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He pasado dos semanas con las Oakley Meta: tan impresionantes como en tierra de nadie

Llevo casi dos semanas con las Oakley Meta puestas y la experiencia ha sido… compleja.

No es que sean malas gafas inteligentes —de hecho, técnicamente son superiores a las Ray-Ban Meta en varios aspectos— pero hay algo en su propuesta que no termina de cuajar. Es como si hubieran querido abarcar demasiado y, en el proceso, perdieran su identidad.

Empecé con ilusión. Uso unas Oakley para correr desde hace un par de años, así que cuando anunciaron estas gafas inteligentes pensé que serían perfectas para mí. La realidad es más matizada.

Ficha técnica de las Oakley Meta

OAKLEY META HSTN

dimensiones y peso

145 x 51 x 22 mm

53 gramos (montura) / 133 gramos (estuche)

captura de imágenes

3024 x 4032 píxeles

12 MP, ultra gran angular, 100° de FOV

captura de vídeo

1440 × 1920 píxeles o 2203 × 2938 píxeles a 30 fps

sistema de audio

2x microaltavoces

5x micrófonos

asistente de voz

Meta AI

controles

Táctiles

Por voz

memoria

32 GB flash (+1.000 fotos o +100 vídeos de 30 segundos)

batería

Hasta ocho horas con una carga y uso intermitente

Hasta 48 horas acumulando cargas con el estuche completamente cargado

conectividad

WiFi 6e

Bluetooth 5.3

USB-C de carga (estuche)

compatibilidad

iOS 15.2 o Android 10 en adelante

precio

549 euros

El nombre completo, por cierto, es ‘Oakley Meta HSTN’.

No son las Wayfarer

Las Ray-Ban Meta tuvieron el enorme acierto de incorporar la electrónica a unas gafas de diseño icónico. Unas Wayfarer son unas Wayfarer, lleven o no cámara. Y me convencieron desde el primer minuto con ellas. Las Oakley Meta, en cambio, parecen haberse quedado en tierra de nadie:

  • No son lo suficientemente deportivas para correr cómodamente.
  • Pero tampoco tienen la elegancia necesaria para el día a día urbano.

El diseño es peculiar. Ni masculino ni específicamente femenino, con esos ángulos pronunciados cerca del puente nasal y ese marco blanco que grita «mírame». Es curioso cómo un producto que debería pasar desapercibido hace exactamente lo contrario.

Las he llevado por la calle, corriendo, en la playa, y siempre atraen alguna que otra mirada. No del tipo «qué gafas más chulas», sino más bien del «¿qué llevas puesto en la cara?». La gente sospecha que algo ocurre. Lo cual me lleva al siguiente punto.

El problema del blanco y la cámara evidente

El color blanco (aunque oficialmente son «gris cálido») no es un gran acierto. Hace que la cámara sea mucho más evidente (un boquete negro junto a cada lente) y no solo cuando el LED se ilumina para indicar que estás grabando.

Oakley Meta 03

Con una montura blanca es demasiado se evidencia demasiado la cámara, y puede intimidar a quien tenemos delante. Imagen: Xataka.

Las Ray-Ban Meta negras camuflan mejor este elemento; solo delatan su naturaleza tecnológica cuando ese punto blanco se enciende. Con las Oakley Meta, la gente ya sospecha antes de que hagas nada.

Esto me lleva a una anécdota que me marcó. Estaba en una playa valenciana, sentado con las gafas puestas, cuando justo enfrente una madre empezó a cambiar –desnudar– a su hija pequeña, que no tendría más de seis años. Me sentí muy incómodo y me quité las gafas de inmediato, pero durante esos segundos pensé en lo delicada que podía ser la situación.

Si alguien hubiera visto que llevaba esas gafas con cámara frente a la niña, aunque no estuviera grabando nada, podría haberse montado un problema muy serio. Esto no tiene que ver con las Oakley, sino con las gafas inteligentes en general. Como sociedad vamos a tener que llegar a ciertos acuerdos sobre este tipo de producto.

Es diferente a llevar un móvil:

  • Con el teléfono, el acto de grabar es evidente: lo levantas, lo apuntas, es deliberado.
  • Con estas gafas, simplemente mirando ya estás «apuntando», aunque no tengas ninguna intención de capturar nada.

Retos sociales que vamos a tener que resolver de alguna forma con esta tecnología. Ya hemos visto algún caso espinoso incluso en España.

La experiencia deportiva que no fue

He corrido con ellas en varias ocasiones: desde salidas cortas de 6 kilómetros hasta un entrenamiento largo de 21 kilómetros pasando por series en una pista de atletismo abandonada. La idea de tener un dos en uno —gafas de sol y auriculares tipo conducción ósea— es brillante sobre el papel. Es el combo que uso por separado. Sonaba genial la idea de combinarlos en un solo producto.

auriculares y gafas

Esto es lo que uso habitualmente para correr: Oakley analógicas + auriculares de conducción ósea. Las Oakley Meta integran ambos, pero no me han convencido. Imagen: Xataka.

En la práctica, no me terminaron de convencer.

El peso adicional se nota. No es dramático, pero después de algunos kilómetros empiezas a sentir pequeñas sacudidas con cada zancada que no experimentas con unas Oakley normales. El audio es lo suficientemente bueno y no tengo quejas sobre él. Es mejor en estático que en movimiento, pero es algo menor.

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Corriendo despacio no hay problemas, pero al subir la velocidad, las Oakley Meta tienden a deslizarse hacia delante y dar pequeñas sacudidas sobre el tabique nasal. O al menos esa ha sido mi experiencia. GIF: Xataka.

Además, resisten sudor, lluvia y salpicaduras con su certificación IPX4. No pueden sumergirse e invitan a llevar cuidado, pero al menos sí podemos sudar tranquilamente con ellas.

