EL HUSMEADOR

El Paquete Económico 2026: ¿Progreso o retroceso en las prioridades de México?
Nancy Pelosi, polémica senadora demócrata de los Estados Unidos de América, afirmó alguna vez que “los presupuestos son documentos morales”, una frase que resuena con fuerza al analizar el Paquete Económico 2026 presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum al Congreso de la Unión el 8 de septiembre de 2025. Este documento, que define el rumbo financiero del país para el próximo año, revela las verdaderas prioridades del gobierno: un enfoque en proyectos emblemáticos como el Tren Maya, mientras sectores clave como la salud enfrentan recortes significativos. En un contexto de incertidumbre económica y promesas de consolidación fiscal, el presupuesto plantea preguntas críticas sobre el equilibrio entre el desarrollo económico y el bienestar social. El Paquete Económico 2026, entregado por el secretario de Hacienda, Edgar Amador, proyecta un gasto neto total de 10.2 billones de pesos, un incremento del 5.9% respecto al año anterior, con un crecimiento económico estimado entre 1.8% y 2.8%. Sin embargo, las prioridades reflejadas en la distribución de estos recursos han generado controversia. Mientras se destinan 30 mil millones de pesos al Tren Maya para trenes, mantenimiento y expansiones en Campeche, el sector salud enfrenta una reducción alarmante de 113 mil millones de pesos. Esta decisión, en un país donde la cobertura en salud como en Dinamarca, sigue siendo un desafío, pone en duda el compromiso del gobierno con el bienestar de la población.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, ha cuestionado la postergación en la presentación del Paquete Económico 2026, sugiriendo que podría ser más simbólico que sustantivo. Además, señaló que el récord reciente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) responde a expectativas de recortes en las tasas de interés, pero advirtió que los recortes en inversión física, como los observados en salud y otros sectores, podrían frenar el crecimiento económico a mediano plazo. Aunque Standard & Poor’s ratificó la calificación crediticia de México y Moody’s elevó la de Pemex, Siller subrayó que los problemas financieros de la petrolera, que recibirá un presupuesto de 780 mil 862 millones de pesos (un aumento del 7.7% en términos reales), seguirán siendo una carga para el próximo gobierno.
Por su parte, Arely Medina, economista de Banamex, reconoció que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha priorizado la consolidación fiscal tras el déficit de 5.9% del PIB en 2024, proyectando reducirlo a 3.2% en 2026. Sin embargo, esta consolidación se logra a través de recortes al gasto público, sacrificando inversión en áreas cruciales como salud, educación y seguridad. Medina destacó que medidas como el aumento del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas azucaradas y tabaco, junto con una mayor eficiencia en aduanas, aportarán ingresos adicionales equivalentes a medio punto del PIB, pero estas son soluciones de corto plazo que no resuelven la necesidad de una reforma fiscal estructural.
El énfasis en proyectos de infraestructura como el Tren Maya, que junto con otros trenes de pasajeros recibirá 104 mil 576 millones de pesos, refleja la prioridad del gobierno por impulsar la conectividad y el desarrollo regional. Sin embargo, la reducción de 113 mil millones de pesos en el sector salud, que ya enfrenta una brecha significativa para alcanzar la cobertura universal, es un retroceso preocupante. Esta disminución afecta a instituciones como el IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Salud, comprometiendo la calidad y el acceso a servicios esenciales para millones de mexicanos sin seguridad social.
En las redes sociales, la narrativa oficial, como la expresada por la presidenta Sheinbaum, destaca la continuidad de los Programas para el Bienestar y el fortalecimiento de la infraestructura como pilares del “Plan México”. Sin embargo, la falta de una reforma fiscal integral y la dependencia de medidas temporales, como el ajuste al IEPS, generan escepticismo entre analistas. La SHCP estima que los ingresos tributarios alcanzarán 5.8 billones de pesos, pero la proyección de crecimiento económico podría ser optimista, como ha señalado Medina, quien advierte que Hacienda tiende a sobreestimar estas cifras.
El Paquete Económico 2026, aunque busca mantener la estabilidad macroeconómica, pone en evidencia una disyuntiva moral: ¿es ético priorizar proyectos de infraestructura emblemáticos sobre la salud de la población? Los recortes en sectores clave, combinados con el aumento de la deuda pública (que se mantendrá en un 51.4% del PIB) y la carga financiera de Pemex, sugieren que la consolidación fiscal podría estar sacrificando el bienestar social a largo plazo. Como afirmó Pelosi, un presupuesto refleja los valores de un gobierno. En este caso, el de 2026 parece inclinado hacia la visibilidad política de grandes obras, mientras la salud, un pilar esencial para el desarrollo humano, queda relegada.
México necesita un enfoque equilibrado que no solo impulse el crecimiento económico, sino que garantice derechos fundamentales como la salud. Sin una reforma fiscal que amplíe los ingresos de manera sostenible, los recortes seguirán siendo la herramienta principal para cuadrar las cuentas, pero a un costo social que podría ser insostenible. El Congreso, con la mayoría de Morena, tiene ahora la responsabilidad de debatir y ajustar este paquete para reflejar un compromiso real con la prosperidad compartida que tanto proclama el gobierno. La pregunta sigue abierta: ¿será este presupuesto un paso hacia el desarrollo inclusivo o un reflejo de prioridades desbalanceadas?
