
«Médicos Cubanos sin Escrutinio: El Costo Oculto del Convenio con la 4T»
En el México de la Cuarta Transformación (4T), el convenio de cooperación médica con Cuba ha traído a miles de médicos cubanos para atender la supuesta escasez de especialistas en zonas marginadas. Sin embargo, la falta de validación de sus credenciales, la exención de certificaciones periódicas que sí se exigen a los médicos mexicanos y las tensiones con los profesionales locales han desatado un debate nacional sobre equidad, transparencia y calidad en el sistema de salud. Mientras el gobierno celebra la llegada de estos “colaboradores externos” como un logro, la opacidad en su gestión y las condiciones desiguales para los médicos mexicanos plantean preguntas urgentes sobre la dirección de la política sanitaria del país.
El Convenio México-Cuba: Números y Distribución Nacional:
Desde el año 2020, el convenio médico entre México y Cuba ha incrementado significativamente la presencia de galenos cubanos en el país. Durante la pandemia de COVID-19, 585 médicos cubanos llegaron para apoyar en hospitales, principalmente en la Ciudad de México. Entre 2022 y 2023, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reportó 1,429 supuestos especialistas cubanos distribuidos en 12 estados, con un pago mensual de 2,042 dólares por especialista y 1,722 dólares por médico general. En 2024, el director del IMSS, Zoé Robledo, anunció la incorporación de 2,700 médicos cubanos adicionales, elevando el total a entre 3,650 y 4,845 profesionales en 24 estados hasta junio de 2025, según reportes de El Universal y Reuters. Estos médicos, asignados principalmente a través del programa IMSS-Bienestar, trabajan en regiones rurales y de alta marginación, como la Montaña de Guerrero, Chiapas, Veracruz, Sonora, Yucatán y Oaxaca. En el Estado de México, se estima que entre 100 y 200 médicos cubanos operan en áreas como Valle de Bravo y Tejupilco, aunque la falta de datos precisos refleja la opacidad del programa.
Certificación Médica: Una Doble Vara en México
En México, los médicos están obligados a certificarse periódicamente cada cinco años, conforme al artículo 250 del Código Penal Federal y la Ley General de Profesiones. Este proceso, supervisado por el Consejo Mexicano para la Acreditación de la Educación Médica (COMAEM) y la Secretaría de Educación Pública (SEP), incluye exámenes rigurosos, revalidación de títulos y la obtención de una cédula profesional. El incumplimiento puede acarrear sanciones de uno a seis años de prisión. Este requisito asegura que los profesionales mantengan estándares de calidad y actualicen sus conocimientos en un sistema de salud que enfrenta retos como el desabasto de medicamentos y la saturación de servicios. Sin embargo, los médicos cubanos, operando como “colaboradores externos” bajo el convenio México-Cuba, están exentos de estas certificaciones. No existe evidencia de que sus títulos o especialidades sean validados por instituciones mexicanas, según reportes de El Universal (17-06-2025) y Prisoners Defenders.
Durante la pandemia, un informe de 2021 reveló que algunos médicos cubanos carecían de títulos académicos validados, lo que generó acusaciones de fraude. Aunque Cuba presume una ratio de 8 médicos por cada 1,000 habitantes —la más alta del mundo, según The Lancet (2024)—, la calidad de su formación varía, y las condiciones laborales en el extranjero, donde el gobierno cubano retiene entre el 70% y el 90% de sus salarios, han sido calificadas como “esclavitud moderna” por Human Rights Watch. Esta exención, justificada como medida de emergencia, persiste en 2025, a pesar de que la emergencia sanitaria ya no está vigente, generando una percepción de inequidad frente a los médicos mexicanos.
Tensiones con los Médicos Mexicanos:
Un Sistema Bajo Presión La llegada de médicos cubanos ha generado tensiones con los profesionales locales, quienes enfrentan desempleo y condiciones laborales precarias. Según el senador Julen Rementería, 51,000 médicos mexicanos están sin empleo, mientras el gobierno paga hasta 144,000 pesos mensuales por cada médico cubano, de los cuales ellos reciben menos del 10%. En el Estado de México, protestas en Toluca el 15 de junio de 2025 denunciaron despidos, desabasto de medicamentos y la preferencia hacia los cubanos, quienes reciben hospedaje, transporte y dietas especiales. Estas manifestaciones reflejan un sentimiento nacional, los médicos mexicanos, obligados a cumplir con certificaciones estrictas, enfrentan una carga desproporcionada incluso demandas por las fallas del sistema, mientras los cubanos ocupan plazas que podrían destinarse a profesionales locales.
Contexto Nacional:
El programa IMSS-Bienestar busca universalizar la atención médica, pero su implementación ha sido cuestionada. La contratación de médicos cubanos responde a la necesidad de cubrir vacantes en zonas rurales, donde los médicos mexicanos suelen ser reacios a trabajar debido a la inseguridad y la falta de infraestructura. Sin embargo, la opacidad en los costos del convenio —que según el IMSS no representa una carga significativa para el presupuesto— y la falta de validación de credenciales alimentan las críticas. Organizaciones como el Colegio Médico de México han exigido que los médicos cubanos se sometan a los mismos estándares de certificación que los nacionales, argumentando que la calidad de la atención no puede comprometerse en nombre de la cobertura.
Conclusión:
Transparencia para un Sistema Justo El convenio México-Cuba ha traído a entre 3,650 y 4,845 médicos cubanos para atender zonas marginadas, pero su implementación plantea serios interrogantes. La exención de certificación periódica para los médicos cubanos, en contraste con las estrictas regulaciones impuestas a los mexicanos, genera una brecha de equidad que socava la confianza en el sistema de salud. La Secretaría de Salud y el IMSS-Bienestar deben transparentar la gestión de estos contratos, detallar la distribución de los médicos cubanos y garantizar que sus credenciales sean validadas. En un país donde 51,000 médicos mexicanos buscan empleo, la prioridad debe ser un sistema de salud que valore a sus profesionales locales y garantice atención de calidad para todos.
¡Exige equidad! Pide al gobierno federal que los médicos cubanos sean certificados, como los mexicanos y que se transparente el costo del convenio.»
