Starlink lleva seis años creciendo sin competencia. Ahora un competidor ambicioso ha empezado a lanzar satélites: Amazon

En la madrugada del martes, un cohete Atlas V de United Launch Alliance despegó desde Cabo Cañaveral con los primeros 27 satélites operativos de la constelación Kuiper de Amazon. Starlink tiene por fin algo de compañía.
Un competidor ambicioso. Project Kuiper nació en 2018, un año antes de que SpaceX lanzara al espacio los primeros 60 satélites de su constelación Starlink, que ofrece Internet satelital de banda ancha. Sin embargo, a la espera de que los cohetes Vulcan de ULA y New Glenn de Blue Origin estuvieran disponibles, Amazon solo había lanzado dos satélites de prueba… hasta ahora.
El gigante tecnológico ha empezado a desplegar por fin su constelación inicial de 3.232 satélites en la órbita baja terrestre (entre 590 y 630 km de altitud) para ofrecer conexiones de baja latencia en lugares donde las redes terrestres no llegan o son insuficientes. Cuando esté disponible, el servicio contará con planes de 100 Mbps, 400 Mbps y hasta 1 Gbps de velocidad.
Vienen curvas. Aunque este lanzamiento marca el inicio operacional de Kuiper, Amazon sigue expuesta a varios desafíos. El principal es el tiempo: el proyecto lleva aproximadamente un año de retraso sobre su calendario y su licencia de la FCC le exige tener la mitad de la constelación (1.618 satélites) en órbita para julio de 2026, una fecha que parece difícil de cumplir sin una extensión, dado que la compañía no fabrica sus propios cohetes como SpaceX.
Los cohetes de Kuiper. Si bien Blue Origin es una compañía de Jeff Bezos y hay, digamos, ciertas sinergias entre ambas empresas (además de una conocida enemistad con Elon Musk), su cohete orbital New Glenn solo ha volado una vez, y todavía no ha logrado demostrar su capacidad de aterrizar. La reutilización ha sido fundamental en el éxito de Starlink: el cohete Falcon 9, que SpaceX recupera parcialmente, ha lanzado más de 8.000 satélites Starlink en seis años.
La constelación de Amazon depende hasta tal punto de terceros que Amazon realizó la «mayor adquisición comercial de vehículos de lanzamiento de la historia» en 2022. Solo con ULA tiene contratos para lanzar otros siete Atlas V y hasta 38 Vulcan. También ha llegado a acuerdos con ArianeGroup para usar el cohete europeo Ariane 6 y, por supuesto, con Blue Origin para usar el New Glenn; el único con capacidad de aterrizar de los cuatro lanzadores.
China y Europa van a su rollo. A pesar de las dificultades, Kuiper es el primer competidor de Starlink que tiene un músculo financiero a la altura de SpaceX, siempre que Amazon esté dispuesta a jugar a largo plazo.
En Europa tenemos una constelación comercial ya bastante avanzada, pero que juega en otra liga. OneWeb de Eutelsat opera una constelación de unos 630 satélites LEO, pero su enfoque es principalmente B2B y gubernamental, y su densidad de satélites es mucho menor que la de Starlink.
China también va a su rollo, pero está desplegando megaconstelaciones que podrían llegar a hacer daño a Starlink y Amazon. SpaceSail ya tiene satélites en órbita y planea desplegar 648 para 2025, con el objetivo de crecer hasta los 15.000 satélites para 2030, con lo que podría ofrecer servicios hasta un 30% más baratos que Starlink en mercados como Brasil. A esta guerra de precios se suman otros proyectos chinos como Honghu 3 o Guowang, sumando decenas de miles de satélites que empezarán a surcar el cielo nocturno sin parar.
Imagen | ULA, Amazon