El oro va camino de los 5.000 dólares por onza por un motivo: los bancos centrales están huyendo del dólar

Hace unos días vimos cómo el oro había superado los 4.000 dólares por onza por primera vez en su historia y, como no podía ser de otra manera, ha suscitado una alarma general en los mercados. Y es que no son precisamente pocos los analistas que ya apuntan a los 5.000 dólares para 2026. Pero la verdadera historia detrás de este rally histórico no es solo que el oro esté caro: es que el dólar está perdiendo su neutralidad como moneda de reserva mundial. En países emergentes y China es donde más se está haciendo notar esto, y los bancos centrales reaccionan en consecuencia.
Una subida histórica. El oro acumula una subida del 50% en lo que va de 2025, su mejor año desde 1979. Sin embargo, ni la incertidumbre geopolítica ni las bajadas de tipos ni la debilidad del dólar explican por completo la magnitud del movimiento. Tal y como explican desde Expansión, el oro ha seguido subiendo incluso con la tregua en Gaza, cierta recuperación del dólar y una Reserva Federal en modo espera. Algo más profundo está ocurriendo.
Los bancos centrales lideran la compra. Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, los bancos centrales han comprado oro de forma masiva y constante. De esta manera, algunos países emergentes y China diversifican sus reservas para depender menos del dólar estadounidense. Según Goldman Sachs, los bancos centrales explican el 19% de la subida esperada del oro hasta finales de 2026, comprando una media de 80 toneladas en 2025 y 70 en 2026. Bank of America también coincide al señalar a los bancos centrales y los pequeños inversores quienes empujan el precio al alza.
El oro ya compite con los bonos del Tesoro americano. El valor de las reservas de oro de los bancos centrales (excluyendo Estados Unidos) alcanzó los 3,93 billones de dólares a precios actuales, superando ligeramente los 3,92 billones en bonos del Tesoro estadounidense que poseen gobiernos extranjeros. El oro ha pasado de representar el 10% de las reservas mundiales hace una década al 24% a mediados de 2025. Es un cambio estructural en el sistema monetario internacional.
Preparándose para un mundo post-dólar hegemónico. Lo que está en juego es la arquitectura financiera global. Los bancos centrales de economías emergentes están apostando por un futuro donde el dólar ya no sea la moneda neutral que ha sido durante décadas. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, las presiones políticas sobre la independencia de la Reserva Federal y los niveles récord de deuda estadounidense alimentan esta narrativa.
Los inversores particulares se suman. A la demanda institucional se ha añadido recientemente una oleada de inversores minoristas. En Japón, donde el oro superó los 20.000 yenes por gramo, distribuidores como Tanaka Precious Metals tuvieron que suspender ventas ante la avalancha de pedidos. En Hong Kong y Turquía, mercados tradicionalmente compradores de oro, las familias están tanto comprando como vendiendo para aprovechar los precios récord. Los fondos cotizados (ETF) de oro captaron 26.000 millones de dólares solo en el tercer trimestre de 2025, cifra récord.
Hacia los 5.000 dólares. Société Générale acaba de elevar su previsión a 5.000 dólares por onza para finales de 2026, describiendo este objetivo como «cada vez más inevitable». Bank of America apunta al mismo nivel, mientras Goldman Sachs proyecta 4.900 dólares para diciembre de 2026. Y en todas las proyecciones hay un denominador común: asumen que la demanda institucional de los bancos centrales se mantendrá fuerte y que los inversores particulares seguirán viendo el oro como refugio, sobre todo en un entorno de gran incertidumbre.
Riesgo. No todo son buenas noticias para el metal precioso. Una encuesta de Bank of America muestra que el 25% de gestores de fondos considera las posiciones largas en oro como una de las apuestas más saturadas del mercado. Tal y como explican desde Financial Times, históricamente, cuando el oro se distancia más del 20% de su media móvil de 200 días, como ocurre ahora, suelen producirse correcciones del 20% al 33%. Pero incluso con ese riesgo, todo apunta a que el mundo se está preparando para un sistema monetario donde el dólar estadounidense ya no domina en solitario.
Imagen de portada | Jingming Pan
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