El hombre que le robó la gorra a un niño en el US Open ha conseguido algo más que una gorra: el odio de medio internet
Si has estado viendo las redes este fin de semana, seguramente hayas visto el vídeo en el que un tenista le regala su gorra a un niño, pero el hombre que tiene al lado se la arranca de las manos. Lo que le siguió fue un buen ejemplo de que cuando internet se organiza, puede conseguir casi lo que se proponga.
Qué ha pasado. Sucedió durante el US Open que se está celebrando en Nueva York. El pasado jueves, tras el partido contra el ruso Karen Khachanov, el tenista polaco Kamil Majchrzak se acercó a la grada y empezó a firmar autógrafos para sus fans. Uno de ellos era un niño de unos 10 años que le pidió su gorra, a lo que el tenista accedió. No le dio tiempo ni de sonreír: el hombre que tenía al lado se la arrebató y, haciendo oídos sordos a las quejas del chaval, la mete en una bolsa que llevaba su mujer. Los dos sonríen orgullosos, sin ser conscientes de que todo ha quedado grabado. El tenista no se dio cuenta y continuó firmando, dejando al niño sin regalo.
Detectives de internet al rescate. El vídeo se viralizó rápidamente y la respuesta no se hizo esperar. Indignadas, muchas personas empezaron a investigar para identificar al hombre. Por otro lado, se puso en marcha otra iniciativa para tratar de encontrar al niño. Tras ver el vídeo, el propio tenista publicó en su cuenta de Instagram un llamamiento para poder reunirse con el chaval y poder darle la gorra que le habían quitado delante de sus narices.
Pillado. El sábado día 30, dos días después del incidente, se logró identificar al hombre. Se trata de Piotr Szczerek, un millonario polaco y propietario de la empresa de pavimentación Drogbruk. Además de innumerables publicaciones afeando su conducta, internet encontró otra forma de hacerle pagar su mal gesto: freír a la empresa a reseñas negativas. No sabemos cuál era su puntuación antes, pero actualmente Drogbruk tiene un 1,4 en Google, un 2 en Trustpilot y un 1,4 en GoWork, un sitio de reseñas polaco. También ha habido usuarios que han enviado mensajes críticos a través del buzón de contacto de la empresa. La oleada de críticas ha hecho que tanto Szczerek como su mujer desactiven sus cuentas en redes sociales, según The Sunday Times.
Esto nos suena. Aunque nada que ver con el hecho del robo de la gorra, nos recuerda al caso de Andy Byron, CEO de Astronomer, a quien la kiss-cam de un concierto de ColdPlay expuso mientras tenía una aventura con su directora de RRHH. Los paralelismos son claros: la identificación de los protagonistas gracias a las redes, las críticas feroces (que en el caso de Byron desembocaron en su dimisión), que ambos sean millonarios y tengan una empresa… Pero sobre todo el hecho de que los protagonistas no esperaban ser grabados. Incluso hay otro parecido: en los dos casos se han publicado cartas de disculpa de los dos protagonistas que han resultado ser falsas (a fecha de esta publicación, Szczerek no se ha pronunciado sobre la polémica).
Final feliz. Tras la publicación del tenista, gracias a las redes lo pudo localizar y se reunió con él. El jugador publicó una imagen con el chico, llamado Brock, llevando una gorra muy parecida a la que le quitaron unos días atrás. Al final el niño ha sido el mejor parado de toda esta historia.
