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"La modularidad impone restricciones de diseño y tamaño": Miquel Ballester, cofundador de Fairphone, nos habla de cómo compiten con gigantes

Me reencuentro con Miquel Ballester doce años después. Le entrevisté en 2013: yo empezaba mi andadura en Xataka, y él hacía lo propio en Fairphone, una empresa que cofundó oficialmente unos meses antes con un objetivo singular: «crear el primer smartphone del mundo totalmente justo». 

Muchas cosas han cambiado desde entonces. Ambos peinamos canas ya, y ambos hemos vivido desde nuestro lado de la industria cómo los smartphones han conquistado el mundo para luego convertirse en un producto estándar y de uso cotidiano que tiene una dificultad: la de de ser realmente diferencial.

Un móvil diferente en todo. Incluidos sus materiales

Pero en Fairphone precisamente han logrado hacer eso: diferenciarse. Su enfoque es totalmente distinto al del resto de los fabricantes, y aunque esa parte de la misión original no ha cambiado, también se ha expandido. Según Ballester «siempre ha sido una herramienta», porque la intención de Fairphone era «cambiar la industria desde dentro». 

De hecho, nos explica, «podíamos haber hecho nuestro recorrido manteniéndonos como una ONG o metiéndonos en la industria de otra forma, quizás inspirando a otras empresas y convenciéndolas de que había un mercado para la electrónica justa». En lugar de eso decidieron aplicarse el viejo «si quieres algo bien hecho tienes que hacerlo tú mismo», y se pusieron manos a la obra. Así es como nació el Fairphone original y cómo han ido surgiendo los demás. 

Así, el compromiso de Fairphone con los minerales libres de conflicto sigue siendo uno de los sellos distintivos de sus dispositivos. Miquel Ballester confirma que la situación ha mejorado, en parte, gracias a cambios legislativos como los que han surgido en Europa. «Se ha mejorado el monitoreo y el reporting que revela de dónde vienen ciertos materiales, pero los minerales libres de conflicto son solo una parte» de la ecuación, puntualiza.

La compañía ha escalado su compromiso de las 4 cadenas de suministro iniciales a 23 cadenas monitorizadas, con la meta de que la mitad de sus materiales provengan de fuentes justas o recicladas. El nuevo Fairphone (Gen. 6) es la demostración de ese trabajo: más del 50% del peso de sus materiales corresponde a materiales justos o reciclados (ese porcentaje era del 42% en el Fairphone 5).

Esta gestión directa de la cadena es vital, especialmente al lidiar con las tierras raras, cuya escasez global afecta a toda la industria. Ballester aclara que, aunque ellos notan el impacto en el precio, el afectado directo por los retos de volumen y espera es la empresa que fabrica el componente, no siempre el ensamblador final.

Viva la modularidad y la reparabilidad

Si algo define a Fairphone es su enfoque radical en la reparabilidad y la modularidad, algo que han extendido con éxito más allá de los teléfonos, como lo demuestran sus auriculares reparables, los sorprendentes Fairbuds

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Miquel Ballester, Head of Product en Fairphone.

Esa filosofía genera una pregunta inevitable: «ser reparable y modular implica demasiados sacrificios?». Según Ballester,

«En la Generación 6 estamos muy orgullosos del balance que hemos conseguido entre rendimiento, modularidad y sostenibilidad. Hemos tenido que decir no a muchas cosas, pero todas han sido buenas decisiones estratégicas que iban en una dirección: conseguir un teléfono equilibrado para el tipo de consumidor y el tipo de mercado en el que estamos».

En esas decisiones es en las que se ha decidido por ejemplo si optar por unos u otros componentes de vanguardia. Tenemos un ejemplo en el sensor ultra gran angular, que ha bajado de resolución que «no tiene que ver con la modularidad», sino por buscar un equilibrio y un buen balance de especificaciones.

