Estado de México

La crisis de los semiconductores amenaza la producción de Honda en México.

Honda reafirma su compromiso con el mercado mexicano y norteamericano, pero la incertidumbre persiste. La resolución dependerá de negociaciones diplomáticas entre Países Bajos, China y otros actores involucrados.

Valeria Vargas

Toluca, Edomex, 9 de noviembre de 2025. – La industria automotriz mexicana enfrenta un nuevo capítulo de inestabilidad debido a la escasez global de semiconductores, que ha obligado a Honda Motor Co. a suspender temporalmente operaciones en su planta de Celaya, Guanajuato, y ajustar producciones en otras instalaciones de Norteamérica. Esta interrupción, que inició a finales de octubre y se extenderá durante noviembre, afecta principalmente la fabricación de la SUV HR-V, un modelo clave para los mercados de México y Estados Unidos. 

La raíz del problema radica en una disputa geopolítica que involucra al proveedor neerlandés Nexperia, una empresa con capital chino controlada por Wingtech Technology. El gobierno de Países Bajos asumió el control de Nexperia en septiembre de 2025 por preocupaciones de seguridad nacional y gobernanza, lo que provocó que China bloqueara las exportaciones de chips producidos por la firma. Estos semiconductores estándar son esenciales para unidades de control eléctrico en vehículos Honda, y su interrupción ha generado un efecto dominó en la cadena de suministro. 

Honda México confirmó «intermitencia en la cadena de suministro de semiconductores críticos» derivada de esta «disputa geopolítica que afecta a la industria automotriz mundial». Los ajustes incluyen reducciones temporales o suspensiones de manufactura en Celaya, con capacidad anual para más de 200,000 unidades, de las cuales una gran parte se exporta a Estados Unidos, donde representa cerca del 40% de las ventas globales de la compañía japonesa. La planta de motocicletas en Guadalajara no se ha visto afectada.

El impacto se extiende más allá de México: Honda redujo a la mitad la producción en Canadá (modelos Civic y CR-V) y ajustó operaciones en Estados Unidos. La empresa no ha fijado una fecha de reanudación, aunque asegura que está «haciendo todo lo posible para minimizar el impacto» y busca proveedores alternativos. 

Expertos del sector, como Rogelio Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), describen la situación como «coyuntural» y limitada por ahora a Honda, pero advierten de un posible «contagio» si persiste. Otras armadoras como Nissan (con inventario hasta principios de noviembre), Mercedes-Benz y Volkswagen monitorean sus reservas, mientras buscan soluciones a largo plazo para reducir la dependencia de proveedores extranjeros. 

Esta crisis revive los fantasmas de la escasez de chips de 2021, agravada por la pandemia, pero con un matiz político distinto. Analistas estiman que podría reducir las ganancias de Honda en el ejercicio fiscal 2025-2026, que cierra en marzo de 2026, en hasta 150,000 millones de yenes (alrededor de 1,000 millones de dólares). 

México, séptimo productor mundial de vehículos y con el sector automotriz representando el 4.7% del PIB nacional, ve en este episodio un recordatorio de su vulnerabilidad ante tensiones globales. La Embajada de Japón en México y la AMIA han confirmado el paro, mientras el gobierno mexicano dialoga para garantizar estabilidad en el suministro. 

Honda reafirma su compromiso con el mercado mexicano y norteamericano, pero la incertidumbre persiste. La resolución dependerá de negociaciones diplomáticas entre Países Bajos, China y otros actores involucrados. Por ahora, las líneas de ensamble en Celaya permanecen en silencio, a la espera de que fluyan nuevamente los chips esenciales para el rugido de los motores.

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