"La mejor oportunidad de desarrollo de la historia": dentro de China tienen claro qué opinan del veto tecnológico de EEUU
El pasado 29 de mayo la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio estadounidense daba la orden a sus empresas nacionales de software EDA (Electronic Design Automation): tenían que dejar de vender sus productos a China. El movimiento buscaba seguir torpedeando su industria de semiconductores, una en la que este software es clave para seguir avanzando en procesos litográficos avanzados. La respuesta de China está siendo clara: lo ven como una de las mayores oportunidades de crecimiento en su historia.
El contexto. La industria de los semiconductores es una en la que el software es clave para automatizar los diseños y procesos de verificación. El margen de error es mínimo, y ahí empresas estadounidenses como Cadence, Synopsys y Siemens llevan siendo clave desde hace años. Estas tres compañías dominan, de forma combinada, el 74% del mercado global EDA.
Estados Unidos ha informado a estas tres compañías para que dejen de vender su software a grupos chinos, en un intento de aislarla de una herramienta imprescindible para seguir avanzando en la manufactura de chips.
Por qué es importante. El software EDA es la autopista por la que pasa cada chip antes de entrar a producción. Estados Unidos quiere frenar el desarrollo de China en semiconductores, advertido de que el país lleva años preparando su mayor contragolpe. A principios de septiembre de 2023 el Gobierno chino aprobaba una partida de 41.000 millones de dólares destinada específicamente a aquellas compañías que producen los equipos involucrados en la fabricación de circuitos integrados.
China ha invertido miles de millones de dólares para tener sus equipos propios de litografía, tiene claro que prefiere priorizar su tecnología a adaptar la ya existente, y está a punto de lograr la autosuficiencia en el desarrollo de su propia litografía de 5 nm. El rendimiento por oblea sigue siendo bajo pero algo está claro: tarde o temprano, China será el líder mundial en chips.
La respuesta. A pesar de que la industria EDA está protagonizada por tres empresas estadounidenses, las empresas locales chinas llevan años avanzando en el desarrollo de este tipo de software. En concreto, hay otros tres grandes nombres sonando en el país de Xi Jinping: Empyrean Technology, Primarius Technologies y Semitronix.
Tras conocerse la noticia y las nuevas restricciones de exportación estadounidenses, la acción de cada una de estas tres empresas se disparó por encima del 20% en el caso de empresas como Primarius. Yang Lianfeng, presidente de dicha compañía, contaba en una entrevista que los proveedores nacionales EDA están viendo en este movimiento «la mejor oportunidad de desarrollo de la historia».
Una contraofensiva nacional. Yang señala que China no va a tratar de replicar el software EDA estadounidense. Va a establecer su propio ecosistema, haciendo de esta zancadilla una oportunidad para fortalecer su autosuficiencia en semiconductores nacionales.
Empresas jóvenes como UniVista Industrial Software Group, fundada por antiguos ejecutivos de Synopsys y Cadence, han puesto a disposición nacional pruebas gratuitas de su plataforma EDA UniVista Archer. Esta compañía, fundada en 2020, presta servicio a más de 200 empresas chinas de diseño de circuitos integrados, y lucha por ser el cuarto nombre en la lista de empresas que aspiran a liderar en EDA.
Las limitaciones. China quiere responder lo antes posible a estas nuevas restricciones, pero el camino será complejo. La carrera para saltar a los dos nanómetros es crucial, una en la que NVIDIA, ASML y TSMC llevan trabajando desde hace años.
Empresas como Xuanjie, la unidad de diseño de chips fundada por Xiaomi, tendrían problemas para saltar a este proceso litográfico. Sus chips son fabricados por TSMC y el XRing 01 está basado en el proceso de tres nanómetros de TSMC. Pero los diseños son propios y sin acceso a herramientas EDA estadounidenses, actualmente, no parece posible romper esta barrera. El veto estadounidense golpea justo en el cuello de botella más crítico de la cadena, pero también empuja a China a acelerar en su un sustituto nacional.
