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Análisis

Por: Tomás Flores Rosales

  • Priistas al borde del “colapso”.
  • Alejandra del Moral poco a poco se queda sola.
  • Morenistas, los priistas de los 80s y 90s.
  • Arrasarán en las urnas, sin piedad.
  • La “escalera grande” y la otra “chiquita” que ya no tienen los priistas mexiquenses.

    Pedir en política a la candidata en desventaja electoral continuar hasta el final para morir con “dignidad” no es fácil ni sencillo, sobre todo porque la lucha por el poder no implica únicamente discursos y votos, se requiere de eso y algo más.
    Algo así como una “escalera grande y otra chiquita”.
    Y en la praxis, en estos momentos, Alejandra del Moral no las tiene, incluso la ex alcaldesa de Cuautitlán Izcalli poco a poco se irá sintiendo sola, y no falta mucho para ello en virtud de los tiempos calendarizados de la campaña, misma que para efectos prácticos representará apenas el 10 por ciento o menos de lo que se requiere para acceder a la gubernatura del Estado de México.
    La titularidad del poder Ejecutivo estatal se gana o se pierde antes de acudir a las urnas:
    A.- Esto implica que desde hace seis años, aproximadamente, la gubernatura mexiquense ya no pertenecía al PRI. B.- Esto implica también que desde hace un sexenio, prácticamente, el gobernador en turno ya habría dejado de ser parte del sistema que lo encumbró en Lerdo Poniente 300.
    Y quien de ello no se percató debería entrar en reflexión para continuar en la política o de plano retirarse de este oficio que tiene:
    a.- sus códigos.
    b.- sus claves.
    c.- sus lecturas.
    d.- su lenguaje, y
    e.- su forma de leer.
    No hay “político político” en Mexico que no conozca la “semiótica” de su oficio y los menos han asumido gubernaturas, senadurías, diputaciones, alcaldías y hasta la presidencia de la República.
    Y si Alejandra del Moral Vela no lo entendió así, de algo le ha de servir el “resbalón”, pues verbalizar:
    1.- “chingado”.
    2.- “cabrón”.
    3.- “vale madre”.
    4.- “a la chingada”.
    No abona en la competencia por la gubernatura, no solo la mexiquense, sino la de cualquier otra entidad federativa.
    Se anotó en este espacio que desde sus pretensiones de competir en la sucesión de Alfredo del Mazo Maza, Del Moral actuaba en función de estar disputando la presidencia municipal de Cuautitlán Izcalli, lo cual se adhería al mismo talante que le sirvió para obtener ciertos triunfos municipales en calidad de recuperar esas demarcaciones en el 2021, craso error no haber diseñado planes exclusivos para alcanzar la gubernatura. Y es que la campaña proselitista de Alejandra del Moral, además de no proyectar un valor agregado, es parecida a la de su adversaria Delfina Gómez Álvarez, incluso hasta en los horarios. Esquema bien explotado por sus antecesores priistas, pero a la vez bien entendido y aprendido por los morenistas.
    Morena en campaña mexiquense emula al PRI de los noventa, con ese esquema ha ganado la ventaja electoral con la cual el 4 de junio próximo va a ganar en las urnas, va arrasar, como lo hicieron los priistas en los 80 y 90 con ese esquema bien ensayado.
    Para eso idearon, construyeron y moldearon ese esquema electoral mencionado, adoptado, copiado y aplicado por morenistas de excelencia priista inmersos hoy en Morena quizá no físicamente pero sí en la densa y efectiva estructura inteligente.
    Pero a todo ello las y los morenistas le agregarán la “escalera grande y la otra chiquita”, sin problema. Ambas que las y los priistas ya no tienen.

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