ANÁLISIS

Tomás Flores Rosales 

• A propósito de la FILEM, la afrenta a la UAEMéx que podría resarcir hoy el rector Carlos Eduardo Barrera Díaz.

• Adriana Barraza y la abismal diferencia  de su sensibilidad intelectual frente Ivett Tinoco García.

• «… a las palabras se las lleva el viento… pero quedan en internet.»

Es verdad lo que reflexiona la actriz universitaria nominada al Óscar, Adriana Barraza, en el sentido de que «… a las palabras se las lleva el viento… pero quedan en internet.»

    Acierto, este último, que bien puede aprovecharse en el contexto de la Feria Internacional del Libro del Estado de México (FILEM) inaugurada el fin de semana y en donde el protagonismo de Ivett Tinoco García raya en la inconsistencia después de su endeble paso por la Secretaría de Difusión Cultural de la Universidad de Autónoma del Estado de México (UAEMéx), institución que aporta también a ésta llamada “fiesta de los libros  2023“. 

    Y es que la actual funcionaria pública si bien goza de peculiares habilidades para presentarse como hacedora de cultura no lo es tanto si intentará demostrarlas al margen de las instancias oficiales cuyo curriculum no le alcanzaría en el ámbito de la sensibilidad para la plástica, la música, la literatura u otras disciplinas que intrínsecamente exigen la racionalidad intelectual que Ivett Tinoco no proyecta. 

    De tal suerte que más allá del glamour que destilan siempre las Ferias del Libro en la mayoría de latitudes donde se edifican, la circunstancial Secretaria de Cultura y Turismo del Gobierno del Estado de México ya de salida  -cobraría su última quincena dentro de 18 días o antes- difícilmente se podrá despojar del insensible desliz que ofreció, en calidad de responsable del área cultural de la máxima casa de estudios mexiquense junto con el que fungía como rector en ese momento, de cuyo nombre muchos universitarios no quisieran acordarse , ambos protagonizaron lo que a fuerza de presentarse como una misiva es fiel boceto que pinta de cuerpo entero a la responsable de la cultura y turismo mexiquense actual . 

    Se trata del escrito divulgado en su momento por la actriz internacional nominada al Óscar, Adriana Barraza, mismo que después de releerlo el actual rector de la UAEMéx , Carlos Eduardo Barrea Díaz, podría reflexionarlo y alimentar la oportunidad de resarcir el daño causado a la imagen de la máxima casa de estudios y de cultura mexiquense que preside.

    El texto, firmado por Adriana Barraza, en agosto del 2014, retomado de la página de internet “Cielo a la Tierra”, difundido por SHARLEE TRUJEQUE, por sí solo proyecta los hechos motivo de este análisis y es el siguiente: 

«Estimado público, agradezco sean ustedes testigos de mis aclaraciones al delicado asunto del cambio de nombre del Teatro Universitario Los Jaguares. Como saben, fui invitada a dar esta Master Class por el Festival de Cortometraje Short Shorts, evento que agradezco y espero les haya servido. Quiero dejar en claro que del Short Shorts Film Festival Tour Toluca no he recibo más que atenciones y claridad.

Recibí un mail el 3 de octubre pasado, de parte de la Sra. Ivett Tinoco, titular del área de Cultura de la Universidad Autónoma del estado de México, donde se me informaba que » es de interés del Sr. Rector que, aprovechando tu presencia en el evento… la develación de la placa que dará el nuevo nombre al Teatro Universitario «Adriana Barraza»…

Me sentí sumamente honrada y profundamente emocionada, como podrán imaginarse. Después de varios mails donde nos pusimos de acuerdo Ivett y yo, mi publicista, el Sr. Víctor Hugo Sánchez, quien tiene como base de su trabajo difundir los logros de sus clientes, hizo un comunicado de prensa con la honrosa noticia, razón por la que la difusión en la prensa, redes sociales y links de internet fue distribuida (lo cual agradezco siempre a la prensa internacional).

