Ultimas Noticias

El adiós al soporte oficial de Windows 10 es una mala noticia para los usuarios. Los hackers ya se frotan las manos

El próximo 14 de octubre millones de ordenadores en todo el mundo estarán indefensos. Ese día finaliza el periodo de soporte oficial de Windows 10, lo que significa que los usuarios de equipos basados en este sistema operativo no recibirán actualizaciones de seguridad.

Problemón a la vista. Eso plantea un problema gigantesco para usuarios finales, pero sobre todo para empresas pueden ver su operativa comprometida ante futuras vulnerabilidades que sean descubiertas en dicho sistema operativo. Es algo que ha pasado en el pasado con antiguos sistemas operativos de Microsoft, pero la diferencia aquí está en la dimensión de Windows 10.

Win

Cuatro de cada diez PCs, con Windows 10. Según datos de Statcounter GlobalStats, Windows 10 tiene en estos momentos una cuota global del 40,84%. Cuatro de cada diez equipos que usan Windows, usan Windows 10. Eso supone cientos de millones de PCs, portátiles y otros dispositivos —terminales de punto de venta, quioscos interactivos, sistemas de control industrial— quedan expuestos a nuevas vulnerabilidades que se descubran a partir de ese momento. En España, por cierto, es cuota es aún más preocupante.

Recordando lo que pasó con Windows 8. En enero de 2016 Microsoft también marcó el fin del soporte de Windows 8, pero la cuota de mercado de dicho sistema operativo era muy inferior, lo que hacía que el riesgo, aun existiendo, fuese muy inferior. Al problema de la cuota de Windows 10 se le suma ahora que los ataques ransomware y otras amenazas malware se han multiplicado.

Fiesta para los cibercriminales. Los «hackers» —o más bien, los crackers, los cibercriminales— tienen ante sí una oportunidad de oro para descubrir y explotar nuevas vulnerabilidades que no serán corregidas por Microsoft o cuyas actualizaciones no se aplicarán en la mayor parte de los casos. Es cierto que Microsoft ha ofrecido métodos para extender las actualizaciones en algunos casos, pero como ha ocurrido en el pasado, muchos usuarios no las aprovecharán y por lo tanto serán vulnerables a esos futuros ciberataques.

Opciones de actualización. Con el fin de Windows 10, hay opciones para los usuarios. Una de ellas está en lograr actualizar a Windows 11 «saltándose» los requisitos técnicos impuestos por Microsoft. La otra, aprovechar la extensión gratuita del periodo de actualizaciones, que podrán recibir durante un año más con un sencillo proceso. También está la opción más provechosa para Microsoft y los fabricantes: actualizarse a un nuevo PC que llegue con Windows 11 preinstalado. Y por supuesto, podemos optar por otros sistemas operativos: esos equipos pueden seguir siendo útiles (y seguros) instalando alguna distribución Linux.

La condena de los sistemas «legacy». Microsoft siempre ha tenido la filosofía de mantener la compatibilidad hacia atrás. Eso tiene ventajas —poder seguir ejecutando software de hace años incluso en hardware moderno— pero también esa grave desventaja del compromiso para la seguridad. 

Apple no sufre tanto. Apple, por ejemplo, tiene una actitud mucho más drástica en cuanto a las actualizaciones y se prioriza la actualización constante. y aunque es posible seguir usando equipos antiguos con versiones antiguas, en ellos se excluyen funciones nuevas que suelen animar a los usuarios a actualizar. 

Porque lo tiene mucho más fácil. Pero claro, Apple tiene en su catálogo unas pocas decenas de Mac y MacBook ya que no licencian su sistema operativo, lo que hace mucho más sencillo tener bajo control esas actualizaciones. En el mundo Windows, con decenas (¿cientos?) de fabricantes y millones de combinaciones de hardware y software, los conflictos pueden aparecer por doquier y controlar la seguridad es mucho más complejo. 

En Xataka | El inesperado regreso de Windows 7: alcanza casi el 10% del mercado cuando Microsoft se dispone a jubilar Windows 10

source

Mostrar más
Botón volver arriba