Locatarios del Mercado Juárez apenas sobreviven
Las ventas diarias oscilan entre los cero y los 500 pesos al día, debido a la inactividad en el mercado
Por: Guillermo Rueda
Derivado de la pandemia, locatarios del mercado Juárez han visto una caída en sus ventas de hasta 70 por ciento en lo que va del año, comparado con las mismas estadísticas del año pasado. Es el caso de la señora Dolores Martínez López, quien se dedica a la venta de canastas, tortilleros y otros productos para eventos sociales, y que ante la crisis sanitaria se vio obligada a cerrar sus locales por un tiempo y posteriormente abrir con horario limitado, mismo que se ha extendido conforme la pandemia continúa.
“Hemos batallado bastante y ahorita que es una temporada fuerte, nos darán tiempo para colocarnos más tiempo, ya que desde hace muchos días nos han dado tiempo limitado para vender, tomando las medidas precautorias”, comentó la señora Dolores.
Expresó que pese a que esta es una temporada fuerte para los mercaderes, hay días que no han logrado vender nada, debido a la inactividad social y, en otras ocasiones, se venden apenas 300 o 500 pesos en todo el día, lo que es terrible, pues las ventas son la manera como mantienen sus hogares.
“Ahorita tratamos de sobrellevarlo poco a poco, pero cuando empezó la pandemia tuvimos que cerrar, pues nos cerraron las puertas, no teníamos de donde sacar, porque este es nuestro lugar, es como nuestra casa”.
Y es que entre la pandemia y el comercio ambulante, reconoció que trabajar dentro de un mercado se ha vuelto cada vez más difícil, pero señaló que se han sabido acoplar a las necesidades humanas, como el caso de esta crisis sanitaria en la que en las entradas se llevan las medidas correspondientes de salud para prevenir un rebrote dentro del mismo mercado y que los visitantes tengan una garantía de seguridad al comprar en el lugar.
En este sentido, hizo el llamado a la sociedad a reactivar la economía local a través de la visita de los locales de este mercado, en especial la nave de “secos” del Mercado Juárez, en el local 187, donde se encuentra doña Dolores, además de que a sus alrededores, su familia también se dedica a la venta de pan (en esta temporada), juguetes y figuras de madera, recuerdos y centros de mesa.
Aseguró que las medidas sanitarias requeridas son una obligación para poder entrar al lugar, aunque señaló que en ocasiones los visitantes han preferido no ingresar con tal de no ser sometidos a que les tomen la temperatura, usar cubrebocas o gel antibacterial.
