Desde 2024, Grecia tiene una semana laboral de seis días. Ahora, se planea instaurar una jornada de 13 horas

La recuperación económica se convirtió en una prioridad absoluta para el gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis. Su estrategia para tratar de mejorar la baja productividad que registra Grecia fue aparentemente sencilla: trabajar más días.
No obstante, ampliar la jornada a seis días laborales no parece suficiente y ahora el ejecutivo heleno plantea elevar la jornada diaria hasta las 13 horas. Sindicatos y asociaciones de trabajadores no han tardado en dar su respuesta a la medida convocando protestas y una huelga general.
La jornada laboral en Grecia. En 2024 Grecia aprobó una nueva normativa laboral que permitía una semana laboral de seis días para ciertas industrias que operan 24 horas, aumentando la jornada semanal de 40 a 48 horas.
Esta medida ya generó malestar social y político en su día por el impacto en la vida de los trabajadores griegos. Los datos del segundo trimestre de 2025 de Eurostat revelan que el 20,9% de los trabajadores griegos de entre 20 y 64 años trabajan más de 45 horas semanales, frente al 9,7% de España o al 11,4% de Italia. Según datos de 2023 registrados por Eurostat, Grecia tendría la jornada media más larga de la UE, con 39,8 horas semanales, seguido de Bulgaria con 39 horas y Polonia con 38,9 horas. Con 36,4 horas semanales, España se encuentra justo por encima de la media de la Unión Europea de 36 horas.
13 horas con limitaciones. Tras permitir la instauración de las semanas laborales de seis días para determinados sectores, la polémica laboral en Grecia ha vuelto a encenderse con una propuesta del Gobierno para permitir jornadas de trabajo de hasta 13 horas diarias en determinados casos.
La ampliación busca mejorar la flexibilidad y reducir la burocracia, pero tal y como cuenta The Guardian, los trabajadores griegos denuncian que esta medida supone un retroceso histórico y un aumento del agotamiento y estrés laboral, alcanzando niveles insostenibles. «No se puede empujar a la gente así; en algún momento habrá una explosión», declaraba al diario británico Makis Kontogiorgos, sindicalista de una importante empresa tecnológica.
La ley estipula que esta ampliación puede aplicarse solo 37 días al año por trabajador, lo que equivale a un máximo de tres días al mes. Además, el horario extendido es voluntario para el empleado y las horas extras serán remuneradas con un 40% adicional sobre la tarifa estándar. La normativa mantiene otros límites establecidos, como un descanso obligatorio de 11 horas entre jornadas y un máximo promedio de 48 horas de trabajo semanales en un período de cuatro meses.
Una medida «voluntaria». Según ha manifestado a la prensa griega Niki Kerameos, ministra de Trabajo y Seguridad Social del actual gobierno griego, «esta es una disposición excepcional. El empleado tiene derecho a negarse, sin ser amenazado con el despido ni un trato desfavorable».
Sin embargo, las fuerzas sindicales ven esa «voluntariedad» de la medida una puerta abierta a la coacción por parte de las empresas, represaliando a aquellos empleados que opten por no estirar sus jornadas laborales. «Eso no es posible sin consecuencias, ya que el empleado tiene un poder de negociación mínimo», aseguraba a DW Theodoros Koutroukis, profesor de Relaciones Laborales en la Universidad Demócrito de Tracia.
Mucho ruido y pocas nueces. La respuesta sindical a la medida no se ha hecho esperar, con la convocatoria de varias manifestaciones en las principales ciudades del país y de una huelga general, denunciando que «esta ley no mejorará nada», aseguraba a France24 Panagiotis Gakas, miembro del sindicato de trabajadores de la construcción.
En una entrevista con un medio local, la ministra destacaba que solo el 0,1% de los comercios utilizó la disposición del turno de emergencia permitido con la semana laboral de seis días, lo que muestra una baja adopción de esa medida pese al impacto mediático que tuvo antes de aprobarse en 2024, equiparándola con el revuelo levantado por el incremento puntual de 13 horas.
La clave para evitar abusos. En la anterior reforma laboral del gobierno de Mitsotakis, se aprobó la implantación de una tarjeta digital de control laboral y de las horas extras. Un sistema muy similar al que se ha planteado desde el Ministerio de Trabajo en España y que se encuentra en fase de consulta pública antes de su aprobación.
Según declaraba la ministra de trabajo griega, esta medida tiene la función de registrar el tiempo real de trabajo y ha permitido detectar horas extras que antes no se declaraban: «En 2025, se declararon 1,8 millones más de horas extras que en 2024, tan solo en los primeros ocho meses». Esto ayudará a asegurar que el número de horas extras no supere los límites legales y que los trabajadores sean compensados justamente.
La ministra Kerameus defiende que esta regulación protege a los empleados garantizando una compensación adecuada y evitando abusos por parte de empleadores, acompañada de salvaguardas como días libres garantizados y protección ante despidos injustificados, presentándose como una herramienta clave para hacer cumplir la ley.
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