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Carta a AMLO sobre la salud y el odio

Aprovecho el gusto mostrado por el presidente Andrés Manuel López Obrador con la comunicación epistolar¸ para hacerle llegar esta carta.

Primero para desearle un pronto y completo restablecimiento de su tercer contagio de Covid-19 y celebrar que está bien de otros quebrantos de salud que usted mismo ha reconocido públicamente.

Pero también para reflexionar sobre el váguido que sufrió en Mérida el domingo pasado y que obligó a la cancelación de su gira por Yucatán y su regreso de emergencia a la ciudad de México tras confirmarse la presencia de coronavirus en su cuerpo.

Durante las varias horas que transcurrieron entre lo ocurrido en la octava Base Militar de la capital yucateca y el tuit en el que usted confirmó su contagio, se abrió un enorme vacío de información, no solamente porque se desconocía su verdadero estado de su salud sino porque, para colmo de males, su vocero Jesús Ramírez había dicho desde el Estado de México -puesto que no estaba en Mérida pegado a usted como obliga una de sus funciones- que nada grave ocurría y que la gira continuaba.

La especulación creció cuando el Diario de Yucatán tuiteó que usted, Presidente, se desvaneció y habría sufrido un infarto. Las redes sociales explotaron con toda clase de falsedades e improperios en las cuentas del ciudadano común, los mercantilistas influencers y un buen número de periodistas que, después de lo ocurrido y dicho por ellos, no sé si se les pueda seguir llamando así.

Porque lo elemental en este oficio es preguntar, verificar la respuesta, reconfirmar en otra u otras fuentes y abrir el espacio -en estricta ética- a quien es señalado o acusado en una nota. Si no está verificado no se publica, dicta el rigor, pero éste parece no aplicar en las benditas redes sociales -como las ha calificado usted-, y en las que todos -o casi todos- se mueven con una enfermiza avidez de seguidores y likes.

Uno de esos “periodistas” argumentó que los vacíos de información se llenan. Sí, pero deben llenarse con datos, referencias, aproximaciones más o menos verificables, no con mentiras, con falsedades aderezadas con un odio patológico que clama por la muerte del prójimo al utilizar el manido habría, tiempo verbal que sugiere un deseo.

Patético ha sido ese vergonzoso espectáculo, tanto Presidente, como el desempeño de algunos de sus subordinados: El ya referido vocero Jesús Ramírez, pero también sus secretarios de Gobernación y Salud, Adán Augusto López y Jorge Alcocer, quienes negaron el desvanecimiento que usted reconoció y llamó váguido en el video que finalmente grabó y difundió el jueves pasado desde Palacio Nacional, para aplacar los ánimos y detener especulaciones que ya incidían en la vida política, económica y social del país y que acabó por desmentirlos. ¡Qué vergüenza!

Desde el punto de vista de la comunicación social el asunto era simple: decir la verdad, reconocer que sí hubo un desvanecimiento -que varios de los presentes atestiguaron-, versión matizable con un ya vuela a ciudad de México estabilizado y fuera de peligro, y una promesa: esta noche les daremos el parte médico.

En fin, Presidente: es impresionante la cantidad de gente que en redes sociales (las por usted bendecidas) mostró contra usted los peores sentimientos del género humano. Claro está que más allá de esa clara evidencia, la mayoría de los mexicanos parecen seguir respaldándolo. Lo de las redes está en las redes, la República del Twitter. Pero el sentir popular mayoritario es otro. ¿Por qué no dejarle ver a ese amplio sector de la población humildad y generosidad tras haberle restregado en la cara a sus adversarios una campaña más de mentiras? ¿Por qué seguir con el discurso del odio que usted retomó el viernes pasado al reaparecer en las mañaneras, para atizarle a los medios, a los periodistas, al INAI y a todo el que asomara la cabeza con voz crítica?

No faltarán quienes digan que las recientes expresiones vertidas contra usted en las redes sociales son la cosecha de lo que usted sembró y sigue sembrando cada mañana desde el Palacio Nacional. No estoy de acuerdo y aunque no le voy a entrar a la discusión de qué fue primero, si el huevo o la gallina, me queda claro que usted y el movimiento que lo llevó a la Presidencia fueron las primeras víctimas de una enfurecida narrativa de descalificación.

