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Pobreza vs Covid-19

Por: El Husmeador

Los sucesos relacionados con la pandemia provocada por el coronavirus (Covid-19) ha desatado una multitud de información contradictoria, en las más de las veces, notas falsas de medicinas milagrosas y declaraciones confusas incluso del mismo gobierno. Tenemos el ejemplo donde el mismo presidente declara por la mañana y alienta a la población a romper el aislamiento, y por la tarde el subsecretario de salud responsable de la comunicación sobre el control de la pandemia da información diferente y totalmente opuesta a la del presidente. Tan grave ha sido esto que la misma OMS ha girado recomendaciones de no emitir mensajes confusos o contradictorios sobre el Covid-19, ya que esto puede confundir mucho a quienes no tenemos el conocimiento de carácter científico sobre el virus, generando mucha incertidumbre, principalmente en las comunidades indigenas y los grupos vulnerables en pobreza extrema.

Sin ser un experto en los temas económicos o de salud pública, advierto dos posturas que se manifiestan claramente.

La de quienes, desde el ámbito de la opinión pública, demandan a las autoridades gubernamentales de México tomar decisiones drásticas e inmediatas, motivadas por el posible escalamiento en el número de personas contagiadas, la saturación de los hospitales, la escasez de materiales de prevención del contagio y los potenciales fallecimientos de la población de más riesgo que son los mayores de 60 años.

Y por otra parte, los expertos en economía y empresarios opinan que si se alarga demasiado la fase de cuarentena, restricción de movilidad y toque de queda, eso afectaría gravemente a la economía del país, llevándola a una recesión superior a la del 2008.

Pero aquí el tema central y que quiero resaltar es la incertidumbre de las personas que viven en pobreza y tiene acceso limitado a los servicios de salud. En esta época de Covid-19 es la población más vulnerable al virus y más cuando todos los expertos afirman que hay que hacer pruebas y más pruebas y nuestro gobierno se niega a hacerlas, tal vez porque esto los puede exhibir por el elevado numero de muertes reales y el desastroso manejo de la economía de frente al próximo proceso electoral.

Durante esta pandemia por Covid-19 han salido a relucir violaciones a los derechos de los sectores más vulnerables de México, tal es el caso de las personas que viven en pobreza y que habitan en zonas rurales, en asentamientos populares y que no han podido sumarse a las recomendaciones emitidas por las autoridades para prevenir el contagio del virus, además del limitado servicio de salud al que tienen acceso.

De acuerdo con el estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018, realizado por el CONEVAL, 19.1 millones de mexicanos presentan carencia por acceso a servicios de salud, lo que significa que ante la pandemia por coronavirus son el grupo más vulnerable.

Las condiciones de desigualdad en el ingreso y acceso a la salud y los diferentes derechos sociales que persisten al interior del país han creado brechas que se manifiestan como notables diferencias de morbilidad y mortalidad entre diferentes grupos poblacionales.

Uno de los aspectos fundamentales para el ejercicio de este derecho es que las personas que demanden una necesidad de salud puedan tener a su alcance las instalaciones que ofrecen los bienes y servicios de atención que requieren.

En este aspecto inciden varios factores. Uno de ellos son las barreras geográficas que se relacionan con condiciones de espacio, como la distancia de las clínicas y hospitales o las del terreno que las personas tienen que transitar para llegar a ellos, características de la infraestructura vial y mecanismos de transporte, horarios de atención de los servicios, entre otros.

En México el 2.1 por ciento de los hogares tardan más de dos horas en llegar a un centro de atención médica. Los hospitales siguen concentrándose de forma casi exclusiva en las localidades urbanas del país, lo que obliga a las personas que habitan en comunidades rurales y en las periferias de las ciudades a desplazarse a los centros urbanos y hacer gastos adicionales de transporte, alojamiento y alimentación. Los casos graves de Covid-19 requieren de hospitalización.

Para mayo de 2018, la disponibilidad de unidades de la prestación de servicios a pacientes que necesitan ser internados para recibir atención médica o paramédica sin tomar en cuenta el tiempo de estancia en la unidad, sumaban un total de 4 mil 571 en el sector público en todo el país, un poco menos de cuatro por cada 100 mil habitantes.

El derecho a la salud debe incluir acceso oportuno, aceptable y asequible para todas las personas. Aun así, se ha señalado que los grupos sociales menos aventajados soportan una mayor carga de problemas sanitarios y de costos asociados con la pérdida de la salud y búsqueda de atención.

Estos grupos sociales suelen presentar tasas de mortalidad y morbilidad más altas que la población general y pueden llegar a ser víctimas de discriminación y políticas que agravan la marginación y dificultan el acceso a servicios de prevención y atención medica.

Estimados lectores, aquí podemos ver que eso de “Primero los Pobres”, en cuestiones de servicios de salud aún es algo muy lejano, lo cierto es que a la fecha que redacto este texto, 22 de junio, hay en México 180,545 casos positivos acumulados y 21,825 defunciones. Y en el mundo hay 469,122 fallecimientos acumulados desde que apareció Covid-19 en diciembre.

Y lo peor es que en México no sabemos realmente cuál es la verdad de la famosa curva del contagio, así que a protegerse. ¿Usted que opina?

Les recuerdo que para contactarnos y solicitarnos los temas de lo que les gustaría que escriba, o presentarnos alguna queja o denuncia, les dejo el email, buzondelhusmeador@gmail.com

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