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Tras las inundaciones que asolaron Perú, las supervivientes de la violencia de género encuentran seguridad en un refugio

«Soy una de las personas que vive los problemas cotidianos de las mujeres», dice María Mercedes Albán Taboada. Trabaja en un refugio para mujeres y niñas de Piura, región del noroeste de Perú, que cuenta con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la agencia para la salud sexual y reproductiva.

En los últimos meses, las lluvias torrenciales y las destructivas inundaciones causadas por el ciclón Yaku y el fenómeno meteorológico El Niño han obligado a más de 110.000 personas a abandonar sus hogares en Perú y han dejado a cientos de miles más con necesidad urgente de ayuda humanitaria.

Según datos de la agencia, las mujeres de Piura denunciaron 2640 incidentes de violencia entre enero y abril de 2023, aproximadamente la mitad del número total registrado en 2022.

Las investigaciones muestran que el riesgo de violencia de género aumenta para las mujeres y las niñas en medio de los desastres climáticos. Lamentablemente, las condiciones de crisis también dificultan el acceso de las supervivientes de la violencia a la atención y el apoyo que necesitan.

Es en este vacío de poder donde líderes comunitarias como María Mercedes Albán intervienen, con el apoyo del UNFPA, para salvaguardar la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas cuando más lo necesitan.

Seguridad y solidaridad para las supervivientes

A pesar de la amenaza generalizada que supone la violencia de género para las mujeres y niñas de todo el mundo (se calcula que alrededor de un tercio de las mujeres sufren abusos físicos o sexuales en algún momento de su vida), los expertos creen que la gran mayoría de los incidentes no se denuncian. Las encuestas realizadas en Perú, por ejemplo, muestran que menos del 30% de las mujeres denuncian los casos ante las autoridades, señala la agencia.

Albán dice que ha sido testigo de mujeres que acuden a comisarías y rellenan toda la documentación necesaria para presentar denuncias, sólo para cambiar de opinión en el último momento.

«Nadie está con ellas, dándoles apoyo y la certeza de que no están solas», afirma.

Sin embargo, con el respaldo de la agencia, Albán y otras personas han podido ofrecer a las mujeres y niñas obligadas a abandonar sus hogares o expuestas a la violencia un lugar seguro donde alojarse y acceso a los servicios esenciales después del ciclón Yaku.

En el refugio La Molina II, donde trabaja Albán, la gestión de los casos de denuncias de violencia de género cuenta con el apoyo de equipos de expertos jurídicos, psicológicos y de trabajo social. Las mujeres y las niñas también reciben kits de dignidad para ayudarles con sus necesidades diarias de higiene e información sobre salud y derechos sexuales y reproductivos.

Desde abril de 2023, el Fondo ha prestado apoyo a nueve refugios en todo el norte de Perú y a más de 1500 mujeres afectadas por la crisis climática.

Dándolo todo

En La Molina II, Albán causa revuelo a su llegada. Al bajar del autobús, varios niños corren ansiosos hacia ella, seguidos de sus madres, muchas de las cuales son supervivientes de la violencia de género.

«María conoce los problemas de la zona de primera mano y conoce a la mayoría de las mujeres y sus necesidades en el refugio», afirma Cristel Damian, coordinadora de violencia de género de la agencia. «Es un gran apoyo para nuestro trabajo contar con líderes como ella, con habilidades sociales y vocación de servicio incondicional».

Albán explicó que puede ser frustrante no poder hacer más por las mujeres con las que trabaja. Ha dado refugio a muchas en su casa, y tristemente ha visto cómo algunas no podían escapar del ciclo de acoso y hostilidad perpetrado por sus agresores.

Sin embargo, está decidida a no dejar nunca de apoyar a las mujeres que buscan su ayuda para erradicar la violencia de sus vidas. De este modo, se alinea con el Fondo de Población y el objetivo de la organización de eliminar todas las formas de violencia de género y prácticas nocivas.

«Me emociona ver que hay gente que lo da todo para luchar contra la violencia hacia las mujeres», declaró.

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