura de precisión y tareas de distribución y exportación.
Desde la consultora Agróptimum, calculan que esta ola seguirá creciendo, y se crearán unos 100.000 empleos adicionales en los próximos cinco años, especialmente en aquellas áreas relacionadas con la nueva plantación y en el proceso de tecnificación del sector.
El pistacho no es lo único que se arraiga. Los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, muestran que el 61% de la superficie de pistacho en regadío registrada en 2024 era de nueva plantación, junto al 70% de la superficie en secano que también comenzaba su actividad de cultivo.
La mayor parte de estas nuevas plantaciones de pistacho se están desarrollando en zonas reconocidas por su riesgo de despoblación, como Castilla-La Mancha, Castilla y León, Extremadura o Andalucía. La llegada del pistacho a estas regiones ha supuesto una inyección de empleo que contribuye al anclaje de la población joven en estos territorios y permite atraer a nuevos vecinos con nuevos proyectos empresariales ligados al cultivo de este fruto seco.
Castilla-La Mancha como superpotencia pistachera. El crecimiento más llamativo de este tipo de cultivo se ha dado en Castilla-La Mancha, donde se concentrando en torno al 80% de la superficie nacional de terreno cultivado dedicado al pistacho, logrando una cosecha de más de 5.600 toneladas en 2025. El 75% sobre el total nacional de 7.500 toneladas.
En esta comunidad, la superficie plantada ya supera las 64.000 hectáreas en sus distintas modalidades de secano y regadío, con una expansión significativa año tras año y un enfoque creciente hacia la producción ecológica, que representa aproximadamente el 36% de todo el pistacho cultivado.
Una industria con proyección mundial. De acuerdo a lo publicado por El Economista, España se está consolidando como productor europeo en la producción de pistacho. Por el momento, el mercado del pistacho español representa en torno al 0,7% de la producción mundial, y España importa pistachos de EEUU e Irán.
Sin embargo, esas cosechas se dan en un contexto en el que las plantaciones son todavía jóvenes y su productividad es limitada. El sector estima que en unos años estas plantaciones alcanzarán velocidad de crucero y se multiplicará el volumen de un producto de muy buena calidad que tendrá como destinos principales los países de la UE.