Suspenso en helados: la OCU ha analizado una treintena de helados de tarrina, los resultados no son excelentes
El verano ya está aquí y a más de uno le espera algún atracón de helado. Los helados son ricos en azúcares y grasas, alimentos generalmente ultraprocesados y por tanto no especialmente saludables. A pesar de ello (o quizás precisamente por ello), elegir la opción más saludable puede ser una buena idea.
Nuevo informe. Ahora la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado los resultados de su análisis de los helados de tarrina que podemos encontrar en los supermercados. Su veredicto no es optimista: demasiados aditivos, “algunos no recomendables”; y escasos en grasas lácteas.
32 helados. En su análisis, la OCU estudió 32 helados de tarrina como los que podemos encontrar convencionalmente en los supermercados. Escogieron tarrinas de “formato familiar” de tres sabores (vainilla, chocolate y caramelo). El análisis se centró en helados de marca blanca aunque también incluyó ejemplares de dos “primeras marcas”.
Según explica la organización, el análisis consistió en una valoración realizada a partir del etiquetado, de la calidad nutricional (incluyendo contenido energético, grasas y azúcares empleados y composición), grado de procesado, y una prueba de degustación. Esta última representó el 50% de la nota final asignada a cada producto.
Malas notas. Según la organización, tan solo 10 de los 32 productos seleccionados superaron las pruebas, con cuatro de ellos “destacando por su calidad”. Los 28 que no alcanzaron esta categoría, continúa explicando la OCU, excedían los niveles en ingredientes aromas, concentrados, colorantes o jarabes, los cuales “enmascaran la falta de calidad del producto”.
Según señala la OCU, la escasa calidad en los ingredientes se veía reflejada en el sabor de los productos en las catas al paladar. “No es para menos, pues se trata de productos ultra procesados, pobres en grasas lácteas y ricos en aromas, jarabes y aditivos, algunos no recomendables”, explica la organización en su comunicado.
Demasiados aditivos, pocos lácteos. En cuanto a los aditivos, la OCU identificó un total de 20 (una media de 4 por producto). De esta veintena de aditivos, la organización destacaba cuatro calificados por la propia OCU como “no recomendables”. Se trata de E442, E471, E472c y E14xx. Tan solo uno de los productos analizados fue calificado como “libre de aditivos”.
La OCU también prestó atención a las grasas presentes en los productos. Observó que tan solo ocho de los helados analizados utilizaban lácteas o de cacao de manera exclusiva.
Chocolate mejor, caramelo peor. En los resultados publicados por la OCU puede percibirse un patrón, y es que entre los helados analizados, los de chocolate presentaban mejores puntuaciones, mientras que los de caramelo puntuaban más bajo. “Los helados de caramelo son los peor valorados (además de los más calóricos)”, detalla la organización.
Un producto no tan saludable. No hay un helado sano y por eso es recomendable que este alimento tan deseado en verano solo sea consumido con moderación. Los helados son alimentos ricos en azúcares y en grasas independientemente de que el tipo de edulcorantes y grasas empleados puedan variar. Elegir una u otra opción puede depender de nuestros gustos y de lo que queramos priorizar en nuestra dieta.
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