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Las granizadas de ayer llevaban tiempo cocinándose, y tienen mucho que ver con el tiempo de los últimos días

Desde finales del mes de mayo la meteorología en España ha sido una montaña rusa en la que se han alternado días de calor veraniego con días de bajadas térmicas y abundantes tormentas. Y si el último de estos episodios de inestabilidad ha se ha caracterizado por algo ha sido por las intensas granizadas vistas en algunos puntos del centro peninsular.

Pasado el pico. Tras alcanzar ayer miércoles su pico de actividad, el último episodio tormentoso comienza a amainar sobre la Península. Nos deja sin embargo la crónica de un granizo que en algunos lugares llegó al suelo con un tamaño considerable como las bolas de tres centímetros vistas en Madrid.

Y de repente, pedrisco. La gran pregunta es la de cómo hemos llegado a ver una situación así en pleno mes de junio, cuando la primavera meteorológica ha llegado a su fin. La clave puede estar precisamente en las oscilaciones térmicas que llevamos viviendo durante estas semanas.

Según explican desde Eltiempo.es, el calor en superficie genera corrientes convectivas ascendentes. Estas se adentran en nubes de gran crecimiento vertical y elevan las gotas de agua a grandes alturas.

Del agua al hielo. Estas gotas, en su ascenso pueden alcanzar capas muy frías de la atmósfera, al llegar a los -15º Celsius comienzan a formar granizo. El hielo cae por efecto de la gravedad, pero puede volver a ascender atrapado por las corrientes convectivas.

Al descender, el granizo capta la humedad arrastrada por el aire cálido que lo devuelve a las capas altas y frías. El resultado son bolas de granizo que cada vez acumulan más agua, más masa y mayor diámetro. Finalmente, la inestabilidad atmosférica acaba desatando tormentas en las que el granizo acumulado se precipita contra la superficie.

Fin del episodio tormentoso. Los meteorólogos señalan que el último episodio tormentoso ha llegado a su fin: la dana responsable de la inestabilidad vista estos días se aleja de la Península. Sin embargo las tormentas no van a abandonar del todo el territorio: en varias áreas del noroeste peninsular la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha emitido varios avisos por tormentas y posibilidad de granizo.

Entre estos avisos se encuentran avisos naranjas por un riesgo importante de tormentas, vigentes mañana en la ribera del Ebro en Zaragoza y en la provincia de Huesca. En algunas áreas, los avisos por tormenta de estos días coexistirán con avisos por temperaturas elevadas.

Un problema que irá a más. Los expertos en clima señalan que la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos irá en aumento como consecuencia del cambio climático. Aunque asociamos las tormentas a la inestabilidad y el frío, el calor desempeña un papel importante.

El calor no solo genera corrientes ascendentes que alteran la estructura de las nubes, también se da el hecho de que el aire caliente hace que la atmósfera acumule más humedad. Más agua en la atmósfera significa mayores precipitaciones asociadas a tormentas como las vividas durante estos días.

En Xataka | La hora de la verdad de los embalses españoles: cómo van a aguantar el calor tras unas lluvias que los ha dejado a rebosar

Imagen | ECMWF/ David Trinks

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