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Todos dicen que el asteroide Bennu chocará contra la Tierra, pero nadie dice lo más importante: la NASA fue hasta él y se «robó» un pedazo

En 2016 se lanzó la nave espacial de la misión OSIRIS-REx con el objetivo de obtener una muestra de rocas y polvo de la superficie del asteroide 1999 RQ36, mejor conocido como Bennu.

Tras más de siete años de misión, la nave espacial está regresando a la Tierra con la intención de entregar su preciada carga. Esta muestra permitirá a los científicos investigar cómo se formaron los planetas y entender mejor a los asteroides que podrían impactar la Tierra, además de explorar el inicio de la vida.

Así fue la toma de la muestra

La NASA ha documentado el nivel de riesgo que presenta Bennu y otros asteroides a través del  sistema de monitoreo Sentry.

Según las últimas observaciones, con fecha de corte al 14 de julio de 2021, Bennu tiene una probabilidad del 0.037% de colisionar con nuestro planeta, aunque existe un 99.963% de posibilidades de que el impacto se evite.

La importancia de una muestra sin alteraciones

Aunque durante años se han estudiado los fragmentos de asteroides, materiales antiguos que quedaron de la formación de planetas y que pueden contener precursores moleculares de la vida, hasta ahora solo se han analizado los pedazos que han llegado al suelo en forma de meteoritos.

Una muestra prístina del espacio, sin contaminantes terrestres, es esencial para comprender el papel que jugaron estos asteroides en la liberación de compuestos en la Tierra.

Pruebas Nasa Asteroide

Los miembros del equipo de curación de OSIRIS-REx de la NASA que almacenarán y distribuirán la muestra a científicos de todo el mundo

Además, esta muestra incluye rocas más frágiles que probablemente no habrían sobrevivido a través de la atmósfera terrestre, pues al aterrizar en el suelo, se corre el riesgo de alterar la historia de la muestra, por lo que una pieza sin alteraciones proporciona información crucial sobre el desarrollo del sistema solar.

Un viaje de ida y vuelta a un asteroide

La misión OSIRIS-REx fue lanzada el 8 de septiembre de 2016, y el 3 de diciembre de 2018 llegó al asteroide Bennu. Tras cartografiar su superficie en busca de un sitio seguro para la recolección de muestras, se seleccionó el cráter «Nightingale», que tiene un ancho de 140 metros.

El 20 de octubre de 2020, OSIRIS-REx desplegó su brazo robótico y se posó brevemente en el asteroide para la recolección en una maniobra conocida como TAG, o Touch-And-Go. Durante esta etapa, la misión se encontró brevemente en riesgo debido a la sorprendente suavidad de Bennu, con una consistencia similar a la de una alberca de pelotas.

Después de confirmar que la nave había adquirido más que suficiente material, al menos debía conseguir 60 gramos, se enviaron comandos para cerrar la cápsula que transportaría las muestras.

OSIRIS-REx realizó su último sobrevuelo sobre Bennu el 7 de abril de 2021 y se alejó lentamente del asteroide, tomando imágenes durante casi seis horas a 3.5 kilómetros de su superficie, revelando las secuelas de la toma de muestras.

El 10 de mayo del mismo año, la nave encendió sus motores principales para iniciar su viaje de dos años y medio de regreso a la Tierra.

Ahora, después de orbitar el Sol dos veces, OSIRIS-REx llegará a nuestro planeta el 24 de septiembre de 2024. Como parte de sus maniobras, la nave separó su cápsula con las muestras de Bennu a las 5:40 am, hora del centro de México, del 22 de septiembre.

Capsula Muestras Prueba

El equipo de recuperación practica con una cápsula de muestra, similar a la que lleva OSIRIS-REx

Esta cápsula ingresará a la atmósfera y desplegará su paracaídas para aterrizar finalmente en el campo de entrenamiento y pruebas de Utah.

La misión se podrá seguir desde el canal oficial de la NASA en Youtube, donde estará disponible una transmisión en vivo que iniciará a las 8:00 am, hora del centro de México, del domingo 24 de septiembre de 2024.

Un camino aún por recorrer

La misión OSIRIS-REx habrá completado su misión principal con la entrega de la muestra de Bennu, pero continuará con tareas adicionales bajo el nombre de OSIRIS-APEX (OSIRIS-APophis EXplorer). Se dirigirá hacia otro asteroide, Apophis, que tiene aproximadamente 370 metros de diámetro y se acercará a unos 32,000 kilómetros de la Tierra en 2029.

Durante esta nueva misión, OSIRIS-REx entrará en órbita alrededor del asteroide para estudiar de cerca un asteroide de tipo S. Se planea que examine los cambios en Apophis causados por su sobrevuelo cercano a la Tierra y realice experimentos para analizar el polvo y las pequeñas rocas sobre y debajo de su superficie.

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