Hace un año Cataluña decidió empezar a regular sus alquileres. Ahora tiene algo que parecía imposible: precios más bajos
En un contexto marcado por la escalada de precios, los alquileres récords y un mercado inmobiliario que empieza a tontear con los costes previos a la crisis del ladrillo de 2008, Cataluña quiso romper ayer con la retórica alcista. Sus alquileres están bajando. Y de forma bastante clara además. En el conjunto de la región los arrendamientos cuestan hoy, de media, un 4,7% menos que hace un año, un descenso que llega al 8,9% si hablamos de Barcelona.
Con esos datos, la Generalitat quiere sacar pecho por el primer año de regulación de precios en los 140 municipios tensionados en los que aplica la Ley de Vivienda.
¿Qué ha pasado? Que la Generalitat de Cataluña acaba de hacer algo poco habitual en la información inmobiliaria de los últimos años: usar un signo negativo para hablar de precios. Según los datos desgranados por la consejera de Territorio y Vivienda, Sílvia Paneque, el arrendamiento medio se ha abaratado en el conjunto de la región y, de forma especial, en aquellos municipios en los que hace un año se aplicó la regulación de precios bajo el amparo de la ley estatal de vivienda.

¿Cuánto ha bajado? La información que maneja Paneque se basa sobre todo en los depósitos de fianzas y muestra la «foto» del mercado inmobiliario catalán a lo largo del primer trimestre del año, lo que permite analizar cómo han evolucionado los precios entre inicios de 2024 y 2025. Su primera conclusión es que el conjunto de Cataluña el alquiler medio ha experimentado una caída interanual del 4,7%.
Si nos fijamos en concreto en los 140 municipios que se declararon mercados tensionados en marzo de 2024 y en los que, por lo tanto, se permitió regular los precios en ciertos casos, el descenso es algo más pronunciado: llega al 4,9%. La gran sorpresa la deja en concreto Barcelona. Allí el coste medio de los alquileres se ha desplomado varios puntos más, hasta marcar una caída anual del 8,9%.
¿Y cómo evolucionan los contratos? Esa es la segunda sorpresa que ha dejado Paneque. La consejera asegura que esa bajada de precios no ha llegado acompañada de una contracción del mercado del alquiler catalán. Es más, según sus datos en el primer trimestre de 2025 el número de contratos de arrendamiento vigentes en la región ha aumentado en 3.112. «Sigue creciendo, lo que nos indica que el parque de vivienda de alquiler aumenta», defendió la dirigente.
El comunicado compartido por la Generalitat no permite, eso sí, valorar si el ritmo de los nuevos arrendamientos ha subido o bajado en el último año. Lo que sí aclara la consejera es que «una gran parte» de los contratos que ya estaban en vigor se han alargando. O lo que es lo mismo, se reducen las mudanzas. El País precisa que en los municipios tensionados los nuevos contratos han descendido un 22%.
¿Cómo interpreta los datos? «Creemos que la clarificación en los contratos ha ayudado a tener estos buenos datos que nos permiten decir que hay 11.807 hogares más en alquiler que hace un año», celebra la titular de Vivienda, quien precisa que de esas familias la mayoría (7.865 contratos) se concentran en los 140 municipios declarados tensionados en 2024. En el caso Barcelona, durante el primer trimestre de 2025 el número total de viviendas en alquiler ha aumentado en 423. «Hay 1.202 hogares más en alquiler que hace un año», apostilla la Generalitat.
¿Por qué es importante? Porque más allá de las implicaciones que tiene para el mercado inmobiliario catalán y, en concreto, los caseros e inquilinos de la región, los datos presentados por Paneque muestran los efectos prácticos de la regulación de alquileres y la aplicación de la Ley de Vivienda estrenada a en marzo de 2024. La propia Generalitat ha querido recalcar un mensaje cuyo interés trasciende sus fronteras. Al fin y al cabo Cataluña fue la única comunidad que aplicó la ley.
«Los datos son buenos y nos muestran que la contención y medidas legislativas y normativas ayudan a garantizar el derecho a la vivienda en este camino hasta alcanzar un parque público del 15%», insistió la consejera del ramo.
¿Son los primeros datos que se conocen? No. Paneque no es la primera en deslizar esa idea. En marzo, cuando se cumplía un año exacto de la aplicación del índice de precios del alquiler en 140 municipios de Cataluña, la ministra Isabel Rodríguez ya alegó que los datos de la región demostraban que «la Ley de Vivienda funciona». Por entones la caída del importe de los arrendamientos en Cataluña rondaba el 3,3%. En la Ciudad Condal el descenso alcanzaba un 6,4%.
¿Es todo positivo? No. El martes la propia Generalitat compartió datos que muestran un boom del alquiler de temporada, una fórmula que normalmente se acuerda para períodos inferiores al año y permite esquivar la norma. Si en 2019 representaba apenas el 2,1% de los pisos de alquiler anunciados en Barcelona, en 2023 suponía ya el 14,4%. Y la información revelada ayer por Paneque sugiere que han ido ganando peso en el mercado inmobiliario de la comunidad.
Los datos que maneja la Generalitat muestran que de los 2.242 contratos temporales del primer trimestre de 2024 se ha pasado, durante el mismo período de 2025, a 3.415. En otras palabras: la fórmula ha experimentado ha aumentado considerable, del 52%, en solo un año, ganando peso entre los nuevos contratos.
Durante los tres primeros meses del año pasado se ajustaban a esa modalidad temporal el 6,1% de los nuevos acuerdos firmados en Cataluña. En el arranque de 2025 representaban ya el 11%. Consciente de ese boom acelerado, la Generalitat se ha propuesto limitar los precios en aquellos alquileres de temporada que tengan un uso residencial, una decisión que la Generalitat cree más justificada que nunca.
¿Y el resto de contratos? La consejera celebraba ayer que el nuevo marco normativo y la regulación de precios ofrecen más estabilidad a los inquilinos al tener ahora los grandes caseros menos alicientes para sacar sus viviendas al mercado del alquiler. «Estamos viendo que una gran parte de los contratos en vigencia están alargando su duración, lo que se traduce en la reducción de los contratos extinguidos y, por lo tanto, en mayor estabilización», resalta.
Su afirmación tiene sin embargo algunos matices. Al poco de estrenarse la nueva regulación en los 140 municipios catalanes considerados mercados tensionados, algunos inquilinos advertían ya que los caseros estaban prorrogando sus contratos por razones que poco tienen que ver con la estabilidad de sus arrendatarios. Su motivación principal era otra bien distinta: no tener que bajar los precios.
Imágenes | Ansar Naib (Unsplash) y Jorge Salvador (Unsplash)