POR: EL HUSMEADOR

¡GERTZ MANERO, EL FISCAL DE LOS YATES Y LAS MANSIONES!: ¿DÓNDE ESTÁ LA «TRANSFORMACIÓN” QUE PROMETIÓ AMLO?, ¿O SÓLO ES PARA LOS POBRES?
¡Atención, México traicionado! Imagínense esto: mientras usted, lector, se aprieta el cinturón para pagar la luz que sube como cohete y el frijol que se pone más caro que un boleto del Tren El Insurgente, el mismísimo fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero –ese señor de 85 años que parece sacado de una novela de vampiros–, se da el lujo de coleccionar mansiones en España como si fueran estampitas de fútbol. ¡Cuatro propiedades de lujo, por más de 5 millones de euros! Un penthouse en el corazón de Madrid, cerquita del Prado para que contemple arte mientras oculta sus trapos sucios; y tres tríplex en Ibiza, la isla de los yates y las fiestas millonarias, rentados en Airbnb por 400 euros la noche. ¿De dónde sale esa fortuna? ¿De su sueldo de funcionario austero? ¡Ja! el periódico El País lo destapó en 2022, y tres años después, ¡nada! Ni una explicación pública, ni un papelito que diga «todo en regla». Esto no es un error de contabilidad, ¡es un escándalo que apesta a corrupción rancia, del tipo que AMLO juraba erradicar con su martillo de juez supremo! Y aquí viene lo que calienta: ¿dónde diablos está esa famosa «transparencia» de la Cuarta Transformación, esa 4T que prometía ser el bálsamo para las heridas de la mafia del poder? Recuerden las mañaneras de López Obrador, donde cada día era un juicio popular: «¡Los neoliberales robaron todo!», gritaba el tabasqueño, azotando el pódium de la mañanera, como si fuera el culpable de todos los males. Prometió declaraciones patrimoniales públicas para todos los funcionarios, auditorías implacables y un México donde el erario no se convirtiera en piñata de los pillos. ¿Avances? Sí, en el papel: crearon políticas para auditar recursos y fortalecieron (supuestamente) al Sistema Nacional Anticorrupción. Pero la realidad, ¡ay, la cruda realidad!, es un chiste de mal gusto.
Según Transparencia Internacional, en 2024 México cayó al puesto 140 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción, con una calificación de 26/100 –¡la peor en la historia! Cuatro años seguidos de estancamiento en 31 puntos durante el sexenio de AMLO, y ahora peor. ¿Transparencia? ¡Opacidad pura! La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reporta daños por casi 10 mil millones de pesos solo por corrupción en el gobierno de la 4T, con 5 mil 943 investigaciones y 15 mil sanciones… pero ¿cuántas terminan en la cárcel? ¡Cero para los intocables! Contrástalo con el circo de las mañaneras: AMLO juzgaba a Peña Nieto por la Casa Blanca como si fuera el Anticristo, ¡y con razón! Pero cuando el dedo apunta a su propio corral, ¡silencio de momias! Gertz Manero, su fiscal estrella –el que extraditó a El Chapo y persiguió a los «fiscalistas» del PRI–, mantiene su declaración patrimonial en el cajón de los secretos, como si fuera un vampiro alérgico a la luz. La Ley General de Responsabilidades Administrativas permite confidencialidad, pero el presidente lo exigió en 2019: «¡Hagan pública su declaración!». Gertz dijo que no, por «motivos personales». ¿Personales? ¡Claro, para no revelar que su fortuna inmobiliaria –sumada a pisos en Nueva York y París– no cuadra con sus ingresos de rector de universidad! Esto no es austeridad republicana, ¡es el viejo truco de los «conflicto de intereses» que la 4T juraba combatir. Mientras el pueblo aplaude becas y pensiones, los de arriba se reparten el pastel en la sombra. ¡Hipócritas! Y no es un caso aislado, ¡es el patrón de la actual administración! Miren el desfile de escándalos que mancharon el manto de la 4T: Segalmex, ese monstruo creado para «garantizar alimentos al pueblo», devoró 15 mil millones de pesos en contratos fantasma –¡el mayor desvío del sexenio! –. Pemex y CFE, con observaciones de la ASF por 1,500 millones solo en 2023, mientras huachicoleros y empresarios amigos se frotan las manos. ¿Recuerdan a Irma Eréndira Sandoval, la exjefa de la Función Pública que prometía cazar corruptos? ¡Tenía seis casas millonarias no declaradas, valoradas en 9 millones de pesos, y su maridito John Ackerman metido en el lodazal! O el Tren Maya, esa obra faraónica de AMLO: sobrecostos de miles de millones, materiales chafas que ponen en riesgo vidas, y contratos a modo para cuates como el difunto Daniel Flores, con 30 mil millones en la Refinería Dos Bocas. Y ni hablemos de los hijos de AMLO: Gonzalo López Beltrán, señalado por Latinus en 2024 por tráfico de influencias, con amigos que se embolsan 100 millones en contratos federales. ¡Moches y sobornos, los mismos vicios del PRIAN, pero ahora con sombrero de charro! La ASF calcula 9,695 millones en daños al erario por corrupción en el sexenio, y Mexicanos Contra la Corrupción suma 183 casos graves de 2018 a 2024. ¿Dónde está el «corte de tajo» que prometió el mesías de Tabasco? ¡En el olvido, mientras el IPC nos hunde más! ¡Basta ya de cuentos chinos! La 4T no es transformación, ¡es una ilusión óptica para distraer al pueblo mientras los Gertz, los Sandoval y los López Beltrán viven como sultanes! AMLO nos vendió la idea de un México honesto, pero dejó un legado de impunidad para los suyos. Sheinbaum hereda este pantano: ¿seguirá el juicio selectivo, o por fin aplicará la ley sin miramientos? México merece más que promesas evaporadas. ¡Exijamos transparencia de verdad, no este teatro de sombras! Si Gertz no declara sus palacios ibicencos, que renuncie. Y si la 4T no limpia su casa, ¡que el pueblo la barra de una vez por todas! ¿O seguiremos aplaudiendo en el zócalo mientras nos roban el futuro? la corrupción no murió, ¡sólo cambió de partido!