 Sin embargo, hace tres días recibí una llamada de la Sra. Tinoco donde me comunicaba que el Sr. Rector me pedía posponer el evento por razones de agenda; pregunté si esta decisión tenía que ver con el descontento de algunas personas, ya que había visto en Twitter dos comentarios en contra de esta propuesta por parte de actores universitarios, pero me dijo que no, y pregunté también si realmente el cambio se llevaría a cabo y la Sra. Tinoco me dijo que sí.»

Mi sorpresa fue enorme cuando leí, en medios distintos, declaraciones del propio Rector, donde decía que «Jorge Olvera García, Rector de la Universidad Autónoma del Estado de México, negó que el nombre del teatro Jaguares vaya a cambiar por el de la actriz Adriana Barraza…» Y que él aclaraba que la confusión venía de un homenaje que se me haría por parte de la Universidad; más adelante leo en otro comunicado de prensa de la misma UAEM que la confusión se debió a que mi representante afirmó que habría cambio de nombre en el teatro. Absurdo todo. Pareciera que en mi supuesta megalomanía me «imaginé» junto a mi equipo de trabajo que cambiarían el nombre de Jaguares por el mío. Indignante.

Señores, cuánta confusión, cuanta palabra que fue y vino, cuánta falta de claridad. Tengan ustedes la seguridad de que al recibir la noticia del cambio de nombre supuse que se había consultado a la Comunidad Teatral Universitaria y que se había llegado a un acuerdo. Tengan la seguridad de que entiendo y comparto, como universitaria que he sido, que un evento tan importante como ese debe ser, como lo supuse, consensuado con la comunidad, proponiéndome a mí, si así lo deseaban, y a los muchos universitarios que han peleado a pulmón por el espacio teatral universitario y que los propios universitarios elijan, si es que así lo quieren, un cambio de nombre al teatro.

Tengan también la seguridad de que si se me hubiera planteado con sinceridad y apertura este problema yo lo hubiera entendido completamente, como se lo hice saber a Ivett en un mensaje.

No era necesario darle tantas vueltas, en estos tiempos todo se sabe. No era necesario hacerme ningún homenaje, y no es que no los agradezca desde lo más profundo de mi corazón, sino que se da en un momento de confusión, de desconcierto, de molestia y enojo de parte mía y de muchos.

De mi Universidad he recibido hermosas atenciones y destacadas desatenciones, como el homenaje que tuve el honor se me hiciera hace siete años después de mi nominación al Oscar como mejor actriz y que agradecí profundamente (tiempo en el que les propuse a las personas en turno dar una semana de un curso de actuación para los actores de la Facultad, sin ningún costo más que trasladarme a Toluca, y jamás me hicieron el menor caso, por más que escribí varias veces para ver cuando lo hacíamos; o como cuando pasé casi un año mandando mi propuesta de hacer funciones a beneficio de la UAEM de una de mis obras, y finalmente cuando me presenté personalmente con mi hermana a proponerlo ya por última vez; afortunadamente el Sr. Rector Eduardo Gasca Pliego no sólo me aceptó la propuesta, sino que me llevó al Teatro Morelos, regalando los boletos, acción que agradecí con todo mi corazón, ayudándome. festejar mis 40 años como actriz). Gracias desde aquí en estos momentos.

Y así, otras atenciones y desatenciones más con las que no vale la pena aburrirlos.

Me resta sólo decir que me voy de mi Universidad desconcertada y dolida con tantos ires y venires, porque los hechos hablan más que las palabras y a las palabras se las lleva el viento… pero quedan en internet.» 

    Y es verdad esto último que expresa atinadamente Adriana Barraza allí transitan en la llamada súper carretera de la información las palabras, de las cuales no sería complicado hacer un alto al respectó y valorar reponer la promesa incumplida por parte de la actual rectoría de la UAEMéx en un gesto de intelectualidad pura.

   De la actual FILEM cualquier desliz negativo podría esperarse, aun cuando no es deseado por muchas y muchos.