DESDE LAS ALTURAS

POR: ARTURO ALBÍTER MARTÍNEZ
· El movimiento estudiantil en la UAEM, que en un principio se concibió como el generador de un cambio profundo en la Máxima Casa de Estudios fue transformándose hasta convertirse en lo que hoy percibe la mayoría, un grupo de vándalos que se niegan a tener acuerdos.
· Desde que el rector Carlos Eduardo Barrera, uno de los peores que ha ocupado ese cargo en la historia Universitaria hizo los primeros amagos para imponer a su sucesor, se advertía molestia en una parte de la comunidad universitaria.
· Fue la peor operación política que se recuerde y todo fue peor porque no hubo quien pusiera en su lugar ni al rector y mucho menos a la que ya se sentía rectora, Eréndira Fierro.
· Si bien en “Lerdo” “intentaron” respetar el proceso, tampoco les importó fungir como árbitro o como la instancia que buscará el respeto a la democracia.
· Ahora, con una rectora como Patricia Zarza incapaz de resolver la crisis, todo el movimiento fue desprestigiado por vándalos y delincuentes que se infiltraron y dejan una pésima imagen.
· Los que buscaban un cambio son los menos, los que quieren una Universidad del siglo pasado se aprovecharon y han provocado tantos daños que pasaran años para recuperar todo lo que esos vándalos dañaron.
Lo que en un principio fue un movimiento que prometía grandes cambios en la Universidad Autónoma del Estado de México, poco a poco y con la complicidad de autoridades estatales, se fue transformando en un problema que no iba a contribuir en la transformación que se esperaba.
Todo empieza cuando el ex rector, que nunca estará de más repetir que ha sido uno de los peores y quizá el peor que ha tenido la Máxima Casa de Estudios, Carlos Eduardo Barrera, pasa de tener sueños de pequeño dictador a intentar hacerlos realidad por todos los medios.
Hizo de todo y lo que es peor, mal hecho.
Adelantó el proceso como no se había visto en otro momento, fue el primero en poner el desorden, pues desde el año pasado ya se reunía con directores y funcionarios universitarios que podrían ayudarle.
Hizo movimientos fuera de la norma que marca el estatuto universitario para cambiar consejeros y poner a los que le servirían para alcanzar sus propósitos.
Usó descaradamente recursos de la Universidad para promover abiertamente a “su candidata”.
No tuvo reparo para intentar por todos los medios que “su candidata” tuviera, primero, un acercamiento oficial en eventos de la Universidad, con la mandataria estatal, aunque no tuviera nada que ver con el encargo que tenía Eréndira Fierro.
Como el anterior titular del Órgano de Control Interno, Victorino Barrios no se prestó a seguir el juego de la imposición, el rector jugó con los tiempos para que terminara la gestión y prácticamente sacarlo de la Universidad.
Además del pésimo manejo político que tuvo el ex contralor por no amarrar su cargo con anterioridad y cometer errores como el de generar una idea equivocada de la UAEM y buscar el cargo de rector.
Lo peor vino cuando, Carlos Eduardo Barrera acude a Gobierno del Estado y dice que no se ha metido en el proceso y que Eréndira Fierro no es su candidata y que todo el apoyo, ella lo ha generado por “el gran papel que ha hecho”.
Por otro lado, la inconformidad creció y llegó el momento en el que muchos ya sabían que la Universidad estaba a las puertas de una crisis y nadie hizo nada por resolverlo.
EL MOVIMIENTO QUE PROMETÍA UN CAMBIO, SE TRANSFORMA EN UN MONSTRUO QUE LA MAYORÍA RECHAZA.
Llegó la crisis, el peor rector, Carlos Eduardo Barrera renuncia y se va por la puerta trasera lleno de vergüenza, al menos eso debía sentir. Lo mismo pasa con Eréndira Fierro, la obligan a dejar la contienda.
Los estudiantes toman espacios universitarios, eran respetados y lo que más prometía, era el hecho de que formaban parte de “un movimiento legítimo” que logró el reconocimiento de todos, incluso de las aspirantes que buscaban llegar a la rectoría.
Por primera ocasión la UAEM tendría una rectora. Era lo que se conoce como un movimiento “orgánico” con estudiantes convencidos de que el paro era la mejor opción.
Pero en “Lerdo” tampoco les importó ser interlocutores para resolver el problema y entonces poco a poco se fueron filtrando elementos indeseables, los que no están interesados en resolver el problema. Poco a poco se fueron convirtiendo en indeseables, en representantes de la anarquía.
Los estudiantes inconformes fueron quedando de lado para que verdaderos vándalos ocuparan ese lugar.
DESTROZAN EQUIPOS DE CÓMPUTO, APARATOS DE INTERCONEXIÓN, DOCUMENTOS, MOBILIARIO…
Podemos partir del hecho que si quieres beneficios para la Universidad, no puedes actuar como un verdadero delincuente.
Pintar paredes y expresar de esa forma su inconformidad hasta es entendible, no pasa que lleguen las autoridades y lo vuelvan a pintar, aunque está claro que no tienen el más mínimo respeto por un inmueble con la historia que tiene rectoría.
Lo que no se entiende, es que destruyan gran parte de los equipos del centro de cómputo y de los equipos en facultades y espacios administrativos.
Acabaron con la interconexión dentro de la Universidad y regresaron a muchos planteles al siglo pasado, no tienen internet y lo que es peor tampoco expedientes.
Llegar al grado de sacar mobiliario para que con las lluvias se echara a perder. Lo que hicieron con la escultura de Adolfo López Mateos tampoco tiene nombre.
Sin contar con los muchos profesores que han regresado a sus cubículos y han dado a conocer que sus espacios fueron saqueados; manifestantes convertidos en vulgares ladrones.
Universitarios que se jactan de serlo, deben entender de donde vienen, el legado que les fue encargado y que heredarán.
Un movimiento de transformación que nació respetado, se convirtió en un monstruo que ahora, muchos detestan.
Lo peor es que la rectora, Patricia Zarza no tiene el poder, ni la capacidad de resolver un problema que seguramente ella sabe cómo dio inicio. Muchos nombres se manejan a su alrededor, muchos grupos detrás de ella, incluyendo a su hermana Luz María Zarza que se caracteriza por su mano dura y de poca capacidad de diálogo.
La transformación tardará en llegar. ¿Alumnos? inconformes que no quieren llegar a un acuerdo y una rectora que no sabe cómo solucionar la crisis.
Las preguntas más importantes ¿Cuándo se acabará la crisis? La más importante. Se forma un movimiento para tener una mejor Universidad pero, ¿Cuánto tiempo pasará no para que sea una mejor universidad, cuánto tiempo pasará para tener una Universidad como la que ellos tomaron? ¿Cuánto tiempo y dinero se ocupará para ser una Universidad trabajando al cien por ciento? ¿Cuántos se aprovecharán en el camino antes de que alguien tome el control de la Universidad?
¿Una mejor Universidad, una Universidad de avanzada, una Universidad con un marco jurídico actual, una Universidad como la que se pretendía el primer día del movimiento estudiantil, una Universidad con universitarios que amen ser universitarios, una Universidad con autoridades que amen la Universidad y no su bolsillo o sus intereses?
¿Para cuándo?

