El viejo sueño de las aerolíneas low cost para exprimir a sus pasajeros sigue siendo el mismo: asientos verticales
¿Estarías dispuesto viajar en un avión prácticamente de pie? ¿Durante cuánto tiempo? Es, sin duda, las dos primeras preguntas que a uno le asaltan cuando asiste, no sin cierta estupefacción, al invento de Aviointeriors, una compañía italiana que hace años que guarda en un cajón un nuevo concepto de asiento para aerolíneas de bajo coste.
Skyrider. Quizás porque si pones un nombre en inglés la precariedad y la incomodidad suena un poco mejor. Como cuando calificamos de nueva moda el upcycling o llamamos coliving a compartir piso. Sea como sea, Skyrider es el nombre con el que Aviointeriors trataba de colocar sus asientos en las compañías de bajo coste hace años
La empresa está especializada en crear todo tipo de ambientes en el interior de un avión, con asientos de todo tipo y precios. Desde los más premium hasta los más baratos, propios de la clase turista. Pero hace años trató de reinventar la clase turista con un asiento… que quizás no podríamos llamarle asiento.
Un 20%. Esas son sus cuentas. Un 20% más de ocupación si los viajeros, en lugar de ir completamente sentados, simplemente se apoyan sobre un respaldo completamente recto y ceden su peso en una superficie inferior inclinada. Algo así como viajar de pie en autobús con la espalda apoyada sobre el cristal o la carrocería.
El objetivo, por supuesto, es vender en algún momento este formato en las aerolíneas de bajo coste. Los vuelos de corta duración en las que hay quien estaría dispuesto a pasarse… ¿una o dos horas de pie? Porque parece evidente que podemos decir que estos pasajeros viajan «de pie».
Un viejo sueño. En los últimos días hemos visto venderse como «novedoso» en algunos medios de comunicación la proposición de utilizar estos asientos. Lo cierto es que es algo que ya conocíamos y que Aviointeriors mantiene en su portfolio desde hace más de una década. De hecho, ni si quiera fueron los primeros en ponerlo sobre la mesa.
En 2003, Airbus propuso por primera vez un sistema de asientos muy similar al de Aviointeriors. Los viajeros apenas se sentaban sobre un cilindro que cruzaba el ancho de tres butacas y mantenía un ligero respaldo. Algo así como un taburete. En 2014 le otorgaron la patente.
Tres años después, la compañía de bajo coste VivaColombia confirmó que quería subirse al sueño de lo que podríamos llamar avionautobús. Era, para su CEO, un atractivo para «colombianos de clase trabajadora y vacacionistas con bajo presupuesto».
¿Es seguro? La otra gran duda que nos asalta cuando vemos la imagen de estos Skyrider o de la propuesta de Airbus. Y parece que sí. En 2019 la compañía italiana presentó la tercera versión de estos apoyos verticales con hueco para las piernas. La Vanguardia recogía su aparición en Hamburgo, en una de las ferias de aviación más famosas del mundo.
Según el medio, se cumplían con las mínimas medidas de seguridad exigidas pero no con la normativa de pasajeros. Según ésta, deben tener un espacio de 28 pulgadas (71,12 centímetros) y la proposición de Aviointeriors era de 23 pulgadas (58,42 centímetros).
Mejor que no. A raíz del eco que ha tenido en los medios en los últimos días, la propia compañía ha publicado un post en Instagram en el que apuntan a un cambio evidente de estrategia. Con un texto en el que se lee Provocative by design (diseñado para provocar, en inglés), la compañía habla del asiento en los siguientes términos:
«El Skyrider, a menudo confundido con un asiento de avión finalizado y listo para despegar, es en realidad un prototipo conceptual que data de 2012. Diseñado como una audaz respuesta a uno de los desafíos más apremiantes de la industria de la aviación, y buscando maximizar el espacio y la ergonomía, nunca estuvo destinado a tomarse al pie de la letra. Más bien, fue un ejercicio provocador de innovación en el diseño, desafiando los límites de cómo podría ser el viaje en avión algún día»
Lo cierto es que Aviointeriors pone el foco en 2012 pero durante toda la década estuvieron evolucionando el concepto. Ahora, sin embargo, señalan en su comunicación que es una empresa «muy consciente de las demandas actuales del mercado, reuniendo calidad, confort y el inconfundible toque del Made in Italy en cada producto que crea. Por ahora, el Skyrider no forma parte de la línea oficial».
Un anhelo. Aunque claramente Aviointeriors está tratando de desligarse de este concepto que parece formar parte de su pasado, las aerolíneas de bajo coste han mostrado su interés en diversas ocasiones por este tipo de soluciones. Hablamos del caso de VivaColombia pero Michael O’Leary, CEO de Ryanair, se ha expresado en estos términos en algunas ocasiones.
Ya en 2012 señalaba que si se daba el visto bueno a este concepto de viajar de pie podrían desplegarlos en una semana. En una entrevista en televisión, apuntaba a que si el precio de estos asientos fuera lo suficientemente bajo llenarían antes el espacio para viajar erguido que los asientos tradicionales.
No es solo el asiento. Aunque el foco se ha puesto en los asientos verticales, es probable que las verdaderas intenciones de las compañías de bajo coste no apunten a cuántas personas más pueden colar en un avión por trayecto. El verdadero negocio es lo que gira alrededor de ese asiento.
El propio O’Leary decía querer cobrar por ir al baño porque eso le permitía meter más asientos pero, sin mencionarlo, le permitía generar una nueva vía de ingresos. Es en lo que ha basado el modelo de negocio Ryanair: poner asientos muy baratos y cobrar cada pequeño extra a un precio alto. Ha segmentado el avión en pequeñas zonas con diferentes precios, cobra por llevar una maleta en la cabina y ha propuesto una suscripción.
Foto | Wolfgang Weiser y Aviointeriors