Pero por supuesto, esa filosofía impone ciertos criterios. Así, nos explica este ingeniero y emprendedor, «la modularidad impone restricciones de diseño y tamaño«. Por ejemplo, para garantizar una batería grande y reparable, el dispositivo debía tener «unos milímetros más de grosor» (9,6 mm en el caso del Fairphone (Gen. 6)). 

Pese a esto, Ballester subraya que esa modularidad tampoco puede comprometer demasiado el diseño. El móvil al final necesita «funcionar y ser atractivo. Es súper importante que cuando una persona va a una tienda —estamos en 20 operadoras en toda Europa— vea un terminal con buen diseño». 

Toda esa trayectoria y experiencia les ha permitido pulir una vez más un diseño que sigue siendo destacable pero que al mismo tiempo incluye una batería de capacidad decente (4.415 mAh) que además es intercambiable/reparable. El resultado para él y su equipo es destacable:

«Estoy muy orgulloso del diseño que hemos conseguido con el Fairphone (Gen. 6). Ofrece buena sensación en mano, es ligero, mantiene el equilibrio  y tiene una pantalla más grande que la del Fairphone 5, uno de los objetivos clave que teníamos».

De hecho, le preguntamos a Ballester por errores del pasado de los que aprendieron, y precisamente aludió al predecesor de este móvil. «El Fairphone 5 es un dispositivo muy bueno, pero que también intentaba hacer muchas cosas. Con el Fairphone (Gen. 6) hemos conseguido tomar decisiones más estrictas sobre lo que debía estar incluido y lo que no, y gracias a eso hemos podido lanzarlo a un precio más económico». 

Fairphone Gen 6 Bateria 2

El Fairphone (Gen. 6), como sus predecesores, permiten disfrutar de una batería intercambiable, una característica que antes era común y que dejó de serlo. Vivan los móviles reparables.

Es cierto: el Fairphone 5 se lanzó a 699 euros, mientras que el Fairphone (Gen. 6) tiene un precio de venta de 599 euros, una diferencia notable sobre todo teniendo en cuenta que lo normal es que todo suba de precio, no que baje. 

Para él de hecho, lo que pasó con el Fairphone 5 llevó a un aprendizaje muy importante. «El 5 respondía a cierto momento de la empresa, había incertidumbre, no queríamos cerrar puertas. Con Gen. 6 hemos tomado otro camino aun sabiendo que quizás dejábamos cosas. No puedes intentar contentar a todo el mundo porque al final no contentas a nadie«.

Fairphone en España y cómo competir con gigantes

En Fairphone siguen especialmente centrados en conquistar primero al mercado europeo. Ballester comenta que tienen presencia en Alemania, Holanda, Reino Unido o Francia gracias a sus acuerdos con las operadoras. Allí estar en las tiendas de esas operadoras es clave para su negocio, y la pregunta es obvia: ¿qué pasa con España?

Para él «el mercado en España es un poco diferente para nuestro tipo de producto. En otros países europeos la gente se gasta más dinero en teléfonos» y admite que «no somos tan baratos porque serlo no nos dejaría hacer ciertas cosas». 

El sector de gama media es más grande en otras geografías, destaca Ballester, que añade que «cuando entras en conversaciones con operadoras, eso es importante». Eso no impide que mantengan esa puerta abierta y puedan entrar en el futuro tanto en el mercado español como en otras regiones.

En los países en los que tiene presencia, Fairphone tiene una competencia feroz. Así pues, teníamos mucho interés en saber cómo se equilibra esa visión ética con la presión de competir en un mercado dominado por economías de escala y márgenes reducidos. 

Su respuesta es clara: «con una propuesta de valor que nuestro consumidor objetivo valora y paga». Esa modularidad y reparabilidad de sus móviles es el gran factor diferencial, pero a ello le suman otros elementos como Fairphone Moments, que desarrollaron «con sudor y lágrimas porque recordemos, somos 150 personas trabajando en la empresa». 

Fairphone Moments 2

Fairphone Moments propone un lanzador súper minimalista y que plantea convertir a los Fairphone en dispositivos «libres de distracciones».

