Los crímenes truculentos y la novela romántica están de moda. Era cuestión de tiempo que terminaran juntos en un género
No hace falta un First Certificate de Cambridge para entender que la diferencia entre un documental true crime y las novelas de crimen está en ese “true” que en castellano viene a ser el habitual “basado en hechos reales”.
Nos fascina lo truculento de estos crímenes reales por dos cosas contrapuestas: ha sucedido y a la vez es tan incomprensible que parece un relato ficticio. Y la demostración de que la ficción es clave en esta ecuación está en el éxito reciente de la literatura que une el crimen, lo prohibido y lo reprobable con un género tan clásico como el romance.
Dark romance, o romance oscuro, es un subgénero del romance que explora el amor desde una naturaleza, cuanto menos, moralmente ambigua y que tiene al mundo lector, y más especialmente a Booktok, completamente a sus pies. El amor prohibido, miles de red flags, dinámicas de poder cuestionables, arcos de redención y los aspectos más controvertidos del deseo y el amor tienen cabida en el cóctel peligroso y adictivo que es el Dark Romance.
Esa naturaleza oscura del género es la que escandaliza a gran parte del público pero que, a la vez, sirve a los autores como exploración de temas como: la tentación de lo prohibido, la fetichización de los populares age gap (diferencia de edad en las relaciones) o el control; cimentando así sus tramas sobre una línea del bien y del mal totalmente desdibujada.
Nada nuevo bajo el sol
No estamos ante un género reciente, simplemente ha pasado de ser una categoría específica o nicho a convertirse en una corriente dominante dentro del género romántico. Sus orígenes se remontan a la literatura gótica del siglo XVIII y XIX.
En obras como ‘Frankenstein’ de Mary Shelley’, ‘Cumbres Borrascosas’ o ‘Jane Eyre’ de las hermanas Brontë ya encontrábamos los elementos que sientan las bases del actual Dark Romance: ahondar en los aspectos más oscuros de las emociones humanas y en relaciones que desafían las normas establecidas. De hecho, no hace falta irse tan lejos: Mario Casas y previamente su Hache literario en ‘A tres metros sobre el cielo’ ya era el prototipo de chico conflictivo (aunque bastante edulcorado) que podemos leer en los romances oscuros contemporáneos.

‘Cumbres Borrascosas’, con numerosas adaptaciones cinematográficas, es un clásico precursor del «dark romance».
Quizás el repentino interés en el subgénero, o más bien la “preocupación” con el mismo, tiene que ver con algo tan simple como un mayor público y oferta. En España el 75,3 % de la población entre 14 y 24 años afirma leer libros en su tiempo libre así que, aunque este género lleva existiendo muchos años, las cantidades ingentes de libros de romance oscuro que tenemos actualmente a nuestra disposición y el aumento del número de lectores nos dan las claves para entender el reciente interés en analizar su éxito.
Dejamos por tanto esa “literatura de tacitas” que intenta en muchas ocasiones infantilizar y menospreciar a los lectores de romántica y damos paso a tramas llenas de violencia, oscuridad y sexo explícito con villanos y antihéroes como protagonistas.
“Creo que hablo al menos en nombre de una parte de las lectoras de romance oscuro: nunca nos interesaron los héroes. Nos encantaban los antihéroes. Así que sentimos que estos héroes son mucho más atractivos para nosotras. Son mucho más interesantes, diría yo, porque son diferentes, no están en la norma» – Rina Kent
Esenciales del Dark Romance
Alguien que ocupa las listas de más vendidos y puede resultar una introducción light al género es Ana Huang con su saga ‘Twisted’ y ‘Pecados’. Esta autora cubre casi todas las tramas jugosas en el romance oscuro: age gap, amor en el mundo de la mafia, matrimonios concertados, desequilibrio de poder en las relaciones… Todo ello con un toque de personajes llenos de traumas y una completa incapacidad de comunicación entre los protagonistas.
