Opinión

Por: El Husmeador

México y EE.UU. en la Encrucijada: ¿Cooperación o Conflicto en la Lucha Antinarcóticos?

La llegada del embajador Johnson y las tensiones recientes abren un abanico de posibilidades para la relación bilateral.

La relación entre México y Estados Unidos se encuentra en un momento crucial. El impuesto de 5% a las remesas de los mexicanos que radican y trabajan en EE. UU., más un operativo reciente en Sinaloa, en el que participaron agentes validados por el gobierno estadounidense, ha provocado un nuevo roce diplomático, que se suma a las tensiones derivadas de la protección a la familia de Ovidio Guzmán y las declaraciones sobre un posible envío de tropas al sur del Río Bravo. En este contexto de creciente tensión, marcado además por la llegada de un nuevo actor clave, el embajador estadounidense Ronald Johnson, cuyo perfil se enfoca en seguridad y operaciones especiales, la dinámica bilateral se ve influenciada por las recientes acciones de Washington, como las posibles restricciones de visa a altos funcionarios mexicanos y posibles acusaciones a políticos y empresarios por relaciones con narcoterroristas. Este escenario plantea interrogantes fundamentales sobre el futuro de la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción, abriendo un abanico de posibles caminos a seguir.

Escenarios Futuros:

Escenario 1: Cooperación Reforzada con Nuevos Enfoques

Publicaciones relacionadas

En este escenario, ambos países buscarían fortalecer su colaboración, pero con un enfoque renovado. México aceptaría una mayor participación de Estados Unidos en el intercambio de inteligencia y en el apoyo técnico para el combate al crimen organizado, siempre y cuando se respeten los principios de soberanía y jurisdicción. Se establecerían mecanismos claros de coordinación y supervisión para garantizar que las acciones conjuntas se realicen dentro del marco legal. Este escenario implicaría:

Mayor inversión en tecnología y capacitación para las fuerzas de seguridad mexicanas.

Un esfuerzo binacional para desmantelar las redes financieras del crimen organizado.

Mayor atención a las causas de fondo del problema, como la pobreza y la falta de oportunidades.

Escenario 2: Escalada de Tensiones y Acciones Unilaterales

Este escenario se caracterizaría por un deterioro de la confianza mutua y un aumento de las acciones unilaterales por parte de Estados Unidos. La presión ejercida a través de medidas como las restricciones de visa y las declaraciones sobre posibles intervenciones militares para detener narcoterroristas y políticos, involucrados en lavado de dinero, corrupción y asociación con esos grupos, generarían un profundo resentimiento en México. En este contexto, Estados Unidos podría optar por:

Intensificar las operaciones encubiertas en territorio mexicano, sin la plena colaboración del gobierno local.

Aplicar sanciones económicas a individuos y empresas mexicanas vinculadas al narcotráfico.

Limitar el intercambio de información de inteligencia con México.

Este escenario tendría consecuencias negativas para ambos países, incluyendo un aumento de la inestabilidad en México, un mayor riesgo de violencia y una ruptura de la cooperación en otros ámbitos de la relación bilateral.

Escenario 3: Una Nueva Estrategia Integral

Un tercer escenario posible implicaría un replanteamiento completo de la estrategia binacional para combatir el narcotráfico y la corrupción. Reconociendo que el enfoque actual no ha dado los resultados esperados, ambos países buscarían una solución más integral y de largo plazo, que abarque:

Un mayor énfasis en la prevención del consumo de drogas en Estados Unidos.

Una regulación más estricta del tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México.

Un compromiso renovado para fortalecer las instituciones y el Estado de derecho en México.

La búsqueda de alternativas económicas para las comunidades afectadas por el crimen organizado.

Este escenario requeriría un alto grado de voluntad política y un enfoque de «responsabilidad compartida», donde ambos países asuman su parte en la solución del problema.

Escenario 4: Ruptura y Medidas Extremas

En un escenario de «ruptura» entre Estados Unidos y México, y considerando un contexto donde una figura como Trump se enfureciera, algunas de las medidas más extremas que Estados Unidos podría considerar serían las siguientes:

Cierre de la frontera: Militarización de la frontera común, con un cierre total o parcial tendría consecuencias económicas devastadoras para ambos lados, pero sin duda México sería el gran perdedor, esto interrumpiendo el comercio bilateral, el turismo y el tránsito de personas. Esto afectaría gravemente las cadenas de suministro, especialmente en sectores clave como la industria automotriz y la manufacturera. Por lo pronto, en este momento, el Pentágono ha creado dos estrechas franjas de terreno a lo largo de los 3200 kilómetros de frontera de Estados Unidos con México —una en Nuevo México y otra en Texas—, convirtiéndolas de hecho en partes de bases militares estadounidenses cercanas.

