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SpaceX ha hecho público al fin por qué explotó la última Starship. Todos los rumores estaban equivocados

¿Blanco y en botella? Leche. ¿Dos Starships consecutivas que explotan en la misma fase de vuelo, prácticamente en el mismo minuto, de maneras similares? Cualquiera diría que hubo una causa común, pero no fue así.

Contexto. SpaceX ha arrojado luz sobre la explosiva pérdida de Starship durante su octavo vuelo de prueba el pasado 6 de marzo. Después de capturar con éxito el propulsor Super Heavy, todas las expectativas estaban puestas en la nave, que en el lanzamiento anterior había fallado durante la fase de ascenso.

Tras una separación exitosa y antes de alcanzar la altitud necesaria para apagarse, SpaceX detectó un destello cerca de uno de los motores centrales de la nave, seguido de un «evento energético» que hizo desaparecer el motor. Poco después, otros dos motores centrales y uno de los motores exteriores de vacío se apagaron, lo que hizo que la nave perdiera el control nueve minutos y medio después del despegue. La Starship 34 se desintegró sobre el Caribe.

No fueron las vibraciones. Tras dos explosiones consecutivas, todo el mundo asumió que el problema había sido el mismo. En el vuelo 7, la Starship 33 se perdió ocho minutos y 20 segundos después del despegue a causa de unas vibraciones más fuertes de lo previsto, que habían causado fugas de oxígeno líquido y un incendio en una zona no presurizada de la parte baja de la nave, que SpaceX denomina el «ático de popa».

Pero no ha sido así. «Aunque el fallo se manifestó en un punto similar al del séptimo vuelo, vale la pena señalar que son claramente diferentes», escribió SpaceX en un comunicado reciente. «Las mitigaciones implementadas después del vuelo 7 para solucionar los problemas de respuesta armónica y de inflamabilidad de la nave funcionaron por diseño según lo previsto», añadió la compañía. Lo que surgió fue un problema nuevo.

Qué ocurrió en el vuelo 8. Según el comunicado de SpaceX, la causa más probable de la pérdida de la nave durante el octavo vuelo fue «un fallo de hardware en uno de los motores Raptor centrales de la etapa superior del cohete, que resultó en una mezcla e ignición no deliberada de propelentes».

En esencia, un componente del motor falló, provocando una fuga y mezcla de combustible (metano líquido) con oxidante (oxígeno líquido). La consecuente explosión destruyó el motor y comprometió la supervivencia de la nave. Ambos problemas se originaron en la parte baja o popa de Starship, pero el fallo del vuelo 7 ocurrió en el «ático», y el del vuelo 8 en el «sótano», la bahía de motores.

Todo listo para el vuelo 9. Para abordar este nuevo fallo de cara al noveno vuelo, SpaceX ha implementado refuerzos en juntas clave de la Starship 35, un nuevo sistema de purgado de nitrógeno y mejoras en el sistema de drenaje de propelentes. Más adelante, planea introducir la nueva generación de motores Raptor 3, con un rediseño completo que aborda este tipo de problemas.

Si no hay más retrasos, el noveno vuelo despegará este martes 27 de mayo a las 18:30, hora local en Starbase (la 1:30 del miércoles en España). Será el primero en reutilizar un propulsor Super Heavy; concretamente el Booster 14, que voló en la séptima misión. La nave, por su parte, volverá a intentar los objetivos no alcanzados en los vuelos 7 y 8, como el despliegue de ocho simuladores de satélites Starlink y múltiples experimentos de reentrada.

Imagen | SpaceX

En Xataka | «Elon, por favor, vuelve»: a una semana del noveno lanzamiento de Starship, algo no va bien en la sede de SpaceX

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