Chavo del 8: el despectivo apodo que usaba Quico con Chespirito en el detrás de escena de la serie

La enemistad entre Carlos Villagrán y Chespirito es ampliamente conocida, pero este detalle no lo saben todos los fans.

La relación tumultuosa entre dos icónicos comediantes del pasado continúa siendo motivo de conversación en el mundo del entretenimiento. Carlos Villagrán y Chespirito, quienes compartieron escenario en el programa «El Chavo del 8», protagonizaron una enemistad que ha intrigado a los fanáticos durante años.

Si bien se conocen algunos de los motivos detrás de su rivalidad, pocos están al tanto del despectivo apodo que Villagrán, conocido por interpretar a Quico, solía utilizar en los bastidores para referirse a Roberto Gómez Bolaños, más conocido como Chespirito.

Detrás de la aparente camaradería que los personajes Quico y Chespirito demostraban en la pantalla, existía una relación más compleja entre los actores. A lo largo de los años, se han rumorado celos, envidias y disputas económicas como parte de las causas de su conflicto. Sin embargo, hay un detalle poco conocido que revela una faceta más íntima de su relación: el apodo que Villagrán usaba para burlarse de su compañero.

Rubén Aguirre, quien dio vida al Profesor Jirafales en la serie, compartió en su momento el inusual sobrenombre que Carlos Villagrán solía usar para referirse a Chespirito fuera de cámara. Según Aguirre, la relación entre los dos actores era lo suficientemente cercana como para permitirse bromas de todo tipo. En medio de estas travesuras, surgió el apodo que Villagrán usaba para referirse a Gómez Bolaños: «Roberto Gómez bola de años». Este sobrenombre hacía referencia a la diferencia de edades entre ambos artistas, siendo Chespirito mayor que Villagrán.

La revelación de este apodo nos brinda un vistazo a la relación que existía entre bastidores y a la dinámica única del elenco de «El Chavo del 8». A pesar de que en la pantalla los personajes podían ser amigos o enemigos, fuera de cámara compartían momentos de complicidad y camaradería, caracterizados por bromas y apodos que resaltaban su relación cercana, como en el caso de Chespirito y Carlos Villagrán.