Israel lleva años controlando las aguas en las que ha frenado a la flotilla como si fueran suyas. La ley no lo tiene tan claro
No hubo sorpresas. A pesar de las advertencias de varios Gobiernos (incluido el español) los barcos de la Global Sumud Flotilla (GSF) han seguido avanzado hacia las costas de Gaza, donde en las últimas horas se encontraron con el freno de las Fuerzas Armadas israelíes. Tanto Tel Aviv como GSF han compartido imágenes del abordaje, en las que se puede ver por ejemplo a Greta Thunberg entre soldados después de que su embarcación se adentrase en la «zona de alto riesgo».
La gran pregunta es… ¿Qué es exactamente eso de la «zona de alto riesgo»? ¿Puede actuar el Estado israelí en sus aguas? ¿Le ampara el derecho internacional cuando lo hace?
¿Qué ha pasado? Que Israel ha frustrado los planes de la Global Sumud Flotilla, la misión internacional formada por decena de barcos que pretendía llevar ayuda humanitaria a Gaza y romper el bloqueo al que está sometida la Franja, donde se sufre una grave hambruna reconocida por la ONU.
Como han confirmado tanto el Gobierno encabezado por Benjamin Netanyahu como la propia Global Sumud Flotilla, las Fuerzas Armadas hebreas interceptaron ayer varias embarcaciones de la escuadrilla, incluidas sus tres naves principales.
¿Dónde los detuvieron? Esa es la clave. GSF apunta que las naves fueron interceptadas a 70 millas náuticas (casi 130 kilómetros) de las costas de Gaza. El miércoles, cuando la mayor parte de la flotilla se situaba aún a 115 millas (más de 200 km) de Gaza, sus responsables advertían ya de la presencia de drones y maniobras que interpretaron como los primeros actos intimidatorias de la Fuerza Naval israelí.
En realidad el Gobierno de Netanyahu (y otras autoridades, como el Ejecutivo italiano) lleva días insistiendo a la flotilla que descargue su cargamento en Grecia o Chipre, una posibilidad que los activistas han descartado de plano.
¿Por qué es importante? El punto exacto en el que Israel interceptó los principales barcos de la flotilla humanitaria (antes de eso GSF denunció que Tel Aviv había «dañado intencionadamente» las comunicaciones de los barcos) no es una simple curiosidad. La organización asegura que las fuerzas hebreas abordaron sus barcos en «aguas internacionales» y hablan de una intervención «ilegal».
Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel sostienen que ya avisaron a los barcos de GSF que se estaban aproximando a «una zona de combate activo» y su singladura violaba «un bloqueo naval legítimo». Ayer mismo insistían de hecho en su oferta de «transferir pacíficamente» su cargamento para ayudar a Gaza por «canales seguros».
¿Controla Israel esa zona? La gran pregunta. En los últimos días, a medida que los barcos de la flotilla se aproximaban a las costas de Gaza, se ha hablado de «zona de alto riesgo», «zona de exclusión» o incluso «zona de combate activo», como han llegado a calificarla desde Tel Aviv. La clave es… Con la legislación internacional en la mano, ¿puede ejercer el Estado israelí un control militar en la zona en la que interceptó la flotilla? ¿Qué aguas puede controlar? ¿Es una «intercepción ilegal», como sostienen sus responsables?
¿Qué dice la ley? La Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CDM), de 1982, reconoce la existencia de una franja de mar territorial sobre la que los Estados pueden ejercer plena soberanía. Eso sí, la limita a unas 12 millas náuticas, poco más de 22 kilómetros. Los barcos israelíes habrían abordado a la flotilla humanitaria a una distancia bastante mayor, de alrededor de 69 millas náuticas (casi 130 km), según denuncian sus responsables. Sobre las 3.2 GMT+3 GSF aseguraba que había aún 30 barcos que seguían rumbo a Gaza, situándose a unas 46 millas náuticas, «a pesar de las incesantes agresiones de la marina de ocupación israelí».
¿Es eso todo? No. Además de las aguas territoriales y soberanas de cada país, la legislación internacional reconoce a los países ribereños un área mayor denominada Zona Económica Exclusiva (ZEE). Su superficie se extiende mucho más allá, hasta las 200 millas náuticas (370 km), aunque en esa franja de mar la potestad de los estados es algo distinta. Como indica su nombre, la idea es que los países regulen su aprovechamiento económico, la pesca, minería, perforación o los proyectos energéticos, por ejemplo, permitiendo en teoría la libertad de navegación.
¿Qué pasa en Israel? GSF reivindica que los barcos de la flotilla fueron interceptados en «aguas internacionales», pero lo cierto es que esa región del Mediterráneo se encuentra en una situación anómala. Desde 2007 Tel Aviv actúa allí de forma autónoma tras aplicar un bloqueo a Gaza que se expande por tierra, mare y aire y se intensificó en octubre de 2023. De ahí que se hable de «zona de alto riesgo».
Hay quien advierte que, más allá del bloqueo o su mayor o menor derecho a actuar en la zona, Israel tiene la obligación de garantizar la llegada de ayuda humanitaria. Otros apuntan que llegadas a las 12 millas náuticas de la costa, la flotilla estaría en aguas palestinas, no israelíes.
La Global Sumud Flotilla no es la primera misión que intenta romper el bloqueo. El caso más sonado (y dramático) fue el de Mavi Marmara, en 2010, cuando un abordaje de la Marina israelí se saldó con varios muertos. Ayer mismo la ministra Margarita Robles pidió a los miembros de la flotilla que valorasen el «riesgo» que asumían y recordó que el buque español Furor no entraría en la zona de exclusión salvo «en caso de absoluta necesidad» para «labores de salvamento».
Imágenes | Israel Foreing Ministry (X) y Freedom Flotilla Coalition