No basta con ser millonario, para Ferrari debes ser ejemplar: las reglas no escritas y la lista negra para quienes se las saltan

Ferrari es mucho más que una marca de coches de lujo: es un símbolo de exclusividad y reputación que trasciende el poderío económico. Tener un Ferrari en el garaje no solo implica ser millonario, también implica ser digno de él y respetar a la marca.
La firma italiana es conocida por ejercer un control férreo sobre cómo se usan y cómo se muestran sus vehículos en público y solo admite como clientes a aquellos que defienden y representan su filosofía. Quienes no cumplen esas reglas no escritas, corren el riesgo de entrar en una lista negra. Al hacerlo, puede que Ferrari les permita comprar Ferraris de su «gama media» como el Ferrari Roma, el 296 GTB, pero nunca podrán comprar uno de los «Premium», como el Ferrari Enzo, LaFerrari o el Ferrari F80, por muchos millones que ofrezcan por ellos.
En su descarga, Ferrari no es la única que usa esta estrategia. Bugatti también aplica vetos a sus clientes indignos. De hecho, existen numerosas historias de millonarios y famosos que, al saltarse estas reglas no escritas, han pasado a formar parte esa temida lista negra de Ferrari, e incluso han tenido que pasar por los tribunales.
Manual del buen ferrarista
Ferrari tiene claro que el valor de su logotipo va mucho más allá del diseño de sus coches. Es una cuestión de prestigio y tradición. Por ello, vigila muy de cerca el uso que se hace de cada uno de sus vehículos, desde el momento en que salen del concesionario hasta su aparición en público o en redes sociales.
Tal es el celo de Ferrari por este asunto, que los clientes firman un contrato con ciertas condiciones de obligado cumplimiento antes de retirar su coche del concesionario. Esto abarca desde la prohibición expresa de cambiar a posteriori el color del Ferrari, hasta la negativa a permitir que el emblema de Ferrari pueda sustituirse o quitarse del coche.
Pero el compromiso de los dueños con la marca va más allá. Ferrari exige que el coche se conserve en perfecto estado, se utilice de manera responsable y nunca aparezca en situaciones que puedan atentar contra su reputación. Como reconoció Benedetto Vigna, CEO de la marca: «Tenemos que prestar atención porque tenemos que defender los valores y la identidad de la marca».
Las razones y los nombres detrás de la lista negra
Los principales candidatos a entrar en la lista negra de Ferrari son aquellos millonarios que tunean sus coches de formas extravagantes, utilizan el Ferrari para fines publicitarios sin permiso de la marca o revenden el coche antes de tiempo. La marca deja claro que no quiere asociar su logo a escándalos, noticias negativas o comportamientos poco ejemplares de sus conductores.

Ferrari 458 tuneado de Justin Bieber que le llevó a la lista negra de Ferrari
Muchos famosos han caído en la lista negra por motivos concretos y documentados. Justin Bieber, por ejemplo, fue excluido por olvidar durante tres semanas dónde había aparcado su Ferrari 458 tuneado de color azul eléctrico. Tal y como contaban en Motorpasion, el DJ Deadmau5 también está vetado tras personalizar su 458 con motivos del videojuego Nyan Cat y llamarlo «Purrari 458«, algo que la marca consideró una falta de respeto.
El diseñador de moda Philipp Plein, fue demandado por la marca por utilizar su Ferrari 812 Superfast como fondo para publicitar unas zapatillas de su marca de ropa. El tribunal sentenció que Plein debía incluso pagar una indemnización de 300.000 euros a Ferrari.
A Ferrari no le importa ni el dinero ni la fama
A Ferrari no le importa cuánto dinero tengas ni si eres popular ni cuántos Ferrari tengas en tu garaje. Si entras en la lista negra, te quedas sin Ferraris.
Un ejemplo de ello es Floyd Mayweather, quien llegó a poseer hasta 16 superdeportivos de la marca, pero fue vetado por que la marca aseguró que compraba sus coches solo para presumir y venderlos al poco tiempo, sin valorar sus obras de arte. Un motivo similar al que la marca alegó para meter a Kim Kardashian en su lista negra.
Nicolas Cage o 50 Cent, parecen tener el veto permanente por sus problemas financieros o sus comentarios poco afortunados. El impertérrito actor vendió su Ferrari Enzo por un precio muy por debajo de su valor, acuciado por el pago de algunas deudas. Eso no fue suficiente justificación para la marca, que escribió su nombre en la infame lista con tinta indeleble.
Imagen | Barrett -Jackson, Ferrari