Algunos síntomas (1era parte)
Esta semana hablaré de cuatro de los doce síntomas del autoritarismo propio de los populismos de izquierda de la región, mismos que narro en el último capítulo de mi libro “Mi querido México del Presente”.
1. La agenda socialista: “Este primer síntoma daña todos tus órganos, pero en especial al empresariado, que son tus nutrientes, y a tus ciudadanos, que son tu corazón, pues suelen impactar las libertades personales y poner en riesgo a la propiedad privada y a los medios de producción. Quizás creas que hoy no se puede llegar a los extremos de que los medios de producción sean del Estado, pero ya en el pasado, justo el que me precedió, el México de los Neocallistas, hubo nacionalizaciones, como la de la banca”.
Agenda que, además, siempre la vemos revestida de una narrativa en la que el “pueblo bueno” es usado para avalar decisiones sobre temas que se supone contradicen “sus valores”, como pasó con la planta de Constellation Brands, pero que en realidad persiguen intereses más perversos, pues buscan minar la fuerza del mercado, frente a la fuerza del Estado.
2. El adanismo esencialista: En él “todo lo que pasó en el pasado es malo y en el que la pureza y los fines loables son un patrimonio exclusivo del líder. Por eso es el afán de llamarse “transformadores”, por eso pensar en un constituyente, aunque sea “moral”, para fijar sus propias reglas y no ceñirse a las del pasado”.
Y así Iberdrola fue censurada y calificada de corrupta, solamente por haber trabajado con el viejo régimen, aunque es evidente que la apuesta que debemos de hacer es caminar de la mano con el Planeta en el impulso de las energías limpias y no perder negocios millonarios (en este caso de 5 mil mdd) en la lógica del impulso de los combustibles del pasado… por cierto, López ya anunció, mientras Tabasco está bajo el agua y estamos a unos días de anunciar 100 mil muertes oficiales (sin contabilizar los excesos de mortalidad) por SARS Cov-2 o Cvid-19, que ya está por salir su “Constitución Moral”.
3. Falta de contacto con la realidad: “… de ahí surgen frases como “yo tengo otros datos” o “nos cayó como anillo al dedo”, refiriéndose a la pandemia. También de ahí surge, sobre todo, esa paranoia, ese delirio de persecución, donde los conservadores, la prensa y sus adversarios, mueven los hilos en sus errores. Por eso todo aquel que piensa diferente a él, en ese no contacto con la realidad, lo vuelve su enemigo”.
Y bajo esta lógica, hace unas semanas la No Primera Dama recorrió Europa buscando reivindicaciones absurdas, disculpas ya ofrecidas y penachos y códices para un festejo que parece más un acto con un simbolismo legitimador de sus causas, que un acto apegado a afrontar nuestras realidades. Ese México que está “requetebién” sin crecimiento económico, sin vacunas, sin fideicomisos para afrontar los desastres naturales, entre tantas otras carencias, lo que necesita, en la óptica de un personaje que perdió toda perspectiva de la realidad, son las disculpas de España y de La Iglesia… resolver sus necesidades primarias y enfrentar la pandemia son frivolidades.
4. La Cooptación: “Cooptar los distintos poderes y los organismos autónomos es importantísimo, pues tomar las instituciones, como lo ha venido haciendo Andrés López, es parte de estos dos síntomas, pues le permiten reiniciar la historia y lo hacen inmune a la realidad, a las críticas”.
Y con una Suprema Corte de Justicia cooptada, López logró que le dijeran que sí puede hacer una consulta inconstitucional, donde pone al escrutinio de sus seguidores la función primigenia del estado: “impartir justicia”.
Esta semana decidí iniciar este serial tras conocer el nuevo billete de cien pesos y ver su parecido con los bolívares venezolanos. Quizás el tema de los billetes sea mera coincidencia, pero los parecidos entre el régimen mexicano y el régimen venezolano no lo son.
David Agustín Belgodere
