Seis hombres y dos mujeres provenientes de la CDMX y del Edomex, se sumaron a los 74 pacientes que hasta este fin de semana también respondieron al tratamiento.

En plena emergencia sanitaria, 82 pacientes en la capital del país, vencieron al COVID-19.

Tras un proceso de recuperación de más de diez días y entre los aplausos del personal de salud, fueron dados de alta del Hospital Juárez de México, seis hombres y dos mujeres, que se sumaron a los 74 pacientes que hasta el pasado fin de semana, también respondieron al tratamiento y los cuidados de los especialistas de dicho hospital.

Afuera del hospital, fueron recibidos por sus familiares que hasta por diez días los esperaron confiando en la atención de los médicos, enfermeras y el personal hospitalario, para que sus seres queridos respondieran al tratamiento.

“Lo más difícil fue no poder ver a mi familia todos estos días que estuve hospitalizada. Eso fue lo que más me desesperaba”, afirmó Abigaíl Cortés, de 36 años de edad, mientras abandonaba el área de hospitalización y era trasladada por el camillero por el pasillo de salida de los pacientes COVID-19.

Emocionada, antes de encontrarse con su esposo que la esperaba, indicó que se sentía muy satisfecha de sumarse a los pacientes se han recuperado en el hospital, “ya que muchas personas afectadas por el padecimiento no lo han logrado”.

Pantaleón Gutiérrez Serrano, de 67 años, trabajador de la Central de Abasto, se recuperó tras haberse contagiado de COVID-19.

El hombre se mostraba feliz de salir del Hospital Juárez de México, donde estuvo internado durante diez días, narró que los primeros tres o cuatro fueron los más difíciles, porque se hacen muy largos con la enfermedad.

“Después ya no se sienten, porque uno hace compañerismo con los demás enfermos. Gracias a Dios me recuperé con el tratamiento que me dieron los especialistas del Hospital Juárez de México”, señaló.

Expuso que en la Central de Abasto hay una inmensidad de gente, porque abastece de alimentos a todos los mercados de la zona metropolitana, y por eso hace diez días, cuando trataron de cerrar a la central fue imposible, porque la mayoría de los que ahí trabajan tomaban a broma al COVID-19.