Imposición de aranceles masivos: La aplicación de aranceles elevados a las importaciones provenientes de México perjudicaría severamente la economía mexicana y también impactaría negativamente a las empresas estadounidenses que dependen de la producción en México. Esto podría desencadenar una guerra comercial con medidas de represalia por parte de México.

Congelamiento de activos: Estados Unidos podría optar por congelar los activos financieros de individuos y empresas mexicanas que se encuentren en territorio estadounidense y podría cancelar las visas a personas que considere sospechosas.  Esta medida tendría un impacto significativo en la economía de México.

Operaciones militares: Aunque se trataría de una medida extremadamente improbable y con graves implicaciones a nivel internacional, en un escenario de ruptura total y enfurecimiento, no se podría descartar por completo la posibilidad de operaciones militares unilaterales en territorio mexicano. Esto constituiría una grave violación del derecho internacional y tendría consecuencias negativas extremas.

Restricciones a las remesas: Aunque su implementación sería compleja, podrían intentarse restricciones más severas al flujo de remesas enviadas por trabajadores mexicanos en Estados Unidos a sus familias en México. Esto tendría efectos devastadores en la economía de muchas familias mexicanas y en la economía nacional en general.

Intensificación de las designaciones de la OFAC: La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) podría intensificar significativamente la inclusión de individuos y empresas mexicanas en sus listas de sancionados, lo que implicaría el bloqueo de sus activos en Estados Unidos y la prohibición de realizar transacciones con entidades estadounidenses.

Es fundamental reiterar que estas medidas serían extremadamente perjudiciales para ambos países, dada la profunda interdependencia que existe entre ellos. La cooperación y el diálogo constructivo son las vías más efectivas para abordar los desafíos compartidos.

Claramente se puede ver que el futuro de la relación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y la corrupción es incierto. La llegada del embajador Johnson y las recientes tensiones plantean desafíos importantes, pero también ofrecen la oportunidad de replantear la estrategia bilateral.  Ante el Desafío del Narcotráfico y la poca colaboración del gobierno de la 4T, para identificar a los políticos involucrados con los carteles, se puede ver y sentir claramente la creciente presión de Estados Unidos sobre México en relación con la cruzada contra el narcotráfico y la corrupción, y cómo este país está focalizando su atención en políticos y empresarios mexicanos potencialmente involucrados.

Ante esta situación, la presidenta de México se enfrenta a un escenario complejo que requiere una respuesta estratégica y cuidadosa. Aquí hay un análisis de cómo sus acciones podrían influir en la presión ejercida por EE.UU.

Análisis de la influencia de las acciones de la presidenta:

Acciones firmes contra la corrupción y el narcotráfico: Si la presidenta iniciará acciones contundentes contra políticos y empresarios involucrados en actividades ilícitas, esto podría, en efecto, disminuir la presión de EE.UU. Demostrar voluntad política y capacidad para combatir la impunidad enviaría un mensaje claro de que México está tomando en serio el problema y está dispuesto a hacer su parte.

Cooperación efectiva y transparente: Fortalecer la cooperación con las agencias estadounidenses, pero dentro de un marco de respeto a la soberanía mexicana, podría ser bien visto por Washington. Esto implica compartir información de inteligencia, coordinar operativos y extraditar a políticos y empresarios involucrados con los carteles criminales cuando sea apropiado, siempre y cuando se sigan los procedimientos legales adecuados.

Debilitamiento de la narrativa de «Estado fallido»: Al tomar medidas enérgicas, la presidenta podría contrarrestar la narrativa que algunos sectores en EE.UU. promueven, la cual describe a México como un “Narco Estado” o «Estado fallido».  Incapaz de controlar el crimen organizado. Esto mejoraría la imagen de México y fortalecería su posición en la relación bilateral.

Riesgos de inacción: Por el contrario, si la presidenta no toma medidas decisivas, la presión de EE.UU. probablemente aumentará. Esto podría traducirse en acciones unilaterales más agresivas, como las descritas en los escenarios 2 y 4 lo que perjudicaría gravemente la relación bilateral y la estabilidad de México.

En resumen, la presidenta de México tiene la oportunidad de moldear el futuro de la relación con Estados Unidos y de fortalecer su posición frente al país y en la lucha contra el crimen organizado, al tomar medidas firmes, transparentes y estratégicas, puede disminuir la presión externa y construir un México más seguro, justo y próspero.

 La clave está en que ella entienda que tiene todo el poder como presidenta de México y quiera encontrar un equilibrio entre la necesidad de combatir el crimen organizado y el respeto a la soberanía de cada país, así como en abordar las causas profundas de este complejo problema. La decisión que ella tome en el futuro inmediato definirá el rumbo de la cooperación y la estabilidad en la región en lo que resta de su administración.

Mostrar más
Mira también
Cerrar
Botón volver arriba