Por: Arturo Albíter Martínez
- Victorino Barrios se mantiene ejerciendo como titular del Órgano Interno de Control a pesar de que su tiempo ya terminó.
- A estas alturas está claro que su aspiración de ser rector se quedó en el olvido, pero no deja de presionar a directores, trabajadores o ex funcionarios.
- Lo curioso es que mientras busca por todos lados algún pretexto para presionar a los universitarios, sigue sin aclarar lo del préstamo de 2 millones de pesos.
- ¿Quién puede pagar un préstamo por esa cantidad en tan sólo seis meses con un sueldo de 90 mil pesos?
- ¿Responde a intereses de algún grupo?
Aunque las circunstancias han sido adversas para el titular del Órgano de Control Interno de la Universidad Autónoma del Estado de México, Victorino Barrios, sobre todo en los últimos meses, su ejercicio de presión y de formar una idea equivocada de la institución no para.
Desde citar a trabajadores para preguntarles porque cobraron prestaciones que vienen en el salario hasta otras más graves como realizar auditorías en diferentes planteles, sobre todo aquellos donde los directores podrían considerarse incómodos.
El tema favorito que le dio portadas o su nombre salió a relucir en diferentes medios de comunicación, sin duda alguna fue el relacionado con la estafa maestra, a pesar de que era un asunto con el que ya no podía ejercer acción alguna contra funcionarios que en su momento se relacionaron con ese caso.
Tal y como ha quedado demostrado al paso de los años, todo quedó en declaraciones sensacionalistas, en crear una percepción constante de que en la Máxima Casa de Estudios había corrupción y malos manejos, tema que preocupaba en diferentes círculos universitarios, pero que nadie se atrevía a criticar.
El tiempo de Victorino Barrios al frente del Órgano Interno de Control terminó de acuerdo a la norma que marca la Legislatura, con todo y que mandó oficios y más oficios para que lo ratificaran o al menos lo consideraran como interino, solicitudes para las que no tuvo respuesta.
A pesar de ello, buscó la forma de mantenerse en el cargo y se ajustó a otra norma interna de la institución en la que se anota que mientras no tenga un sustituto, puede permanecer en el cargo.
A pesar de que en diversos espacios se ha comentado que todavía tiene posibilidades de ser aspirante a rector, a estas alturas parece claro que es casi imposible que logre su cometido.
Además, en la mayoría de los espacios universitarios observan como una “barbaridad” que un funcionario que durante los últimos años se ha encargado de manchar la imagen de la Máxima Casa de Estudios hablando de corrupción y malos manejos, ahora pretenda dirigirla.
Desde que llegó formó una idea de que su trabajo estaba dirigido a realizar una cacería en contra de ex funcionarios y trabajadores en activo, con la intención de encontrar irregularidades que hasta la fecha no ha ocurrido a pesar de todas las denuncias que ha interpuesto.
Incluso es posible anotar que de los casos que ha manejado, sobre todo aquellos en los que ha hecho uso de la difusión mediática, no ha ganado ningún procedimiento en los tribunales de justicia administrativa. Algunos casos que detallaremos en otro momento.
NADIE ACLARA EL PRÉSTAMO DE DOS MILLONES DE PESOS
Mientras Victorino Barrios ha realizado acusaciones, algunas sin sustento, ha trabajado como si estuviera en una cacería de brujas y ha hecho uso de su posición para denostar la imagen universitaria, un caso sigue sin aclararse.
¿Cómo fue posible que accediera a un préstamo de dos millones de pesos y luego de dónde sacó el dinero para pagarlo en sólo seis meses, con todo y los 50 mil pesos de intereses?
Los requisitos para que se conceda un préstamo personal son claros. A los afiliados se les prestará por un monto de tres veces su ahorro, pero si la cantidad es mayor entonces deben reunir más requerimientos.
Una carta dirigida a la comisión de vigilancia de caja de ahorro exponiendo los motivos de la solicitud.
La más importante, que en el último talón de cheque se compruebe que tiene liquidez quincenal para cubrir el crédito solicitado y una tercera que tenga un aval que este afiliado a la Caja de Ahorro.
El monto del préstamo asciende a los dos millones de pesos que en realidad son dos millones 50 mil pesos, porque la última cifra corresponde a los intereses que debía pagar por los dos millones.
Para empezar es necesario anotar que no se tiene registro de que se haya acordado algún otro préstamo por una cantidad semejante, ni siquiera cercana.
No se tienen datos de que Victorino Barrios tuviera en la Caja de Ahorro al menos 666 mil 666 pesos para que le pudieran dar los dos millones solicitados.
Entonces tuvo que enviar la carta a la comisión de vigilancia, si esa carta existiera, sería interesante conocer los motivos de la solicitud.
Pero ¿Cómo es posible pagar 2 millones de pesos en seis meses ganando sólo 90 mil pesos mensuales?
Suponiendo que usara su sueldo íntegro para pagar el préstamo apenas cubriría 540 mil pesos.
Y entonces se hacen obligadas más preguntas.
¿Por qué nadie ha salido a aclarar cómo fue que le dieron ese préstamo?
¿Si esa irregularidad la hubiera encontrado en alguno de los funcionarios o ex funcionarios universitarios que ha perseguido, el asunto quedaría sin investigarse o aclararse como sucede ahora?
¿Cómo es posible que un funcionario universitario que gana 90 mil pesos al mes pueda pedir un préstamo de 2 millones de pesos y pagarlo en sólo seis meses?
¿Todavía es cercano a la mandataria estatal, Delfina Gómez como ha hecho creer desde el año pasado?
Y la principal ¿Sus acciones responden a los intereses de algún grupo y quién encabeza ese grupo o son acciones a título personal?