Aun así, Presidente, eso no parece justificar que sigamos en la dinámica de seguirle echando fuego a la hoguera. Aplica aquí el argumento con que usted mismo explica su estrategia de seguridad: no es posible combatir la violencia con más violencia. Ergo: ¿cómo conjurar el discurso de odio con más discursos de odio?

Es clara hasta ahora la predilección popular mayoritaria por usted y Morena, como claro es también que cada día crece el número de críticos y decepcionados con los resultados de su gobierno. Razones éstas de más para buscar acuerdos mínimos de cortesía y acuerdo políticos.

Pero no se ven en el horizonte.

Con todo respeto Presidente.

Instantáneas:

1. CÓMO GOBERNAR POR DECRETO. En medio de la crisis que desató el estado de salud de AMLO, este fin de semana vivimos otra de carácter legislativo, en el Senado de la República. Crisis aun sin solventar, pero que dejo ver ayer la aprobación masiva de una serie de reformas de la 4T en escenarios similares, sino es que peores que los de los tiempos dorados del PRI. Fue desatada por la pretendida designación consensuada con la oposición de un consejero del INAI para poder reactivar su operación con al menos cinco de los siete integrantes de su órgano de gobierno. Resulta que, de última hora, la designación fue abortada por la mayoría de Morena y aliados, lo que llevó a los opositores del llamado Grupo de Contención a tomar la tribuna de la cámara alta, para impedir darle trámite a un paquete variopinto de reformas de la 4T aprobadas por la Cámara de Diputados. La tarde del jueves, el morenista presidente del Senado, Armando Armenta -acaso para congraciarse con AMLO en su búsqueda de la candidatura para Puebla- presentó una iniciativa para desaparecer al INAI. Ese mismo día la iniciativa fue retirada, pero al siguiente, desde el púlpito de la mañanera, dijo estar de acuerdo con los legisladores que piensan que el instituto de transparencia no sirve para nada, como lo dice López Obrador un día sí y otro también. Y los que no quisieron ver con eso les tiraba línea, disiparon sus dudas por la tarde de ese mismo viernes, cuando la bancada senatorial morenista fue convocada al Palacio Nacional. Ahí se vieron las caras con el Presidente y sus corcholatas. El más feliz de todos Ricardo Monreal que después de mucho hielo volvió a ser convocado al oráculo del poder y se dejó ver con Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto. Se dijo que fue una reunión de cortesía, para celebrar la recuperación de la salud de AMLO. Pero saliendo de ahí se fueron a la sede alterna de Xicoténcatl y sesionaron en el patio, aun con la senadora panista Xóchitl Gálvez encadenada a un escaño. La sesión se prolongó hasta pasadas las tres de la mañana de ayer sábado y en ella se avalaron, al vapor y sin el necesario análisis, reformas como la desaparición del Insabi y de la Financiera Rural, además de la aprobación de la Ley de Aviación Civil que crea una paraestatal controlada por la Defensa Nacional para administrar aeropuertos y aerolíneas. Ya del INAI nada se dijo. Uno de los puntos fundamentales de esta premura en la mayoría morenista, es que, según el acuerdo rotatorio de los órganos de gobierno en San Lázaro, corresponderá al PAN presidir la Junta de Coordinación Política, lo que obliga a que el PRI encabece la mesa directiva. Eso podría obstaculizar el tránsito de propuestas que interesen al grupo de la mayoría, pese a contar con el voto ponderado para determinar los asuntos a incluir en las sesiones. La Comisión Permanente quedó finalmente instalada ayer sábado al mediodía.

2. SALIÓ BRAGADA. Desde la explosiva Tierra Caliente de Guerrero empiezan a llegar noticias de que poco a poco se alcanzan a ver resultados en el combate a la violencia en esa región donde opera el grupo delictivo La Familia Michoacana. Con la detención de Hermenildo “N” alias “El Meli” o “El Chiquillo”, se asestó un fuerte golpe a los criminales que operan en la zona serrana de Coyuca de Catalán. La gobernadora Evelyn Salgado se ha ido a meter varias veces a la región, donde se intensifica la colaboración en trabajos de inteligencia y campo entre el gobierno de Guerrero y las fuerzas federales, a través de la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz. Ojalá sigan por ese camino.

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