Si ya estás entrenado y necesitas pasar al siguiente nivel, Penelope Douglas es para ti. En ‘Birthday Girl’ Douglas nos lleva al mundo de las relaciones prohibidas cuando la protagonista se enamora del padre de su novio, haciendo así check en dos de los tropos favoritos del subgénero: amor prohibido y diferencia de edad. Y esto es lo más ligerito de la autora porque en la saga ‘Devil´s Night’ nos sumerge en el mundo de un grupo de amigos ricos y poderosos que atormentan durante varios años a la protagonista femenina hablando así del abuso, el poder y la obsesión.

Y subimos la apuesta, en ‘Credence’ Douglas cuenta la historia de una joven que tras la muerte de sus padres se ve obligada a vivir con su tío político y sus dos hijos en las montañas de Colorado, lugar donde descubre sentimientos y deseos prohibidos, perdiendo por completo la percepción entre lo correcto e incorrecto.
Pero si hay un Dios al que le reza BookTok en materia de Dark Romance es ‘Haunting Adeline’ (Nunca te dejaré) de H.D. Carlton, donde nuestra protagonista sufre la persecución de un acosador. Sin embargo, pronto descubre que no es la primera persona de su familia en caer víctima de una sombra que la persigue. En este santo grial del romance oscuro, que es un auténtico furor en TikTok con más de 180 mil publicaciones, entramos directamente en un terreno muy pantanoso: relaciones amorosas que parten del abuso y acoso bañándolas con un halo de misterio y herencia familiar, además de explorar la naturaleza humana y la búsqueda de la justicia.
La expansión de este subgénero también ha calado en la obra de escritoras hispanohablantes. La pluma de Alison Crawford (trilogía ‘Ciudad del Pecado’) , Fabiana Peralta (‘Herencia de Sangre’) o Eva Muñoz (saga ‘Pecados Placenteros’) aportan su propio estilo dentro de esta oscura categoría.
Esta muestra es solo una pincelada dentro de una lista eterna. Y sí, en su mayoría encontramos el relato de parejas heterosexuales, donde el debate de la posición de la mujer en estas obras es algo muy jugoso, sobre todo para la gente ajena al mundo del Dark Romance. Pero no solamente hablamos de la narración de relaciones heterosexuales, sino que al terreno de la literatura MM (male/male) también ha llegado el género. Autoras como Rina Kent en su saga de mafia ‘Legado de dioses’, Bethany Winters (‘Like you hate me’,’Dirty love’) o Nyla K. (‘For the Fans’, ‘Trouble’) triunfan narrando historias de amor queer igual de tormentosas, llenas de violencia y con personajes cargados de traumas y con infinidad de demonios internos.
I can fix him (no really, I can)
Uno de los rostros fetiche del universo true crime es el de Charles Manson. Una búsqueda básica en un conocido agregador de series y documentales Justwatch nos arroja una enorme cantidad de resultados relacionados con su figura, y eso sin tener en cuenta adaptaciones inspiradas en el responsable principal del asesinato de Sharon Tate. Además de su infausto crimen, Manson recibía miles de cartas de admiradoras cada año durante su estancia en prisión, llegando a casarse con Elaine Burton, una de ellas.
No es algo anecdótico, más allá de Manson otros famosos asesinos recibían este tipo de misivas de manera regular, demostrando esa pulsión por parte de la población de acercarse a lo prohibido y a las sombras del alma humana. Y, aunque para nada salubre y llevado al máximo extremo, el mantra “yo lo puedo cambiar” es una de las principales razones que provocó ese fenómeno postal.
El concepto es atractivo y de probada eficacia, pero mucho más sano si se aborda como un tropo dentro de la ficción del romance oscuro. Entra en acción un personaje atormentado o que tiene actitudes abusivas o tóxicas y consigue redimirse gracias a la ayuda de su relación amorosa. No es ni la violencia explícita, una ambientación sobrenatural con vampiros o demonios, ni los traumas de los personajes lo más controvertido del género. Su punto más problemático es la naturaleza de las relaciones románticas, sexuales y sentimentales que se establecen. Por ello, es esencial saber en qué mundo te introduces con este tipo de lectura.

‘Badlands’, de Terrence Malick. La historia de la película está basada en los asesinatos de Charles Starkweather, considerado el primer asesino en serie de Estados Unidos y cuya figura también despertó una enorme y perturbadora fascinación.
