Hay una tercera vía entre comer carne y el vegetarianismo: se llama "pescetarismo" y la infanta Cristina ya lo practica
Dejar la carne de un día para otro para hacerse vegetariano no es sencillo, sobre todo cuando culturalmente la carne está tan integrada. Cambiar eso implica mucho más que tachar un ingrediente del plato. Por eso, para muchas personas, dar el salto hacia una alimentación sin carne requiere un punto medio. Un puente. Ese camino lo está recorriendo la infanta Cristina, siguiendo el ejemplo de su madre, la reina emérita Sofía, reduciendo su consumo de carne, pero sin eliminar el pescado. Esa elección, cada vez más común, se conoce como pescetarismo.
Sin carne, pero con pescado. Esta dieta se basa principalmente en alimentos vegetales, pescados y mariscos, pero excluye la carne roja y de ave. Por su parte, algunas personas también optan por incorporar huevos y lácteos, como es el caso de la infanta tal como ha explicado la revista Semana.
Detrás de esta dieta. Este tipo de alimentación combina los antioxidantes propios de una alimentación basada en vegetales con las proteínas completas y ácidos grasos omega-3 del pescado, según Women’s Health Mag. Además, la vitamina B12, un nutriente difícil de encontrar en una dieta vegetal estricta, que la pueden cubrir con una solo una ración de pescado.
En un reportaje de Harvard Health, el Dr. Frank Hu ha subrayado que el pescado también aporta vitamina D, hierro, selenio y zinc, todos esenciales para el buen funcionamiento del organismo. A esto se suma la creciente evidencia de que este patrón alimentario está relacionado con un menor riesgo de enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, la demencia, la depresión o las patologías cardíacas.
No todo es perfecto. Uno de los principales riesgos de empezar con una dieta pescetariana es el consumo excesivo de mercurio, un contaminante presente en pescados grandes y longevos. Por ello, desde Women’s Health Mag han recomendado comer pescados y mariscos tipo salmón, sardinas, bacalao y almejas.
¿Pero no hay otra opción? Sí, existe otra modalidad que se llama flexitarismo. Ambas comparten un mismo objetivo de reducir el consumo de carne y apostar por una alimentación más vegetal. Sin embargo, aquí entra la gran diferencia y como se ha observado el pescetarismo es más definido: excluye por completo la carne roja y las aves. En cambio, el flexitarismo es más flexible, ya que no elimina ningún grupo de alimentos, pero limita el consumo de carne de forma voluntaria, según MayoClinic. Es una opción ideal para quienes buscan mejorar su dieta sin imponer restricciones estrictas, y prefieren adaptarla según el contexto o sus hábitos personales.
Una tendencia en crecimiento. Cada vez más figuras públicas adoptan este tipo de alimentación. Desde Harry Styles hasta Victoria Beckham y Danna Paola, la lista de pescetarianos va en aumento. Las razones van desde la salud hasta la sostenibilidad, pasando por la ética y el bienestar animal, tal y como ha recogido la revista Semana.
Lo que comenzó como una elección puntual entre celebridades empieza a reflejarse también en los hábitos de consumo de una parte de la población. El pescetarismo se consolida como una opción intermedia dentro del espectro de dietas que reducen o eliminan la carne, en un contexto de creciente interés por modelos alimentarios más sostenibles y basados en plantas.
Imagen | USAID US