En cualquier caso, es como si hubieran intentado hacer unas gafas deportivas sin comprometerse del todo con ese público. Por eso, una vez más, lo de la tierra de nadie y la pérdida de identidad: quieren ser varias cosas a la vez así que dejan de ser realmente buenas en algo más concreto.

Eso sí, hay que reconocerles algo: las lentes PRIZM polarizadas con oro son espectaculares. Todo se ve con un tono dorado-amarillento que recuerda a las películas ambientadas en Nuevo México, como si estuviera permanentemente en el desierto de Breaking Bad.

Una recreación haciendo una foto con el iPhone y la misma foto tras una de las lentes de las Oakley:

Oakley Meta 01

A la izquierda, la imagen normal. A la derecha, el efecto llevando las Oakley Meta puestas. Imagen: Xataka.

Los verdes se vuelven más vibrantes, los contrastes se acentúan. Para conducir son fantásticas, aunque a veces el efecto es tan pronunciado que parece que vives en un filtro de Instagram permanente.

Para creadores y nostálgicos digitales

Donde estas gafas brillan es en la captura espontánea de momentos. Son más rápidas que el móvil para capturar algo repentino: llevar la mano a la patilla y pulsar el botón es más inmediato que sacar el teléfono, desbloquearlo y abrir la cámara.

Pero paradójicamente, el tiempo de obturación es más alto. Si ya tienes la cámara del móvil abierta, hacer la foto es más rápido que con las gafas. Es la diferencia entre capturar o perder ese gesto fugaz de un niño, esa expresión que dura medio segundo.

No tengo TikTok ni Instagram, no soy «creador de contenido», pero he descubierto que estas gafas son perfectas para algo más íntimo que sí me sirve: generar recuerdos cotidianos desde mi punto de vista literal.

Vídeos banales de paseos con mi mujer, ratos de juego con los sobrinos, buenos momentos espontáneos con familia y amigos. Contenido que hoy parece intrascendente pero que en 20 o 30 años será un tesoro emocional. Estas gafas facilitan capturarlos más que nunca, y encima desde ese punto de vista tan peculiar.

Los pequeños detalles que funcionan

Los controles gestuales en las patillas son intuitivos y funcionan bien. Deslizar hacia adelante o atrás para cambiar canciones, tocar para pausar, mantener pulsado para activar Meta AI (también invocable por voz).

La batería mejorada respecto a las Ray-Ban (8 horas vs 4) se nota, especialmente si las usas intermitentemente durante el día. El estuche de carga, aunque menos elegante que el de las Ray-Ban, cumple su función.

Las fotos mantienen la misma calidad que las Ray-Ban, que apuestan por la espectacularidad mediante una cierta sobresaturación, lo cual está bien en un producto así. Es lógico que se priorice eso a la fidelidad.

Eso sí: a menudo las fotos nos saldrán torcidas. Miramos menos recto de lo que creemos. Toca editar un poco. Y una pega: le cuesta equilibrar luces y sombras en situaciones de alto contraste. Subexpone en exceso las segundas. Ejemplos:

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

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Foto hecha con las Oakley Meta. Imagen: Xataka.

La calidad de vídeo en 3K es notablemente superior al 1080p de las Ray-Ban, aunque devora batería. Cinco vídeos de dos minutos pueden consumir un 25% de carga. Su estabilización es correcta pero no hace milagros. Unos ejemplos corriendo:

Y un ejemplo de grandes beneficiados si alguien las compra: sus amigos, que tendrán planos estupendos.

Meta AI: el asistente que casi nunca uso

La integración de Meta AI es idéntica a las Ray-Ban, lo cual tiene sentido. Pero después de dos semanas, mi uso ha sido mínimo. La función de traducción en tiempo real es impresionante cuando funciona, aunque necesitas que ambas personas lleven las gafas para una conversación completa, lo cual es poco práctico de momento.

Le pregunté incluso preguntas básicas para ver si era capaz de responder, como la altura de la Torre Eiffel. No me la dijo, me decía si quería que «viese» por su cámara. La experiencia con el asistente ha sido mediocre.

Lo que sí hace bien es integrarse con las aplicaciones de Meta. En mi caso, WhatsApp: te avisa de las notificaciones de forma nativa, te lee mensajes según te llegan. Es configurable y es idóneo para quien vive anclado a WhatsApp. Es decir, el 99% de la población española.

Seguro que en el futuro sus capacidades son mucho mayores, pero entre los motivos por los que alguien puede comprar estas gafas creo que difícilmente estará ser deslumbrado por Meta AI.

El veredicto de la tierra de nadie

Después de dos semanas, mi conclusión es que las Oakley Meta son un producto técnicamente competente atrapado en una crisis de identidad. A 549 euros (220 euros más que las Ray-Ban Meta básicas), ofrecen mejoras incrementales que no justifican el premium para la mayoría de usuarios.

  • Si buscas unas gafas inteligentes, las Ray-Ban Meta siguen siendo la mejor opción: más versátiles, más discretas, mejor relación calidad-precio.
  • Las Oakley parecen diseñadas para un usuario muy específico que no termino de identificar: alguien deportista pero no tanto, moderno pero no demasiado atrevido, dispuesto a pagar más por pequeñas mejoras.

Son el ejemplo perfecto de cómo a veces, en tecnología, querer abarcar varios públicos significa no satisfacer completamente a ninguno.

Las Ray-Ban Meta entendieron algo fundamental: primero son gafas, después son inteligentes. Las Oakley Meta parecen no poder decidir qué quieren ser primero.

Oakley Meta HSTN

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Imagen destacada | Xataka

Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Meta. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.

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