Antes de demonizar o catalogar de inapropiado según qué contenido, hay que tener en cuenta que estos libros no engañan a nadie y tienen claro su público. En su práctica totalidad se marca de manera directa la edad apropiada de lectura, así como al inicio o en la contraportada figuran los ya tan conocidos en el mundo BookTok como trigger warnings (aviso de contenido sensible). Tampoco es raro encontrar asociado un indicador de spice, es decir, a través de un sistema indicado por el dibujo de guindillas se indica la cantidad y naturaleza de las escenas sexuales que van a desarrollarse.

Escala de guindillas para escenas sexuales (foto de Penguin Libros)
No es la primera vez, ni tampoco la última que las asociaciones de padres ponen el grito en el cielo por el contenido que consumen sus hijos; cuando eso tiene más que ver con su desidia o falta de comprensión del medio. Cualquier trabajador de la tienda de videojuegos Game puede hacer un estudio sociológico sobre cuántos menores acuden al mostrador para comprar el último ‘Grand Theft Auto’ o’ Call of Duty’, y lo que es más elocuente, cuántos lo hacen junto a sus padres y sin hacer caso al +18 del sistema PEGI que tienen todas esas carátulas.
Así que, si nos movemos en otro medio como la literatura encontramos la misma problemática. El mayor inconveniente que encontramos dentro del Dark Romance no es con las autoras ni con la obra o el carácter de las relaciones sexuales que se narran, si no con la manera en la que adolescentes o jóvenes acceden a este contenido.
No es raro, ni un caso aislado acudir a tu librería de referencia y encontrar en la sección de romántica una mezcolanza que va desde ‘ACOTAR’ y ‘Heartstopper’ pasando por ‘La química del amor’ y encontrando a su lado libros como toda la saga ‘Twisted’ o ‘Haunting Adeline’.
Leer sobre un bully que se enamora de ti, o acerca de un amor en el seno de la bratva plagado de escenas de sexo explícito donde se juega con el consentimiento, no es lo ideal con 14 años. Desde el punto de vista de un adolescente, esta literatura puede influir en la percepción que se tiene del mundo y moldear el comportamiento, aunque no se romantice de manera consciente su contenido.
La categoría de romántica es muchas veces inabarcable, pero desde luego es muy necesario establecer y etiquetar adecuadamente un YA (‘Young Adult’, literatura juvenil), literatura +21, +18 o el propio romance oscuro; si no, estos espacios de venta en los que no se controla este contenido es fiel reflejo de las redes , donde adolescentes de 14 o incluso más jóvenes viralizan y muestran su devoción por pasajes del libro con contenido explícitamente sexual con dinámicas alejadas de lo apropiado a su edad.
Conoce las reglas y disfruta
Cuando tenemos una comprensión clara de lo ficticio y lo real, el Dark Romance se convierte en una experiencia literaria intensa e incluso catártica. La mezcla de conceptos “prohibidos” y otros géneros como el terror, thriller o crimen es algo tremendamente explorado y respaldado por la suspensión de credulidad. Tenemos muy claro el punto de fantasía y somos partícipes de habitar en ese mundo de irrealidad a conciencia, sin hacer tanta consideración sobre lo adecuado del material. En el romance oscuro hay que aplicar la misma fórmula; a nadie se le ocurre hacer lo mismo que al payaso de ‘Terrifier’, pero mucha gente sí lo ve como una catarsis.
Este subgénero desafía a los lectores y los pone frente a relaciones que pueden no ajustarse a lo convencional, cumpliendo así uno de los fines de la literatura: explorar otros mundos y otras realidades desde la seguridad de la ficción, permitiendo indagar en emociones profundas o tabúes personales que en la vida real no experimentaríamos. Como apunta la escritora Ana Huang,
«Al fin y al cabo, es ficción y creo que la gente que la lee debería poder disfrutarla con sentido crítico porque sabe que estos temas son graves en la vida real. La ficción es una forma segura de explorar esas fantasías y experimentar esas emociones viscerales sin que estén realmente en peligro, del mismo modo que ocurre con cualquier otro tipo de entretenimiento”.