Las dietas bajas en carbohidratos se han puesto de moda: un estudio las acaba de correlacionar con mayor riesgo de cáncer

Cuando se planta el hecho de bajar de peso, una de las primeras cosas que hacemos es declarar la guerra a los carbohidratos en la dieta, reduciéndolos al máximo. Todo ello condicionado en muchas ocasiones por los ‘consejos’ que se ven en redes sociales en blogs, y que puede tener severas condiciones tal y como se recogió en un artículo publicado en Nature Microbiológy que sugiere que este tipo de dietas puede acabar aumentando el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
El estudio. Los investigadores condicionados por el aumento del número de personas que decide renunciar a los carbohidratos porque lo relacionan con el aumento de peso, quiso hacer la prueba de lo que ocurría en una serie de ratones. De esta manera, se creó una investigación con tres dietas diferentes: una dieta normal, una baja en carbohidratos y otra de estilo occidental con gran cantidad de grasa y carbohidratos.
El resultado. Tras exponer a los ratones a estos condicionantes, analizaron su microbiota descubriendo una cepa particular de la bacteria E. coli, que estaba produciendo una toxina que dañaba el ADN llamada colibactina. Una toxina que en combinación con la dieta baja en carbohidratos y fibra soluble promueve el crecimiento de pólipos en el colon que pueden ser el paso previo a que se genere un cáncer.
Tal y como reconoce el propio investigador, Alberto Martín, profesor de inmunología en la Facultad de Medicina Temerty de la Universidad de Toronto, en un primer momento se pensaba que el cáncer colorrectal era causado por una combinación de diferentes factores como la dieta o la genética. Pero ahora se abre una puerta que da pie a que una dieta concreta puede derivar en que nuestras bacterias puedan potenciar la aparición de un cáncer.
Por qué. Los investigadores encontraron que una dieta deficiente en fibra aumenta la inflamación del intestino y altera la comunidad de microbios que residen aquí, que nos ofrecen muchos beneficios y del que cada vez comenzamos a saber más. Concretamente, se centraron en la E. Coli que produce colibactina como hemos comentado antes, pero lo verdaderamente importante aquí es que los ratones alimentados con una dieta baja en carbohidratos tenían una capa de moco más delgada que separa los microbios intestinales de las células epiteliales del colon.
A priori, esta barrera de moco que tenemos en el sistema digestivo actúa como una capa de protección que permite que las bacterias no entren en contacto directo con las células epiteliales. Pero si este escudo tiene un grosor menor por culpa de esta mala dieta, más colibactina puede llegar a las células del colon de manera directa y actuar como un mecanismo epigenético que altere su estructura e impulsar la desregulación de los factores que controlan su ciclo celular.
Pero los investigadores quisieron ir un poco más allá, al analizar los efectos en los ratones que contaban en sus células con mutaciones genéticas en la vía encargada de reparar los daños que se van produciendo en el ADN. En este caso el efecto era muy claro: no se favorecía la reparación de estos daños. Esto hace que todos los fallos que se van generando a diario en nuestras células no se reparen o que simplemente la célula no pueda entrar en apoptosis (muerte celular programada) por estas vías. Algo que va sumando ‘papeletas’ para tener una célula cancerosa que se descontrole.
Síndrome de Lynch. Un problema genético de salud que hace que el paciente tenga una mayor posibilidad de padecer ciertos tipos de cánceres, incluso el colorrectal. Todo esto debido a mutaciones en genes que reparan el ADN, como MLH1 y MSH2, entre otros. De esta manera, si en estas personas que ya tienen una probabilidad mayor de padecer cáncer de colon se le suma una dieta deficitaria de carbohidratos, hará que el efecto de la colibactina aumente estas probabilidades.
Es por ello que los hallazgos que han hecho los investigadores apuntan a que las personas con síndrome de Lynch que albergan estas bacterias productoras de colibactina deben evitar dejar de tomar carbohidratos para no aumentar el riesgo. Incluso apuntan a que pueden tomar antibióticos específicos para estas bacterias productoras de colibactina para reducir aún más el riesgo.
Probióticos. Con la toma de antibióticos seguro que en más de una ocasión te han recomendado tomar probióticos para poder mantener la microbiota intestinal ante el tratamiento. En este caso, la investigación apunta a que una cepa de E. coli llamada Nissle que produce colibactina se encuentra en estos probióticos, loo que nos hace hacernos muchas preguntas sobre su efecto en el cáncer.
De esta manera, su laboratorio está investigando si el uso a largo plazo de este probiótico es seguro para las personas con síndrome de Lynch o para quienes siguen una dieta baja en carbohidratos.
El antídoto. Ante todo esto, la pregunta es obligada: ¿cómo se puede evitar esto si tengo que consumir pocos carbohidratos? Para ello, el estudio ha podido ver una correlación entre el aumento de la fibra soluble en la dieta con una bajada en los niveles de E. Coli productora de colibactina. Esto es algo que se traduce en una menor interacción con los mecanismos de reparación del ADN y por ende en una menos probabilidad de padecer cáncer.
«Suplementamos fibra y vimos que reducía los efectos de la dieta baja en carbohidratos […] Ahora estamos tratando de averiguar qué fuentes de fibra son más beneficiosas», dice Bhupesh Thakur, becario postdoctoral y autor principal del estudio.
Un tratamiento. El objetivo ahora mismo es tratar de contrarrestar el mayor riesgo de cáncer debido a esta toxina bacteriana. Para ello se está investigando el uso de inulina que se ha visto reduce la cantidad de E. coli que es la productora de colibactina y mejora la salud intestinal en personas de alto riesgo. Un tratamiento que como no podía ser de otra manera, está centrada en la propia fibra que se va a convertir en la mejor aliada en estas situaciones.
Imágenes | engin akyurt National Cancer Institute