Si la pregunta es si hay una forma de paralizar una central nuclear, Francia tiene la respuesta: una plaga de medusas
En Francia las medusas han noqueado una de las mayores centrales nucleares del país. Sí, las mismas medusas con las que te encuentras en la playa. Aunque suene delirante, la compañía Électricité e France (EDF) ha reconocido que un incidente con estos celentéreos gelatinosos y transparentes le ha obligado a pausar cuatro de las unidades de producción de la planta de Gravelines, situada al norte del país.
Lo más sorprendente es que no es algo excepcional.
¿Qué ha pasado? La noticia la ha dado la propia EDF, que en un comunicado publicado ayer explica que la central nuclear de Gravelines ha visto cómo cuatro de sus seis unidades de producción se apagaban por un motivo peculiar: medusas.
Las tres primeras unidades (2, 3 y 4) se desconectaron de forma automática el domingo por la noche siguiendo los protocolos de seguridad para proteger el reactor. La cuarta (unidad 6) se apagó también automáticamente el lunes.

¿Qué ocurrió exactamente? EDF es bastante clara al respecto. Las paradas se explican por «la presencia masiva e impredecible» de medusas en los tambores de las estaciones de bombeo, ubicadas en la parte no nuclear de la planta. Lo sucedido se entiende mejor al recordar que Gravelines, una de las centrales más grandes de Francia, se refrigera con ayuda de un canal conectado al Mar del Norte.
La planta dispone de estaciones de bombeo de agua que le permiten refrigerar los reactores. Las medusas se localizaron precisamente en los filtros que se encargan de aspirar el agua del mar para controlar su temperatura. Las cuatro unidades que se apagaron de forma automática (2, 3, 4 y 6) se suman además a las unidades de producción 1 y 5, que ya estaban desactivadas por labores de mantenimiento.
¿Hubo algún peligro? EDF también es clara en ese punto. Asegura que en ningún momento hubo peligro y que lo ocurrido no afectó ni a la seguridad de las instalaciones ni supuso riesgo alguno para la plantilla o el medio ambiente. «Los equipos de la planta se han movilizado y realizan los diagnósticos e intervenciones necesarias para reiniciar las unidades de producción de forma segura», garantiza.
En un principio se apuntó que las unidades afectadas podrían estar operativas de nuevo el jueves, pero Reuters desliza que el cronograma quizás no se cumpla: la idea era reiniciar las cuatro unidades hoy, pero en principio lo hará solo una. El resto retomará la actividad poco a poco, de forma progresiva, hasta al viernes.
¿Qué medusas eran? La operadora no lo ha aclarado, pero la agencia Reuters sostiene que se trata de Rhizostoma pulmo, también conocidas como aguamala. Su presencia en Gravelines podría explicarse por dos factores: primero la temperatura del mar, más elevada este verano, lo que favorece las floraciones de medusas y que estas permanezcan más tiempo en el Mar del Norte; segundo, la fuerza de las corrientes, que habrían empujado las bancos hacia el canal y la central.
¿Es la primera vez que ocurre? No. No es algo habitual, pero tampoco fuera de lo común. Gravelines ya vivió algo parecido a comienzos de los 90 y hay otras plantas repartidas por el mundo que se han encontrado con problemas similares. Swiss Info cita en concreto instalaciones de EEUU, Escocia, Suecia y Japón, que también las habrían sufrido la década pasada. Su proliferación se explica por el calentamiento del agua y la sobrepesca, que ha castigado los bancos de atún.
En este caso las medusas han afectado a una planta relevante para Francia, dotada de seis unidades que producen 900 megavatios de energía cada una, cerca de 5,4 gigavatios en total. La idea es que a partir de 2040 albergue dos reactores EPR2.
Imágenes | Joel Filipe (Unsplash), EDF y Wikipedia