Este componente es un lanzador que «tontifica» tu smartphone y que sigue la tendencia de algunas propuestas ya vistas en los últimos meses. En lugar de acudir a una pantalla llena de iconos, esta capa de personalización propone una sencilla pero elegante lista de aplicaciones frecuentes, y a partir de ahí interactuar con el móvil de una forma mucho más minimalista. 

El objetivo: tratar de que nuestro smartphone sea un producto que nos distraiga menos porque, como indican en Fairphone, con este lanzador «no hay pings. No hay feeds sociales. No hay distracciones». Cambiar de un modo a otro es muy sencillo, y el Fairphone (Gen. 6) cuenta con un atractivo interruptor físico de color amarillo en su lateral derecho.

Este esfuerzo recuerda al que ya hicieron con los primeros Fairphone, que de hecho presumían de estar gobernados por Fairphone OS, una capa de personalización propia. Acabaron abandonando aquel esfuerzo «por la cantidad de trabajo que lleva mantener una capa de personalización». 

Desde entonces la empresa ha apostado por contar con una versión bastante estándar de Android —siempre con algunas personalizaciones—, pero como destaca Ballester, 

«Con los Fairphone 5 y (Gen. 6) hemos traído el software un poco más hacia la identidad de Fairphone. También hay cosas «muy Fairphone» en la interfaz de la cámara o los tonos de llamadas, y estamos dando pasitos en esa personalización más nuestra, además de que contamos con más gente para llevar a cabo esa labor».

Evolución de los usuarios y planes de expansión

Precisamente en este punto le preguntamos a nuestro protagonista por ese cambio en la denominación de sus móviles. Tras usar un simple número como forma de diferenciar sus móviles, la empresa ha preferido ahora dar un giro y comenzar a llamar a todos sus móviles «Fairphone» a secas. Lo único que los diferencia es ese «(Gen. 6)» final. Según Ballester «el nombre del producto debía ser «The Fairphone» a secas, no un número». 

Fairphone Evolucion 1

Evolución de los modelos, desde el Fairphone 1 al Fairphone 5 (con su llamativa cubierta transparente).

El perfil de usuarios de estos dispositivos también ha evolucionado, destaca. «Si queremos inspirar a la industria, tenemos que crecer en el número de usuarios al que queremos llegar, pero sin perder el foco en los valores de sostenibilidad». Así, explica, antes contaban con usuarios

«Con un perfil más activista, era un grupo que estaba más dispuesto a tomar más riesgos. Querían comprar “electrónica verde” y la cantidad de riesgos que estaban dispuestos a tomar eran más grandes, A medida que expandes eso, la gente quiere menos riesgos. Quieren que el móvil funcione bien, que tenga soporte extendido de software, muchas cosas que atraigan a la audiencia. Pero al final el fin es el mismo: comprarte una cosa y que te dure mucho tiempo».

Para Fairphone, su mercado principal sigue siendo Europa. Mientras que en Estados Unidos operan a través de un socio (Murena) que solo vende la versión con /e/OS (un sistema operativo móvil enfocado en la privacidad y «sin Google»), Ballester, como decíamos, ve la mayor oportunidad de crecimiento en el continente europeo.

Respecto a la ambición del proyecto, Ballester se muestra confiado: «Nada de lo que acabas de decir me asusta,» responde a la idea de multiplicar las ventas por 2, 5 o 10 en los próximos cinco años. Los Fairphone (Gen. 6) «están funcionando bien, estamos muy contentos con la recepción» y seguirán centrados tanto en ellos como en el segmento del audio. 

De hecho, quisimos preguntarles si acabarían atacando otros segmentos de producto, como portátiles o quizás impresoras, un segmento donde parecen estar moviéndose proyectos interesantes en el ámbito de la reparabilidad. Se llevan muy bien con la gente de Framework —hay exempleados de Fairphone trabajando en esa empresa—, por ejemplo, pero de momento seguirán centrándose en las mismas categorías en las que trabajan ahora. 

Y no lo hacen nada mal en ellas, desde luego. 

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